Yanira Briceño está a punto de cumplir 60 años y lleva los últimos 17 trabajando como limpiadora. Con el paso del tiempo, tareas como usar la fregona y escurrir los trapos le han provocado lesiones en ambas muñecas. De la derecha se operó hace dos años y está en lista de espera para la izquierda. Tras recuperarse de la primera intervención, se reincorporó a su puesto en un colegio de Valladolid y aunque le cambiaron las herramientas que debía utilizar ―le pusieron un cubo con pedal para eliminar el agua―, seguir realizando los mismos movimientos repetitivos le provocó también una lesión en la cadera. “Mis hijos y mi marido me dicen que lo deje. Que busque otro trabajo que no me castigue tanto la salud, porque de verdad que ahora me cuesta mucho. ¿Pero a dónde voy a ir a buscarlo a mi edad?”, reconoce entre lágrimas al otro lado del teléfono. Pese a que su médico de cabecera le dio una nueva baja por los problemas en la pierna, sigue trabajando porque el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) no se la reconoce.
Las bajas no paran de crecer y muchas están relacionadas con las condiciones que se dan en determinados oficios. Seguridad Social se ha abierto a que más gente con achaques pueda jubilarse antes
Yanira Briceño está a punto de cumplir 60 años y lleva los últimos 17 trabajando como limpiadora. Con el paso del tiempo, tareas como usar la fregona y escurrir los trapos le han provocado lesiones en ambas muñecas. De la derecha se operó hace dos años y está en lista de espera para la izquierda. Tras recuperarse de la primera intervención, se reincorporó a su puesto en un colegio de Valladolid y aunque le cambiaron las herramientas que debía utilizar ―le pusieron un cubo con pedal para eliminar el agua―, seguir realizando los mismos movimientos repetitivos le provocó también una lesión en la cadera. “Mis hijos y mi marido me dicen que lo deje. Que busque otro trabajo que no me castigue tanto la salud, porque de verdad que ahora me cuesta mucho. ¿Pero a dónde voy a ir a buscarlo a mi edad?”, reconoce entre lágrimas al otro lado del teléfono. Pese a que su médico de cabecera le dio una nueva baja por los problemas en la pierna, sigue trabajando porque el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) no se la reconoce.
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