María Iglesias, la persona que remitió desde su correo personal las 32 altas de nuevos afiliados de Coria del Río que la dirección nacional dio por válidas saltándose los estatutos del PSOE, señaló ayer a ABC que se ha visto «en la diana» de un proceso en el que –según dice– no tiene nada que ver . De esta forma, explicó que lo «único» que quiso fue «ayudar» a su compañero David Díaz, que aspiraba a liderar la agrupación de Coria del Río. De esta forma, reconoce que envió las fichas con las afiliaciones a Ferraz después de que la anterior directiva de la agrupación quisiera aceptarlas, algo que, según argumenta, ocurrió en otras que estaban controladas por la por entonces secretaria general Verónica Pérez . Aunque manifiesta su animadversión por la expresidenta de la Junta de Andalucía y, entonces, líder del partido en Andalucía, Susana Díaz, ya que «pidió mi cabeza» cuando se enteró que estaba en la plataforma en apoyo a Pedro Sánchez en Sevilla, aclara que «en ningún caso» cometió «ninguna irregularidad».No obstante, ante la vorágine en la que se ha visto envuelta tras la publicación de ABC de esta información, tiene claro que «si me dijeran otra vez que mandase las fichas les diría que se fueran a tomar por culo». Preguntada sobre por qué el Comité de Federal de Garantías del PSOE dio validez a esas afiliaciones masivas eludiendo los tres escritos que desde la gestora de Coria del Río le remitieron con las pruebas del fraude, respondió que perdió el contacto «en el momento que lo envié», es decir, que no tenía constancia de que lo que estaba haciendo era un acto irregular: «Yo sólo lo hice porque creí que era la mejor candidatura», aseguró. María Iglesias, que ocupa un puesto en la ejecutiva andaluza por su condición de coordinadora de Izquierda Socialista –no por su puesto en UGT», también aclara que «nunca» ha ocupado un cargo institucional y que no cobra de esto : «Yo me pagué mi viaje a Madrid para el Comité Federal», afirmó. María Iglesias, la persona que remitió desde su correo personal las 32 altas de nuevos afiliados de Coria del Río que la dirección nacional dio por válidas saltándose los estatutos del PSOE, señaló ayer a ABC que se ha visto «en la diana» de un proceso en el que –según dice– no tiene nada que ver . De esta forma, explicó que lo «único» que quiso fue «ayudar» a su compañero David Díaz, que aspiraba a liderar la agrupación de Coria del Río. De esta forma, reconoce que envió las fichas con las afiliaciones a Ferraz después de que la anterior directiva de la agrupación quisiera aceptarlas, algo que, según argumenta, ocurrió en otras que estaban controladas por la por entonces secretaria general Verónica Pérez . Aunque manifiesta su animadversión por la expresidenta de la Junta de Andalucía y, entonces, líder del partido en Andalucía, Susana Díaz, ya que «pidió mi cabeza» cuando se enteró que estaba en la plataforma en apoyo a Pedro Sánchez en Sevilla, aclara que «en ningún caso» cometió «ninguna irregularidad».No obstante, ante la vorágine en la que se ha visto envuelta tras la publicación de ABC de esta información, tiene claro que «si me dijeran otra vez que mandase las fichas les diría que se fueran a tomar por culo». Preguntada sobre por qué el Comité de Federal de Garantías del PSOE dio validez a esas afiliaciones masivas eludiendo los tres escritos que desde la gestora de Coria del Río le remitieron con las pruebas del fraude, respondió que perdió el contacto «en el momento que lo envié», es decir, que no tenía constancia de que lo que estaba haciendo era un acto irregular: «Yo sólo lo hice porque creí que era la mejor candidatura», aseguró. María Iglesias, que ocupa un puesto en la ejecutiva andaluza por su condición de coordinadora de Izquierda Socialista –no por su puesto en UGT», también aclara que «nunca» ha ocupado un cargo institucional y que no cobra de esto : «Yo me pagué mi viaje a Madrid para el Comité Federal», afirmó. María Iglesias, la persona que remitió desde su correo personal las 32 altas de nuevos afiliados de Coria del Río que la dirección nacional dio por válidas saltándose los estatutos del PSOE, señaló ayer a ABC que se ha visto «en la diana» de un proceso en el que –según dice– no tiene nada que ver . De esta forma, explicó que lo «único» que quiso fue «ayudar» a su compañero David Díaz, que aspiraba a liderar la agrupación de Coria del Río. De esta forma, reconoce que envió las fichas con las afiliaciones a Ferraz después de que la anterior directiva de la agrupación quisiera aceptarlas, algo que, según argumenta, ocurrió en otras que estaban controladas por la por entonces secretaria general Verónica Pérez . Aunque manifiesta su animadversión por la expresidenta de la Junta de Andalucía y, entonces, líder del partido en Andalucía, Susana Díaz, ya que «pidió mi cabeza» cuando se enteró que estaba en la plataforma en apoyo a Pedro Sánchez en Sevilla, aclara que «en ningún caso» cometió «ninguna irregularidad».No obstante, ante la vorágine en la que se ha visto envuelta tras la publicación de ABC de esta información, tiene claro que «si me dijeran otra vez que mandase las fichas les diría que se fueran a tomar por culo». Preguntada sobre por qué el Comité de Federal de Garantías del PSOE dio validez a esas afiliaciones masivas eludiendo los tres escritos que desde la gestora de Coria del Río le remitieron con las pruebas del fraude, respondió que perdió el contacto «en el momento que lo envié», es decir, que no tenía constancia de que lo que estaba haciendo era un acto irregular: «Yo sólo lo hice porque creí que era la mejor candidatura», aseguró. María Iglesias, que ocupa un puesto en la ejecutiva andaluza por su condición de coordinadora de Izquierda Socialista –no por su puesto en UGT», también aclara que «nunca» ha ocupado un cargo institucional y que no cobra de esto : «Yo me pagué mi viaje a Madrid para el Comité Federal», afirmó. RSS de noticias de espana/andalucia
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