Casi siempre que llega el verano Morata vuelve a soñar. “De los sueños se vive”, dijo una vez. Hay algo impredecible en los sueños de Morata: cuando uno piensa que ya no le debe quedar ninguno por cumplir, Morata vuelve a soñar. Morata sueña como sueñan los niños cuando se les dice que pidan un deseo frente a la tarta y se lo guarden para ellos. “¿De qué sirve un buen sueño si no se puede contar?”, se dicen los niños.Y así debe de pensar también Álvaro Morata, que nos los contó todos para mofa de algunos.
Morata entendió antes que nadie que a él le tocó la lotería como podía no haberle tocado. Por eso parece hacerse cargo de los sueños propios y ajenos cada vez que ficha por un equipo
Casi siempre que llega el verano Morata vuelve a soñar. “De los sueños se vive”, dijo una vez. Hay algo impredecible en los sueños de Morata: cuando uno piensa que ya no le debe quedar ninguno por cumplir, Morata vuelve a soñar. Morata sueña como sueñan los niños cuando se les dice que pidan un deseo frente a la tarta y se lo guarden para ellos. “¿De qué sirve un buen sueño si no se puede contar?”, se dicen los niños.Y así debe de pensar también Álvaro Morata, que nos los contó todos para mofa de algunos.
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