Las palabras de San Juan Pablo II resuenan con más fuerza que nunca. «¡Que todo el mundo sea rociero!» , exclamó hace más de treinta años desde aquel balcón del santuario de Nuestra Señora del Rocío en la marisma onubense que ya para siempre será el balcón del Papa.Si ya por entonces la devoción por la Blanca Paloma había traspasado fronteras insospechadas, hoy en día es un fenómeno universal presente en todos los puntos del orbe católico y con una especial fuerza entre los más jóvenes , por lo que el futuro de la fe rociera está más que garantizado.Mientras que a la romería de Pentecostés cada año acuden más personas y las hermandades que se encuentran a la espera de ser filiales se cuentan por decenas, la Virgen del Rocío está presente en muchos otros momentos y lugares lejanos de la aldea almonteña.Así ocurrió en la noche del viernes, cuando una multitud de jóvenes españoles abarrotó la plaza de San Pedro del Vaticano con motivo del encuentro celebrado en el marco del Jubileo Mundial de los Jóvenes en Roma . En mitad de la noche estival del corazón de la cristiandad, una plaza revestida de verde -color de las camisetas de la delegación española y curiosamente también el del Rocío- y con numerosas banderas nacionales ondeando acogió el canto de la Salve Rociera , que en los últimos tiempos se ha convertido en todo un himno universal de amor a la Virgen María y al Divino Pastorcito, Dios mismo.Al término de la eucaristía y ante un lienzo de la Virgen, un joven coro y orquesta entonó el célebre cántico andaluz cuya música corresponde a Manuel Pareja Obregón con letra de Rafael de León. Desde el primer momento se sumó la práctica totalidad de la plaza , unas 30.000 personas entre las que se encontraban jóvenes de diferentes hermandades sevillanas y andaluzas, abrazados y sonrientes.De hecho, casi setecientos jóvenes sevillanos , con el arzobispo José Ángel Saiz Meneses -no tan joven, pues cumple 69 años justo este sábado- y Manuel Jiménez, delegado diocesano para la Pastoral con Jóvenes a la cabeza, se encuentran desde el pasado miércoles en Roma para participar en estos actos que contarán con la presencia del Papa León XIV y culminarán el domingo 3 de agosto. Las palabras de San Juan Pablo II resuenan con más fuerza que nunca. «¡Que todo el mundo sea rociero!» , exclamó hace más de treinta años desde aquel balcón del santuario de Nuestra Señora del Rocío en la marisma onubense que ya para siempre será el balcón del Papa.Si ya por entonces la devoción por la Blanca Paloma había traspasado fronteras insospechadas, hoy en día es un fenómeno universal presente en todos los puntos del orbe católico y con una especial fuerza entre los más jóvenes , por lo que el futuro de la fe rociera está más que garantizado.Mientras que a la romería de Pentecostés cada año acuden más personas y las hermandades que se encuentran a la espera de ser filiales se cuentan por decenas, la Virgen del Rocío está presente en muchos otros momentos y lugares lejanos de la aldea almonteña.Así ocurrió en la noche del viernes, cuando una multitud de jóvenes españoles abarrotó la plaza de San Pedro del Vaticano con motivo del encuentro celebrado en el marco del Jubileo Mundial de los Jóvenes en Roma . En mitad de la noche estival del corazón de la cristiandad, una plaza revestida de verde -color de las camisetas de la delegación española y curiosamente también el del Rocío- y con numerosas banderas nacionales ondeando acogió el canto de la Salve Rociera , que en los últimos tiempos se ha convertido en todo un himno universal de amor a la Virgen María y al Divino Pastorcito, Dios mismo.Al término de la eucaristía y ante un lienzo de la Virgen, un joven coro y orquesta entonó el célebre cántico andaluz cuya música corresponde a Manuel Pareja Obregón con letra de Rafael de León. Desde el primer momento se sumó la práctica totalidad de la plaza , unas 30.000 personas entre las que se encontraban jóvenes de diferentes hermandades sevillanas y andaluzas, abrazados y sonrientes.De hecho, casi setecientos jóvenes sevillanos , con el arzobispo José Ángel Saiz Meneses -no tan joven, pues cumple 69 años justo este sábado- y Manuel Jiménez, delegado diocesano para la Pastoral con Jóvenes a la cabeza, se encuentran desde el pasado miércoles en Roma para participar en estos actos que contarán con la presencia del Papa León XIV y culminarán el domingo 3 de agosto. Las palabras de San Juan Pablo II resuenan con más fuerza que nunca. «¡Que todo el mundo sea rociero!» , exclamó hace más de treinta años desde aquel balcón del santuario de Nuestra Señora del Rocío en la marisma onubense que ya para siempre será el balcón del Papa.Si ya por entonces la devoción por la Blanca Paloma había traspasado fronteras insospechadas, hoy en día es un fenómeno universal presente en todos los puntos del orbe católico y con una especial fuerza entre los más jóvenes , por lo que el futuro de la fe rociera está más que garantizado.Mientras que a la romería de Pentecostés cada año acuden más personas y las hermandades que se encuentran a la espera de ser filiales se cuentan por decenas, la Virgen del Rocío está presente en muchos otros momentos y lugares lejanos de la aldea almonteña.Así ocurrió en la noche del viernes, cuando una multitud de jóvenes españoles abarrotó la plaza de San Pedro del Vaticano con motivo del encuentro celebrado en el marco del Jubileo Mundial de los Jóvenes en Roma . En mitad de la noche estival del corazón de la cristiandad, una plaza revestida de verde -color de las camisetas de la delegación española y curiosamente también el del Rocío- y con numerosas banderas nacionales ondeando acogió el canto de la Salve Rociera , que en los últimos tiempos se ha convertido en todo un himno universal de amor a la Virgen María y al Divino Pastorcito, Dios mismo.Al término de la eucaristía y ante un lienzo de la Virgen, un joven coro y orquesta entonó el célebre cántico andaluz cuya música corresponde a Manuel Pareja Obregón con letra de Rafael de León. Desde el primer momento se sumó la práctica totalidad de la plaza , unas 30.000 personas entre las que se encontraban jóvenes de diferentes hermandades sevillanas y andaluzas, abrazados y sonrientes.De hecho, casi setecientos jóvenes sevillanos , con el arzobispo José Ángel Saiz Meneses -no tan joven, pues cumple 69 años justo este sábado- y Manuel Jiménez, delegado diocesano para la Pastoral con Jóvenes a la cabeza, se encuentran desde el pasado miércoles en Roma para participar en estos actos que contarán con la presencia del Papa León XIV y culminarán el domingo 3 de agosto. RSS de noticias de espana/andalucia
Noticias Similares