Que ha bajado el volumen de agua del río Tajo a su paso por Toledo es evidente. Basta darse una vuelta por la zona de Azarquiel y constatar que en algunas zonas hay solo una lámina de agua . Además, las arenas acumuladas como consecuencia de los arrastres que hubo de las últimas danas también impiden el tránsito del agua. Una de las voces más críticas con la situación del Tajo desde hace décadas, es la del exalcalde de Toledo, Juan Ignacio de Mesa , quien sostiene que al río se le ha esquilmado desde hace más de 50 años, «primero por la contaminación que no tiene solución y no se adoptan medidas para conseguir que el agua que pasa por Toledo sea limpia, es una cloaca a cielo abierto «.Y en segundo lugar cita al trasvase como responsable de la situación: «Se hizo un cálculo de pluviometría en cabecera que no se adaptaba en ningún caso a la realidad; esto hace que las aguas de cabecera que se están trasvasando disminuyan el caudal del río y significa que en Toledo muchas veces lo que está pasando es el Jarama y no el río Tajo», explica con rabia sus argumentos.« No es el Tajo, es un poco del Jarama «, insiste y sentencia: »Es que ya ni siquiera los patos nadan en el río, andan porque no hay profundidad suficiente«.El río Tajo «asesinado» Las imágenes del río Tajo, entre los puentes de Alcántara y Azarquiel, son desoladoras. Arenas acumuladas a consecuencia de los arrastres de las lluvias de marzo, llenan de isletas este tramo. H. FRAILEDe Mesa culpa a todas las administraciones que han permitido «asesinar» a un río sin tomar ninguna medida , «ni los unos ni los otros». El exalcalde siempre ha mantenido que este daño viene desde hace casi 90 años, en la Segunda República, siendo Indalecio Prieto ministro de Fomento, «luego continuó en el franquismo con Federico Silva Muñoz como responsable de Obras Públicas, luego el primer gobierno de UCD y después con la línea de aprovechamiento conjunto del trasvase Tajo-Segura aprobado ya en las Cortes democráticas por todos los partidos sin que nadie se opusiera, únicamente dos personas, un diputado y un senador por Toledo, que tuvieron la dignidad de no apoyar la ley. O sea, que no echen la culpa unos a los otros, todos son responsables de un asesinato. Yo cuando me asomo lo único que veo es una cloaca», añade el también miembro de la Comisión Ejecutiva de la Real Fundación de Toledo.La opinión de Juan Ignacio de Mesa sobre el Tajo, la corroboran muchos toledanos que habitualmente pasean, y hacen ejercicio por sus riberas o pescan en un cauce agotado.Todos los ciudadanos consultados por ABC coinciden en que se está matando al río, que a su paso por Toledo está más seco que el año pasado a pesar de las intensas lluvias caídas la pasada primavera.Fernando, que creció en la zona de San Cipriano, recuerda nostálgico su infancia. «Llegaba el verano y bajaba al río con mis amigos, había playitas y quioscos, nos bañábamos en Safont y en Barca Pasaje, daba gusto verlo». Sin embargo ahora «está muy seco, ha bajado mucho el caudal, se ven isletas y a los patos caminando».Mal olor y basuraCarlos, que nació en una casa de la central hidroeléctrica muy cerca del puente de Alcántara, confiesa sentirse decepcionado por la evolución negativa del río, y señala la vivienda donde pasó su infancia: «en esa terraza tendía la ropa mi abuela, el río entonces era vida, ahora huele mal y acumula basura en las riberas».Diego y Raquel señalan que hay mucha menos agua «y muy sucia» y creen que el caudal es menor que el año pasado, incluso con todas las lluvias de primavera, la quinta más lluviosa desde 1961 y la tercera del siglo XXI debido, especialmente, a las precipitaciones de marzo.Para José Luis y Carmen lo más llamativo es la suciedad, aunque también la bajada de caudal desde hace un par de meses.Jesús y Conchi no residen e Toledo, pero él nació en la ciudad y de vez en cuando la visitan y pasean por la senda, en la zona de Azarquiel. «Da pena que un entorno tan bonito esté tan estropeado» y piden más limpieza.Elena hace hincapié en el «olor desagradable» en la zona de Barca Pasaje, aunque indica que ve bien el caudal para estar en el mes de agosto.Javier, Roberto y Álvaro son tres jóvens pescadores que se atreven, a pesar de la sequía del río, a lanzar sus cañas en busca de carpas. Llegan sobre las 10.30 horas y se irán a mediodía. Ven el cauce muy bajo y más sucio de lo habitual por el arrastre de las crecidas. «A pesar de lo que ha llovido, el río está más seco que otros años, lo vemos abandonado y hay muchos mosquitos». Pescan bajo el puente de Azarquiel, donde aseguran que sacan carpas pequeñas de entre medio y dos kilos, cuando lo habitual, dicen, es que pasen de los seis kilos. Se han decidido por esta zona del río porque en la zona de Tenerías hay una plaga de peces gato. «se comen todo, los huevos de las carpas, los alevines (crías recién nacidas) y no hay variedad; si los pescas hay que matarlos», aseguran y se disponen a pasar unas horas junto a un río Tajo con «un olor repugnante». Que ha bajado el volumen de agua del río Tajo a su paso por Toledo es evidente. Basta darse una vuelta por la zona de Azarquiel y constatar que en algunas zonas hay solo una lámina de agua . Además, las arenas acumuladas como consecuencia de los arrastres que hubo de las últimas danas también impiden el tránsito del agua. Una de las voces más críticas con la situación del Tajo desde hace décadas, es la del exalcalde de Toledo, Juan Ignacio de Mesa , quien sostiene que al río se le ha esquilmado desde hace más de 50 años, «primero por la contaminación que no tiene solución y no se adoptan medidas para conseguir que el agua que pasa por Toledo sea limpia, es una cloaca a cielo abierto «.Y en segundo lugar cita al trasvase como responsable de la situación: «Se hizo un cálculo de pluviometría en cabecera que no se adaptaba en ningún caso a la realidad; esto hace que las aguas de cabecera que se están trasvasando disminuyan el caudal del río y significa que en Toledo muchas veces lo que está pasando es el Jarama y no el río Tajo», explica con rabia sus argumentos.« No es el Tajo, es un poco del Jarama «, insiste y sentencia: »Es que ya ni siquiera los patos nadan en el río, andan porque no hay profundidad suficiente«.El río Tajo «asesinado» Las imágenes del río Tajo, entre los puentes de Alcántara y Azarquiel, son desoladoras. Arenas acumuladas a consecuencia de los arrastres de las lluvias de marzo, llenan de isletas este tramo. H. FRAILEDe Mesa culpa a todas las administraciones que han permitido «asesinar» a un río sin tomar ninguna medida , «ni los unos ni los otros». El exalcalde siempre ha mantenido que este daño viene desde hace casi 90 años, en la Segunda República, siendo Indalecio Prieto ministro de Fomento, «luego continuó en el franquismo con Federico Silva Muñoz como responsable de Obras Públicas, luego el primer gobierno de UCD y después con la línea de aprovechamiento conjunto del trasvase Tajo-Segura aprobado ya en las Cortes democráticas por todos los partidos sin que nadie se opusiera, únicamente dos personas, un diputado y un senador por Toledo, que tuvieron la dignidad de no apoyar la ley. O sea, que no echen la culpa unos a los otros, todos son responsables de un asesinato. Yo cuando me asomo lo único que veo es una cloaca», añade el también miembro de la Comisión Ejecutiva de la Real Fundación de Toledo.La opinión de Juan Ignacio de Mesa sobre el Tajo, la corroboran muchos toledanos que habitualmente pasean, y hacen ejercicio por sus riberas o pescan en un cauce agotado.Todos los ciudadanos consultados por ABC coinciden en que se está matando al río, que a su paso por Toledo está más seco que el año pasado a pesar de las intensas lluvias caídas la pasada primavera.Fernando, que creció en la zona de San Cipriano, recuerda nostálgico su infancia. «Llegaba el verano y bajaba al río con mis amigos, había playitas y quioscos, nos bañábamos en Safont y en Barca Pasaje, daba gusto verlo». Sin embargo ahora «está muy seco, ha bajado mucho el caudal, se ven isletas y a los patos caminando».Mal olor y basuraCarlos, que nació en una casa de la central hidroeléctrica muy cerca del puente de Alcántara, confiesa sentirse decepcionado por la evolución negativa del río, y señala la vivienda donde pasó su infancia: «en esa terraza tendía la ropa mi abuela, el río entonces era vida, ahora huele mal y acumula basura en las riberas».Diego y Raquel señalan que hay mucha menos agua «y muy sucia» y creen que el caudal es menor que el año pasado, incluso con todas las lluvias de primavera, la quinta más lluviosa desde 1961 y la tercera del siglo XXI debido, especialmente, a las precipitaciones de marzo.Para José Luis y Carmen lo más llamativo es la suciedad, aunque también la bajada de caudal desde hace un par de meses.Jesús y Conchi no residen e Toledo, pero él nació en la ciudad y de vez en cuando la visitan y pasean por la senda, en la zona de Azarquiel. «Da pena que un entorno tan bonito esté tan estropeado» y piden más limpieza.Elena hace hincapié en el «olor desagradable» en la zona de Barca Pasaje, aunque indica que ve bien el caudal para estar en el mes de agosto.Javier, Roberto y Álvaro son tres jóvens pescadores que se atreven, a pesar de la sequía del río, a lanzar sus cañas en busca de carpas. Llegan sobre las 10.30 horas y se irán a mediodía. Ven el cauce muy bajo y más sucio de lo habitual por el arrastre de las crecidas. «A pesar de lo que ha llovido, el río está más seco que otros años, lo vemos abandonado y hay muchos mosquitos». Pescan bajo el puente de Azarquiel, donde aseguran que sacan carpas pequeñas de entre medio y dos kilos, cuando lo habitual, dicen, es que pasen de los seis kilos. Se han decidido por esta zona del río porque en la zona de Tenerías hay una plaga de peces gato. «se comen todo, los huevos de las carpas, los alevines (crías recién nacidas) y no hay variedad; si los pescas hay que matarlos», aseguran y se disponen a pasar unas horas junto a un río Tajo con «un olor repugnante». Que ha bajado el volumen de agua del río Tajo a su paso por Toledo es evidente. Basta darse una vuelta por la zona de Azarquiel y constatar que en algunas zonas hay solo una lámina de agua . Además, las arenas acumuladas como consecuencia de los arrastres que hubo de las últimas danas también impiden el tránsito del agua. Una de las voces más críticas con la situación del Tajo desde hace décadas, es la del exalcalde de Toledo, Juan Ignacio de Mesa , quien sostiene que al río se le ha esquilmado desde hace más de 50 años, «primero por la contaminación que no tiene solución y no se adoptan medidas para conseguir que el agua que pasa por Toledo sea limpia, es una cloaca a cielo abierto «.Y en segundo lugar cita al trasvase como responsable de la situación: «Se hizo un cálculo de pluviometría en cabecera que no se adaptaba en ningún caso a la realidad; esto hace que las aguas de cabecera que se están trasvasando disminuyan el caudal del río y significa que en Toledo muchas veces lo que está pasando es el Jarama y no el río Tajo», explica con rabia sus argumentos.« No es el Tajo, es un poco del Jarama «, insiste y sentencia: »Es que ya ni siquiera los patos nadan en el río, andan porque no hay profundidad suficiente«.El río Tajo «asesinado» Las imágenes del río Tajo, entre los puentes de Alcántara y Azarquiel, son desoladoras. Arenas acumuladas a consecuencia de los arrastres de las lluvias de marzo, llenan de isletas este tramo. H. FRAILEDe Mesa culpa a todas las administraciones que han permitido «asesinar» a un río sin tomar ninguna medida , «ni los unos ni los otros». El exalcalde siempre ha mantenido que este daño viene desde hace casi 90 años, en la Segunda República, siendo Indalecio Prieto ministro de Fomento, «luego continuó en el franquismo con Federico Silva Muñoz como responsable de Obras Públicas, luego el primer gobierno de UCD y después con la línea de aprovechamiento conjunto del trasvase Tajo-Segura aprobado ya en las Cortes democráticas por todos los partidos sin que nadie se opusiera, únicamente dos personas, un diputado y un senador por Toledo, que tuvieron la dignidad de no apoyar la ley. O sea, que no echen la culpa unos a los otros, todos son responsables de un asesinato. Yo cuando me asomo lo único que veo es una cloaca», añade el también miembro de la Comisión Ejecutiva de la Real Fundación de Toledo.La opinión de Juan Ignacio de Mesa sobre el Tajo, la corroboran muchos toledanos que habitualmente pasean, y hacen ejercicio por sus riberas o pescan en un cauce agotado.Todos los ciudadanos consultados por ABC coinciden en que se está matando al río, que a su paso por Toledo está más seco que el año pasado a pesar de las intensas lluvias caídas la pasada primavera.Fernando, que creció en la zona de San Cipriano, recuerda nostálgico su infancia. «Llegaba el verano y bajaba al río con mis amigos, había playitas y quioscos, nos bañábamos en Safont y en Barca Pasaje, daba gusto verlo». Sin embargo ahora «está muy seco, ha bajado mucho el caudal, se ven isletas y a los patos caminando».Mal olor y basuraCarlos, que nació en una casa de la central hidroeléctrica muy cerca del puente de Alcántara, confiesa sentirse decepcionado por la evolución negativa del río, y señala la vivienda donde pasó su infancia: «en esa terraza tendía la ropa mi abuela, el río entonces era vida, ahora huele mal y acumula basura en las riberas».Diego y Raquel señalan que hay mucha menos agua «y muy sucia» y creen que el caudal es menor que el año pasado, incluso con todas las lluvias de primavera, la quinta más lluviosa desde 1961 y la tercera del siglo XXI debido, especialmente, a las precipitaciones de marzo.Para José Luis y Carmen lo más llamativo es la suciedad, aunque también la bajada de caudal desde hace un par de meses.Jesús y Conchi no residen e Toledo, pero él nació en la ciudad y de vez en cuando la visitan y pasean por la senda, en la zona de Azarquiel. «Da pena que un entorno tan bonito esté tan estropeado» y piden más limpieza.Elena hace hincapié en el «olor desagradable» en la zona de Barca Pasaje, aunque indica que ve bien el caudal para estar en el mes de agosto.Javier, Roberto y Álvaro son tres jóvens pescadores que se atreven, a pesar de la sequía del río, a lanzar sus cañas en busca de carpas. Llegan sobre las 10.30 horas y se irán a mediodía. Ven el cauce muy bajo y más sucio de lo habitual por el arrastre de las crecidas. «A pesar de lo que ha llovido, el río está más seco que otros años, lo vemos abandonado y hay muchos mosquitos». Pescan bajo el puente de Azarquiel, donde aseguran que sacan carpas pequeñas de entre medio y dos kilos, cuando lo habitual, dicen, es que pasen de los seis kilos. Se han decidido por esta zona del río porque en la zona de Tenerías hay una plaga de peces gato. «se comen todo, los huevos de las carpas, los alevines (crías recién nacidas) y no hay variedad; si los pescas hay que matarlos», aseguran y se disponen a pasar unas horas junto a un río Tajo con «un olor repugnante». RSS de noticias de espana
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