Comen poco, ríen flojito y no se relacionan. Así fue como mi amiga definió un grupo de gente que sospechaba que era rica. Susurraban apartados en una esquina del salón donde se celebraba la boda; era a finales de junio, así que todos dimos barra libre a la euforia por la llegada del calor y el contrato matrimonial. Excepto aquellas cuatro personas vestidas de diseñador que habían decidido retirarse a un lado, sucumbidas a unos modales que, pese a sugerir educación preventiva, dejaban entrever una enfermiza celosía de la propia intimidad y una gran fantasía de control.
Esta desvinculación radical de los ricos con el resto de los mortales permite un hedonismo no solamente insólito, sino también inmoral, secreto y sin consecuencias
Comen poco, ríen flojito y no se relacionan. Así fue como mi amiga definió un grupo de gente que sospechaba que era rica. Susurraban apartados en una esquina del salón donde se celebraba la boda; era a finales de junio, así que todos dimos barra libre a la euforia por la llegada del calor y el contrato matrimonial. Excepto aquellas cuatro personas vestidas de diseñador que habían decidido retirarse a un lado, sucumbidas a unos modales que, pese a sugerir educación preventiva, dejaban entrever una enfermiza celosía de la propia intimidad y una gran fantasía de control.
Feed MRSS-S Noticias