Como en cualquier conflicto armado, la población civil es la que más sufre. En Gaza , esa tragedia se ha prolongado durante casi dos años de lo que Médicos Sin Fronteras (MSF) califica como «horror abyecto y deshumanización». La organización médica ha estado presente en el terreno, presenciando y documentando la violencia que azota al enclave.En su más reciente informe, titulado ‘Esto no es ayuda. Esto es una masacre orquestada’ , MSF denuncia el sistema de distribución de alimentos gestionado por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF) , una entidad creada por Israel para sustituir a la ONU tras el desmantelamiento de su operación humanitaria. El documento recoge datos y testimonios que señalan graves violaciones del derecho internacional humanitario, el uso desproporcionado de fuerza letal contra civiles y el colapso del sistema de salud.La GHF, registrada en el estado de Delaware (EE.UU.), carece de experiencia previa en operaciones humanitarias. Está financiada por el Departamento de Estado estadounidense y por un segundo país no identificado. Actualmente gestiona cuatro centros de distribución ubicados en zonas bajo control israelí, protegidos por contratistas armados privados de Estados Unidos. La apertura de estos puntos se anuncia con escasa antelación y sus accesos se caracterizan por el caos.Noticia Relacionada Médicos Sin Fronteras denuncia desnutrición infantil en Gaza estandar Si «Sería mejor que cayera una bomba y muriéramos de una vez, en lugar de poco a poco» Andrés Gerlotti SlusnysEse caos, combinado con el hambre extrema que sufre la población , ha convertido los puntos de distribución en escenarios de violencia. Desde la apertura de los centros de GHF, MSF ha tratado a 71 menores con heridas de bala. De ellos, 41 fueron alcanzados en las inmediaciones o dentro de los puntos de entrega. Muchas familias, ante la desesperación, se ven obligadas a enviar a sus hijos adolescentes —los únicos hombres físicamente capaces de soportar el trayecto— a buscar alimentos, pese al riesgo mortal.MSF subraya que estos centros incumplen de forma «peligrosa» todas las normas reconocidas para una distribución de ayuda segura y digna. Denuncia, además, que en ningún otro lugar del mundo donde opera se toleraría un nivel de violencia tan elevado en torno a un reparto humanitario .«Estaba preparado para tratar a víctimas de bombardeos, no para esto… Están disparando a civiles como si fueran animales» Coordinador médico de MSF«Trabajé en muchas zonas de guerra, pero nunca vi nada igual», explica un coordinador médico de MSF. «Estaba preparado para tratar a víctimas de bombardeos, no para esto… Están disparando a civiles como si fueran animales. No llevan armas. No son combatientes. Solo cargan bolsas de plástico con la esperanza de llevar un poco de harina o pasta. ¿Cuál es el precio de una bolsa de comida?».Centros de salud de MSF y centros de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza en el sur de la Franja MSFMSF califica el sistema actual como «mortal, degradante, peligroso y contraproducente», completamente alejado de cualquier estándar internacional. Lo define como un «laboratorio de crueldad» y exige el cierre inmediato del sistema GHF, la reapertura de los pasos fronterizos, el retorno de la coordinación humanitaria de la ONU y una investigación internacional sobre posibles crímenes de guerra.La organización denuncia que el sistema de la GHF no solo no alivia la crisis, sino que funciona como una cortina de humo para una «inanición sistemática» de la población palestina, que continúa muriendo de hambre en medio de un proceso de deshumanización institucionalizada. Como en cualquier conflicto armado, la población civil es la que más sufre. En Gaza , esa tragedia se ha prolongado durante casi dos años de lo que Médicos Sin Fronteras (MSF) califica como «horror abyecto y deshumanización». La organización médica ha estado presente en el terreno, presenciando y documentando la violencia que azota al enclave.En su más reciente informe, titulado ‘Esto no es ayuda. Esto es una masacre orquestada’ , MSF denuncia el sistema de distribución de alimentos gestionado por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF) , una entidad creada por Israel para sustituir a la ONU tras el desmantelamiento de su operación humanitaria. El documento recoge datos y testimonios que señalan graves violaciones del derecho internacional humanitario, el uso desproporcionado de fuerza letal contra civiles y el colapso del sistema de salud.La GHF, registrada en el estado de Delaware (EE.UU.), carece de experiencia previa en operaciones humanitarias. Está financiada por el Departamento de Estado estadounidense y por un segundo país no identificado. Actualmente gestiona cuatro centros de distribución ubicados en zonas bajo control israelí, protegidos por contratistas armados privados de Estados Unidos. La apertura de estos puntos se anuncia con escasa antelación y sus accesos se caracterizan por el caos.Noticia Relacionada Médicos Sin Fronteras denuncia desnutrición infantil en Gaza estandar Si «Sería mejor que cayera una bomba y muriéramos de una vez, en lugar de poco a poco» Andrés Gerlotti SlusnysEse caos, combinado con el hambre extrema que sufre la población , ha convertido los puntos de distribución en escenarios de violencia. Desde la apertura de los centros de GHF, MSF ha tratado a 71 menores con heridas de bala. De ellos, 41 fueron alcanzados en las inmediaciones o dentro de los puntos de entrega. Muchas familias, ante la desesperación, se ven obligadas a enviar a sus hijos adolescentes —los únicos hombres físicamente capaces de soportar el trayecto— a buscar alimentos, pese al riesgo mortal.MSF subraya que estos centros incumplen de forma «peligrosa» todas las normas reconocidas para una distribución de ayuda segura y digna. Denuncia, además, que en ningún otro lugar del mundo donde opera se toleraría un nivel de violencia tan elevado en torno a un reparto humanitario .«Estaba preparado para tratar a víctimas de bombardeos, no para esto… Están disparando a civiles como si fueran animales» Coordinador médico de MSF«Trabajé en muchas zonas de guerra, pero nunca vi nada igual», explica un coordinador médico de MSF. «Estaba preparado para tratar a víctimas de bombardeos, no para esto… Están disparando a civiles como si fueran animales. No llevan armas. No son combatientes. Solo cargan bolsas de plástico con la esperanza de llevar un poco de harina o pasta. ¿Cuál es el precio de una bolsa de comida?».Centros de salud de MSF y centros de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza en el sur de la Franja MSFMSF califica el sistema actual como «mortal, degradante, peligroso y contraproducente», completamente alejado de cualquier estándar internacional. Lo define como un «laboratorio de crueldad» y exige el cierre inmediato del sistema GHF, la reapertura de los pasos fronterizos, el retorno de la coordinación humanitaria de la ONU y una investigación internacional sobre posibles crímenes de guerra.La organización denuncia que el sistema de la GHF no solo no alivia la crisis, sino que funciona como una cortina de humo para una «inanición sistemática» de la población palestina, que continúa muriendo de hambre en medio de un proceso de deshumanización institucionalizada. Como en cualquier conflicto armado, la población civil es la que más sufre. En Gaza , esa tragedia se ha prolongado durante casi dos años de lo que Médicos Sin Fronteras (MSF) califica como «horror abyecto y deshumanización». La organización médica ha estado presente en el terreno, presenciando y documentando la violencia que azota al enclave.En su más reciente informe, titulado ‘Esto no es ayuda. Esto es una masacre orquestada’ , MSF denuncia el sistema de distribución de alimentos gestionado por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF) , una entidad creada por Israel para sustituir a la ONU tras el desmantelamiento de su operación humanitaria. El documento recoge datos y testimonios que señalan graves violaciones del derecho internacional humanitario, el uso desproporcionado de fuerza letal contra civiles y el colapso del sistema de salud.La GHF, registrada en el estado de Delaware (EE.UU.), carece de experiencia previa en operaciones humanitarias. Está financiada por el Departamento de Estado estadounidense y por un segundo país no identificado. Actualmente gestiona cuatro centros de distribución ubicados en zonas bajo control israelí, protegidos por contratistas armados privados de Estados Unidos. La apertura de estos puntos se anuncia con escasa antelación y sus accesos se caracterizan por el caos.Noticia Relacionada Médicos Sin Fronteras denuncia desnutrición infantil en Gaza estandar Si «Sería mejor que cayera una bomba y muriéramos de una vez, en lugar de poco a poco» Andrés Gerlotti SlusnysEse caos, combinado con el hambre extrema que sufre la población , ha convertido los puntos de distribución en escenarios de violencia. Desde la apertura de los centros de GHF, MSF ha tratado a 71 menores con heridas de bala. De ellos, 41 fueron alcanzados en las inmediaciones o dentro de los puntos de entrega. Muchas familias, ante la desesperación, se ven obligadas a enviar a sus hijos adolescentes —los únicos hombres físicamente capaces de soportar el trayecto— a buscar alimentos, pese al riesgo mortal.MSF subraya que estos centros incumplen de forma «peligrosa» todas las normas reconocidas para una distribución de ayuda segura y digna. Denuncia, además, que en ningún otro lugar del mundo donde opera se toleraría un nivel de violencia tan elevado en torno a un reparto humanitario .«Estaba preparado para tratar a víctimas de bombardeos, no para esto… Están disparando a civiles como si fueran animales» Coordinador médico de MSF«Trabajé en muchas zonas de guerra, pero nunca vi nada igual», explica un coordinador médico de MSF. «Estaba preparado para tratar a víctimas de bombardeos, no para esto… Están disparando a civiles como si fueran animales. No llevan armas. No son combatientes. Solo cargan bolsas de plástico con la esperanza de llevar un poco de harina o pasta. ¿Cuál es el precio de una bolsa de comida?».Centros de salud de MSF y centros de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza en el sur de la Franja MSFMSF califica el sistema actual como «mortal, degradante, peligroso y contraproducente», completamente alejado de cualquier estándar internacional. Lo define como un «laboratorio de crueldad» y exige el cierre inmediato del sistema GHF, la reapertura de los pasos fronterizos, el retorno de la coordinación humanitaria de la ONU y una investigación internacional sobre posibles crímenes de guerra.La organización denuncia que el sistema de la GHF no solo no alivia la crisis, sino que funciona como una cortina de humo para una «inanición sistemática» de la población palestina, que continúa muriendo de hambre en medio de un proceso de deshumanización institucionalizada. RSS de noticias de internacional
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