En el Congreso, existen unos adornos murales, llamados tondos, en que pueden apreciarse los retratos de graves próceres decimonónicos, a los que se han añadido, recientemente, un retrato de Manuel Azaña y otro de Adolfo Suárez. La presidenta Armengol quiso que se dedicara un tondo en memoria de alguna parlamentaria ilustre, y hubo un general consenso para aprobar un tondo en homenaje a la diputada Clara Campoamor , que suscita general admiración por muchos motivos, entre otros el de no tener sangre en las manos ni haber alentado la Guerra Civil.El martes, en su última sesión de la temporada, el Congreso aprobó un tondo para Margarita Nelken y otras parlamentarias de nuestro pasado, con los solos votos del PSOE y Sumar. Una decisión más con exiguas mayorías y sin consenso, algo que caracteriza esta legislatura.A nadie parece preocuparle que ya existan calles o centros culturales que llevan el nombre de Margarita Nelken. Podría parecer lógico, dado que fue una persona brillante, precoz y polifacética; su intensa actividad como artista, crítica de arte, feminista, escritora y política fue objeto de general aprecio y hasta contó con el reconocimiento de la Enciclopedia Espasa que, en 1932, le dedicaba ya media página. ¡Sólo tenía 36 años! Fue la única diputada elegida en las tres legislaturas republicanas, siempre por el PSOE ; aún así, no hizo nada para que las españolas pudieran votar.Pero cualesquiera que sean sus méritos y sus contribuciones a nuestro acervo, hay algo que no podemos obviar de Margarita Nelken: la Guerra Civil despertó en ella una fiebre sanguinaria, equivalente en el lado republicano a las atrocidades radiofónicas de Queipo de Llano o a las siniestras proclamas del Caudillo.Así, en el diario Claridad, de la facción del PSOE de Largo Caballero, Nelken tributó sentidos homenajes a Fernando Condés, el asesino de Calvo Sotelo. También propuso exterminar a las mujeres identificadas con el bando nacional. Véase su muy femicida artículo ‘Las hembras de los señoritos’, en Claridad, (28.8.36, págs. 4 y 5).Las hembras de los señoritos: «Allí las tenéis, en los atardeceres sevillanos, paseando con algazara por calle de Tetuán con sus estampitas del sagrado corazón y sus lacitos bicolores al pecho. Se dicen católicas y monárquicas. Vitorean a España y a Cristo Rey, y en su representación máxima, al ex general Queipo de Llano. Porque la máxima representación de su España y de su religión es un oficial traidor, sádico y borracho. […]Allí las tenéis. Sin equivocarnos podríamos citarlas una por una como las enumera el pueblo sevillano, el verdadero pueblo de Sevilla, en esa lista grabada en su memoria y cuya cuenta habrá de saldarse inexorablemente. Ya falta menos. Cuando llegue el momento no faltarán, de seguro, gentes sencillas, gentes todavía liberales, para implorar piedad por las mujeres. Ese día habrá que establecer la diferencia —rotunda, infranqueable— entre las mujeres y las hembras; entre las compañeras y madres de los hombres y las jaleadoras de los señoritos. Y para que nadie se llame a engaño, para que nadie pueda entonces hablar de crueldades inútiles, bueno será frente a esa lista de hembras de señoritos —las dignas hembras de los cazadores de obreros y campesinos—estampar en letras imborrables el nombre de mártir de la esposa del doctor Ariza [Antonio Ariza Camacho] a quien los señoritos sevillanos fusilaron, con su hijito dentro de las entrañas, en pleno puente de los Remedios, por el hecho de ser la compañera de un comunista.¿Venganza? ¿Represalias? No digas cosas absurdas, camarada [que] todavía eres liberal A las alimañas se las aplasta por eso: porque son alimañas. Y a las fieras dañinas para el hombre, el hombre consciente debe suprimirlas para salvaguardia de la humanidad. Allí las tenéis, camaradas. Allí habréis de encontrarlas».El concepto de guerra de Nelken es el de una guerra total, a degüello , muy en la línea del propio Franco y de sus secuaces. Así que dos semanas más tarde, también publicó Nelken en el mismo periódico ‘De los frívolos y los neutros’ (10.09.36)De los frívolos y los neutros: «[…] Estamos en guerra. La tibieza para con el enemigo, la falta de intransigencia en guerra no se llama neutralidad, sino de otro modo. Y este otro modo, bajo ningún pretexto, ni el de la amistad ni el de los vínculos familiares puede consentirse ni disculparse».Un mes más tarde, la diputada publicaba, de nuevo, en Claridad otro artículo incendiario, ¡Pena de muerte al enemigo emboscado!’ (9 de octubre de 1936), en que vemos que la obsesión contra quien propaga bulos no es cosa de hoy.Pena de muerte al enemigo emboscado: «Cuenta bulos, que algo quedará, es una verdad como un templo. Que algo quedará entre las gentes de buena fe, por supuesto, que entre las otras queda el bulo entero para seguir rodando por esos mundos de fascistas emboscados o disfrazados de ‘apolíticos’. […] Porque frente al bulo, no cabe más respuesta, más discusión ni reacción que ésta; mandar detener inmediatamente, sin contemplaciones de ninguna clase al bulista. […] Lector amigo, créeme, hay muchas armas para defenderse del fascismo, así como el fascismo emplea toda suerte de armas para procurar vencer. Para rechazar sus ataques, sean del género que fueren, no vaciles: emplea el arma más decisiva, la más inexorable. Al que cuenta bulos, por muy inocente o bien intencionado que parezca, sin contemplaciones, mándale detener. Que se investigue la filiación política anterior al 16 de febrero, del bulista; y si da la casualidad —que da casi siempre— de que ese señor tan bonachón o esa señora tan bien intencionada tuvieran en su haber actividades derechistas o ligaduras familiares con enemigos declarados del régimen, pues ya lo sabes lector. No te remuerda la conciencia, porque, gracias a ti, quede inutilizada una de las armas de que se servía el enemigo.Que estamos en guerra, y el inutilizar el mayor número posible de ellas es deber de todo combatiente, de vanguardia o de retaguardia».Finalmente, otro artículo suyo, ‘Gora Euzkadi’, aparecía bajo un impresionante titular a dos páginas: « Hay que exterminar a todos los fascistas; a los que se han sublevado y los que no se han sublevado ».Subrayemos que la retórica homicida de Nelken es idéntica a la de los corifeos del bando rival: para justificar el asesinato de una persona, primero se la somete a una degradación verbal . Los alzados usaban el término «rojo». Así, para justificar el asesinato de españoles en los campos de exterminio de los aliados nazis de Franco, se recurría a la explicación de que «los rojos no son españoles»; por su parte Nelken utiliza la fórmula «hembra» o «alimaña» para rebajar a la mujer de derechas, o «fascista» para englobar a todos aquellos que son, según ella, enemigos activos de República, siendo también los «neutrales», «apolíticos» o «liberales», por su pasividad, merecedores de la pena de muerte por ser «enemigos emboscados».Estos ejemplos los publiqué ya en 2007, en el desaparecido Asturias Liberal y están tomados de los microfilmes de Claridad que custodia la Biblioteca Nacional, donde todos pueden consultarlos. Los plagiarios habituales los reproducen sin precisar mi autoría como recopilador.En cualquier caso, ¿se merece un homenaje Margarita Nelken? Y, más importante todavía, ¿somos conscientes de los abismos a los que nos llevan las estrategias de polarización? En el Congreso, existen unos adornos murales, llamados tondos, en que pueden apreciarse los retratos de graves próceres decimonónicos, a los que se han añadido, recientemente, un retrato de Manuel Azaña y otro de Adolfo Suárez. La presidenta Armengol quiso que se dedicara un tondo en memoria de alguna parlamentaria ilustre, y hubo un general consenso para aprobar un tondo en homenaje a la diputada Clara Campoamor , que suscita general admiración por muchos motivos, entre otros el de no tener sangre en las manos ni haber alentado la Guerra Civil.El martes, en su última sesión de la temporada, el Congreso aprobó un tondo para Margarita Nelken y otras parlamentarias de nuestro pasado, con los solos votos del PSOE y Sumar. Una decisión más con exiguas mayorías y sin consenso, algo que caracteriza esta legislatura.A nadie parece preocuparle que ya existan calles o centros culturales que llevan el nombre de Margarita Nelken. Podría parecer lógico, dado que fue una persona brillante, precoz y polifacética; su intensa actividad como artista, crítica de arte, feminista, escritora y política fue objeto de general aprecio y hasta contó con el reconocimiento de la Enciclopedia Espasa que, en 1932, le dedicaba ya media página. ¡Sólo tenía 36 años! Fue la única diputada elegida en las tres legislaturas republicanas, siempre por el PSOE ; aún así, no hizo nada para que las españolas pudieran votar.Pero cualesquiera que sean sus méritos y sus contribuciones a nuestro acervo, hay algo que no podemos obviar de Margarita Nelken: la Guerra Civil despertó en ella una fiebre sanguinaria, equivalente en el lado republicano a las atrocidades radiofónicas de Queipo de Llano o a las siniestras proclamas del Caudillo.Así, en el diario Claridad, de la facción del PSOE de Largo Caballero, Nelken tributó sentidos homenajes a Fernando Condés, el asesino de Calvo Sotelo. También propuso exterminar a las mujeres identificadas con el bando nacional. Véase su muy femicida artículo ‘Las hembras de los señoritos’, en Claridad, (28.8.36, págs. 4 y 5).Las hembras de los señoritos: «Allí las tenéis, en los atardeceres sevillanos, paseando con algazara por calle de Tetuán con sus estampitas del sagrado corazón y sus lacitos bicolores al pecho. Se dicen católicas y monárquicas. Vitorean a España y a Cristo Rey, y en su representación máxima, al ex general Queipo de Llano. Porque la máxima representación de su España y de su religión es un oficial traidor, sádico y borracho. […]Allí las tenéis. Sin equivocarnos podríamos citarlas una por una como las enumera el pueblo sevillano, el verdadero pueblo de Sevilla, en esa lista grabada en su memoria y cuya cuenta habrá de saldarse inexorablemente. Ya falta menos. Cuando llegue el momento no faltarán, de seguro, gentes sencillas, gentes todavía liberales, para implorar piedad por las mujeres. Ese día habrá que establecer la diferencia —rotunda, infranqueable— entre las mujeres y las hembras; entre las compañeras y madres de los hombres y las jaleadoras de los señoritos. Y para que nadie se llame a engaño, para que nadie pueda entonces hablar de crueldades inútiles, bueno será frente a esa lista de hembras de señoritos —las dignas hembras de los cazadores de obreros y campesinos—estampar en letras imborrables el nombre de mártir de la esposa del doctor Ariza [Antonio Ariza Camacho] a quien los señoritos sevillanos fusilaron, con su hijito dentro de las entrañas, en pleno puente de los Remedios, por el hecho de ser la compañera de un comunista.¿Venganza? ¿Represalias? No digas cosas absurdas, camarada [que] todavía eres liberal A las alimañas se las aplasta por eso: porque son alimañas. Y a las fieras dañinas para el hombre, el hombre consciente debe suprimirlas para salvaguardia de la humanidad. Allí las tenéis, camaradas. Allí habréis de encontrarlas».El concepto de guerra de Nelken es el de una guerra total, a degüello , muy en la línea del propio Franco y de sus secuaces. Así que dos semanas más tarde, también publicó Nelken en el mismo periódico ‘De los frívolos y los neutros’ (10.09.36)De los frívolos y los neutros: «[…] Estamos en guerra. La tibieza para con el enemigo, la falta de intransigencia en guerra no se llama neutralidad, sino de otro modo. Y este otro modo, bajo ningún pretexto, ni el de la amistad ni el de los vínculos familiares puede consentirse ni disculparse».Un mes más tarde, la diputada publicaba, de nuevo, en Claridad otro artículo incendiario, ¡Pena de muerte al enemigo emboscado!’ (9 de octubre de 1936), en que vemos que la obsesión contra quien propaga bulos no es cosa de hoy.Pena de muerte al enemigo emboscado: «Cuenta bulos, que algo quedará, es una verdad como un templo. Que algo quedará entre las gentes de buena fe, por supuesto, que entre las otras queda el bulo entero para seguir rodando por esos mundos de fascistas emboscados o disfrazados de ‘apolíticos’. […] Porque frente al bulo, no cabe más respuesta, más discusión ni reacción que ésta; mandar detener inmediatamente, sin contemplaciones de ninguna clase al bulista. […] Lector amigo, créeme, hay muchas armas para defenderse del fascismo, así como el fascismo emplea toda suerte de armas para procurar vencer. Para rechazar sus ataques, sean del género que fueren, no vaciles: emplea el arma más decisiva, la más inexorable. Al que cuenta bulos, por muy inocente o bien intencionado que parezca, sin contemplaciones, mándale detener. Que se investigue la filiación política anterior al 16 de febrero, del bulista; y si da la casualidad —que da casi siempre— de que ese señor tan bonachón o esa señora tan bien intencionada tuvieran en su haber actividades derechistas o ligaduras familiares con enemigos declarados del régimen, pues ya lo sabes lector. No te remuerda la conciencia, porque, gracias a ti, quede inutilizada una de las armas de que se servía el enemigo.Que estamos en guerra, y el inutilizar el mayor número posible de ellas es deber de todo combatiente, de vanguardia o de retaguardia».Finalmente, otro artículo suyo, ‘Gora Euzkadi’, aparecía bajo un impresionante titular a dos páginas: « Hay que exterminar a todos los fascistas; a los que se han sublevado y los que no se han sublevado ».Subrayemos que la retórica homicida de Nelken es idéntica a la de los corifeos del bando rival: para justificar el asesinato de una persona, primero se la somete a una degradación verbal . Los alzados usaban el término «rojo». Así, para justificar el asesinato de españoles en los campos de exterminio de los aliados nazis de Franco, se recurría a la explicación de que «los rojos no son españoles»; por su parte Nelken utiliza la fórmula «hembra» o «alimaña» para rebajar a la mujer de derechas, o «fascista» para englobar a todos aquellos que son, según ella, enemigos activos de República, siendo también los «neutrales», «apolíticos» o «liberales», por su pasividad, merecedores de la pena de muerte por ser «enemigos emboscados».Estos ejemplos los publiqué ya en 2007, en el desaparecido Asturias Liberal y están tomados de los microfilmes de Claridad que custodia la Biblioteca Nacional, donde todos pueden consultarlos. Los plagiarios habituales los reproducen sin precisar mi autoría como recopilador.En cualquier caso, ¿se merece un homenaje Margarita Nelken? Y, más importante todavía, ¿somos conscientes de los abismos a los que nos llevan las estrategias de polarización? En el Congreso, existen unos adornos murales, llamados tondos, en que pueden apreciarse los retratos de graves próceres decimonónicos, a los que se han añadido, recientemente, un retrato de Manuel Azaña y otro de Adolfo Suárez. La presidenta Armengol quiso que se dedicara un tondo en memoria de alguna parlamentaria ilustre, y hubo un general consenso para aprobar un tondo en homenaje a la diputada Clara Campoamor , que suscita general admiración por muchos motivos, entre otros el de no tener sangre en las manos ni haber alentado la Guerra Civil.El martes, en su última sesión de la temporada, el Congreso aprobó un tondo para Margarita Nelken y otras parlamentarias de nuestro pasado, con los solos votos del PSOE y Sumar. Una decisión más con exiguas mayorías y sin consenso, algo que caracteriza esta legislatura.A nadie parece preocuparle que ya existan calles o centros culturales que llevan el nombre de Margarita Nelken. Podría parecer lógico, dado que fue una persona brillante, precoz y polifacética; su intensa actividad como artista, crítica de arte, feminista, escritora y política fue objeto de general aprecio y hasta contó con el reconocimiento de la Enciclopedia Espasa que, en 1932, le dedicaba ya media página. ¡Sólo tenía 36 años! Fue la única diputada elegida en las tres legislaturas republicanas, siempre por el PSOE ; aún así, no hizo nada para que las españolas pudieran votar.Pero cualesquiera que sean sus méritos y sus contribuciones a nuestro acervo, hay algo que no podemos obviar de Margarita Nelken: la Guerra Civil despertó en ella una fiebre sanguinaria, equivalente en el lado republicano a las atrocidades radiofónicas de Queipo de Llano o a las siniestras proclamas del Caudillo.Así, en el diario Claridad, de la facción del PSOE de Largo Caballero, Nelken tributó sentidos homenajes a Fernando Condés, el asesino de Calvo Sotelo. También propuso exterminar a las mujeres identificadas con el bando nacional. Véase su muy femicida artículo ‘Las hembras de los señoritos’, en Claridad, (28.8.36, págs. 4 y 5).Las hembras de los señoritos: «Allí las tenéis, en los atardeceres sevillanos, paseando con algazara por calle de Tetuán con sus estampitas del sagrado corazón y sus lacitos bicolores al pecho. Se dicen católicas y monárquicas. Vitorean a España y a Cristo Rey, y en su representación máxima, al ex general Queipo de Llano. Porque la máxima representación de su España y de su religión es un oficial traidor, sádico y borracho. […]Allí las tenéis. Sin equivocarnos podríamos citarlas una por una como las enumera el pueblo sevillano, el verdadero pueblo de Sevilla, en esa lista grabada en su memoria y cuya cuenta habrá de saldarse inexorablemente. Ya falta menos. Cuando llegue el momento no faltarán, de seguro, gentes sencillas, gentes todavía liberales, para implorar piedad por las mujeres. Ese día habrá que establecer la diferencia —rotunda, infranqueable— entre las mujeres y las hembras; entre las compañeras y madres de los hombres y las jaleadoras de los señoritos. Y para que nadie se llame a engaño, para que nadie pueda entonces hablar de crueldades inútiles, bueno será frente a esa lista de hembras de señoritos —las dignas hembras de los cazadores de obreros y campesinos—estampar en letras imborrables el nombre de mártir de la esposa del doctor Ariza [Antonio Ariza Camacho] a quien los señoritos sevillanos fusilaron, con su hijito dentro de las entrañas, en pleno puente de los Remedios, por el hecho de ser la compañera de un comunista.¿Venganza? ¿Represalias? No digas cosas absurdas, camarada [que] todavía eres liberal A las alimañas se las aplasta por eso: porque son alimañas. Y a las fieras dañinas para el hombre, el hombre consciente debe suprimirlas para salvaguardia de la humanidad. Allí las tenéis, camaradas. Allí habréis de encontrarlas».El concepto de guerra de Nelken es el de una guerra total, a degüello , muy en la línea del propio Franco y de sus secuaces. Así que dos semanas más tarde, también publicó Nelken en el mismo periódico ‘De los frívolos y los neutros’ (10.09.36)De los frívolos y los neutros: «[…] Estamos en guerra. La tibieza para con el enemigo, la falta de intransigencia en guerra no se llama neutralidad, sino de otro modo. Y este otro modo, bajo ningún pretexto, ni el de la amistad ni el de los vínculos familiares puede consentirse ni disculparse».Un mes más tarde, la diputada publicaba, de nuevo, en Claridad otro artículo incendiario, ¡Pena de muerte al enemigo emboscado!’ (9 de octubre de 1936), en que vemos que la obsesión contra quien propaga bulos no es cosa de hoy.Pena de muerte al enemigo emboscado: «Cuenta bulos, que algo quedará, es una verdad como un templo. Que algo quedará entre las gentes de buena fe, por supuesto, que entre las otras queda el bulo entero para seguir rodando por esos mundos de fascistas emboscados o disfrazados de ‘apolíticos’. […] Porque frente al bulo, no cabe más respuesta, más discusión ni reacción que ésta; mandar detener inmediatamente, sin contemplaciones de ninguna clase al bulista. […] Lector amigo, créeme, hay muchas armas para defenderse del fascismo, así como el fascismo emplea toda suerte de armas para procurar vencer. Para rechazar sus ataques, sean del género que fueren, no vaciles: emplea el arma más decisiva, la más inexorable. Al que cuenta bulos, por muy inocente o bien intencionado que parezca, sin contemplaciones, mándale detener. Que se investigue la filiación política anterior al 16 de febrero, del bulista; y si da la casualidad —que da casi siempre— de que ese señor tan bonachón o esa señora tan bien intencionada tuvieran en su haber actividades derechistas o ligaduras familiares con enemigos declarados del régimen, pues ya lo sabes lector. No te remuerda la conciencia, porque, gracias a ti, quede inutilizada una de las armas de que se servía el enemigo.Que estamos en guerra, y el inutilizar el mayor número posible de ellas es deber de todo combatiente, de vanguardia o de retaguardia».Finalmente, otro artículo suyo, ‘Gora Euzkadi’, aparecía bajo un impresionante titular a dos páginas: « Hay que exterminar a todos los fascistas; a los que se han sublevado y los que no se han sublevado ».Subrayemos que la retórica homicida de Nelken es idéntica a la de los corifeos del bando rival: para justificar el asesinato de una persona, primero se la somete a una degradación verbal . Los alzados usaban el término «rojo». Así, para justificar el asesinato de españoles en los campos de exterminio de los aliados nazis de Franco, se recurría a la explicación de que «los rojos no son españoles»; por su parte Nelken utiliza la fórmula «hembra» o «alimaña» para rebajar a la mujer de derechas, o «fascista» para englobar a todos aquellos que son, según ella, enemigos activos de República, siendo también los «neutrales», «apolíticos» o «liberales», por su pasividad, merecedores de la pena de muerte por ser «enemigos emboscados».Estos ejemplos los publiqué ya en 2007, en el desaparecido Asturias Liberal y están tomados de los microfilmes de Claridad que custodia la Biblioteca Nacional, donde todos pueden consultarlos. Los plagiarios habituales los reproducen sin precisar mi autoría como recopilador.En cualquier caso, ¿se merece un homenaje Margarita Nelken? Y, más importante todavía, ¿somos conscientes de los abismos a los que nos llevan las estrategias de polarización? RSS de noticias de cultura
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