El Sevilla de Almeyda quiere ver la botella medio llena y se empeña en anteponer sus virtudes a las carencias, que las sigue habiendo en varias líneas, sobre todo en una defensa dubitativa y demasiado cogida con alfileres a estas alturas. Ello no quita que el equipo absorbe la idea que le quiere imprimir su entrenador, con un dibujo y actores principales cada vez más reconocibles, y la máxima de competir sin negociar el esfuerzo desde la base de un buen trabajo físico que da réditos. Ante un Olympique de Marsella que jugará la Liga de Campeones este curso, el Sevilla empató 1-1 mirándole a los ojos los noventa minutos, que no es poco. Greenwood adelantó a los galos y Sow estableció las tablas con un golazo antes del descanso. A mejorar, sin duda, el flojo nivel defensivo de los de Nervión, facilitando centros laterales peligrosos y más llegadas de las deseadas por parte de su rival con errores no forzados que urge erradicar cuanto antes.Almeyda salió en el Vélodrome con lo mejor que tenía disponible, sorteando la preocupante plaga de lesiones (Ejuke se sumó a la enfermería a última hora) pero sin condicionarse por la cercanía del Trofeo Puerta de este lunes. El argentino apostó por dar continuidad a su once tipo, el mismo prácticamente que cosechó la primera victoria del verano una semana atrás en la cancha del Schalke 04. Tan solo salió de la formación inicial el lesionado Badé por un Agoumé que ingresó en el centro del campo para que Gudelj retrasara su posición al eje de la zaga. Todo lógico, otro de los avances de Almeyda para este Sevilla ávido de dosis de sentido común.En la capital hispalense no sólo se quedó Badé, sino otros futbolistas como Isaac, Alfon o Marcao, aquejados de diferentes molestias, además de los lesionados de larga duración Jordán y Nianzou. Con todo, la puesta en escena sevillista ante un rival de Champions con figuras de la talla de Adrien Rabiot, Jonathan Rowe o Mason Greenwood fue notable, en un Vélodrome a reventar para un partido en el que pagaban los socios y con 63.000 entradas vendidas . No les afectó el ambiente ensordecedor a los de Almeyda, con personalidad desde el arranque. Un Sevilla que volvió a manejarse bien en la presión alta , intentando ahogar la salida de los franceses y con las líneas casi siempre muy juntas. Para nada se encontraron cómodos los de De Zerbi en esos primeros compases del choque.Los movimientos de Idumbo hacia adentro buscando la movilidad de Akor y las carreras eléctricas a la contra de Lukebakio son trascendentes en el dibujo. Esa velocidad desde los costados y la acumulación de hombres en el área contraria hicieron tambalearse por momentos a la zaga del Marsella. En general, la imagen fue la de un Sevilla bien trabajado tácticamente , con orden en todas las líneas.Pero sigue penalizando lo mismo, el desempeño defensivo . Las costuras volvieron a saltar donde casi siempre, en el lateral derecho. Rowe se convirtió en un quebradero de cabeza para Carmona. El Olympique se dio cuenta y lo percutió casi todo por esa zona. Primero el inglés le robó la pelota y el canterano lo trabó por detrás jugándose el penalti. Se libró por centímetros. No consigue Almeyda depurar las peligrosas desconexiones del visueño que le han costado goles o sustos de enjundia al equipo en los cuatro amistosos. Minutos después, el árbitro le perdonaría la roja a Carmona por una entrada fuera de lugar sobre el joven extremo local. Lo volvió loco. Se reconfirma que Cordón tiene trabajo en esa demarcación. Se le acumulan las tareas al extremeño.Los locales apenas inquietaron de inicio con un cabezazo centrado del danés Pierre-Emile Hojbjerg ante el que respondió bien Nyland. El meta noruego del Sevilla realizó varias intervenciones de mérito. Reivindicándose. Hacia adelante el equipo seguía a lo suyo. Muy solidario en las ayudas y la intensidad, exhibiendo en cierta manera los resultados de ese exigente trabajo físico del preparador Guido Bonini que va recogiendo frutos muy interesantes. Pese a la imagen sólida del Sevilla, a los 24 minutos el que abrió la lata fue el Olympique por medio de Mason Greenwood con un certero cabezazo. El ex del Getafe aprovechó un centro medido de Murillo y cogiéndole la espalda a Gudelj y a Agoumé superó a Nyland. La zaga necesita más contundencia. Almeyda lo sabe. La afición lo ve.El Sevilla no se amilanó, no es el equipo de hace poco que entregaba fácil las armas. Se vino arriba pronto y pudo nivelar el choque en sendas llegadas de Lukebakio y de Idumbo. Obtendrían su premio los hispalenses con un golazo más que merecido que se gestó en un gran cambio de orientación de Kike Salas a Lukebakio. El belga controló, aguantó en el área ante dos rivales y se la colocó en la frontal a Sow para que el suizo limpiara de telarañas la escuadra de Rulli. El tanto, de bellísima factura, hacía justicia en el Vélodrome.Con 1-1 se irían los equipos al túnel de vestuarios para el intermedio, no sin que antes Nyland tuviera que emplearse a fondo para abortar un par de ocasiones claras de Gouri y Hojbjerg de cabeza, salvando los muebles una vez más a las indecisiones de su defensa.En la segunda parte, Almeyda rotó a casi todo el equipo; le dio chance a la unidad B y a varios de los canteranos. No hubo minutos esta vez para Juanlu, en la rampa de salida. Inevitablemente, el equipo perdió fuelle con el carrusel de cambios. A pesar de todo, la ocasión más clara la generó Peque para el Sevilla aprovechando un error grotesco de Rulli en su salida. La defensa del Marsella consiguió sacar la pelota a tiempo cuando los visitantes ya casi mascaban su segundo gol. Muy poquito más que esa peligrosa llegada del menudo atacante catalán firmó un Sevilla que entregó el balón a su rival en el segundo acto. Con las armas justas, los de Almeyda se dedicaron a nadar y guardar la ropa hasta lograr controlar sin excesivos problemas el ímpetu de los locales por llevarse el partido. Aprobó también el Sevilla en esta faceta del sacrificio que le tocó exprimir en la reanudación. El equipo da pasos hacia adelante. 1-1 en casa de un adversario poderoso.Las probaturas se van acabando para los de Almeyda y el entrenador se hace el cuerpo. Irá prácticamente con lo puesto al debut liguero en San Mamés dentro de dos semanas. Cordón sólo ha articulado un movimiento de entrada y no ha podido sacar a ningún jugador con contrato hasta la fecha, lo que demora las inscripciones para la competición oficial de jugadores del peso específico de Akor Adams, Rubén Vargas, Gabriel Suazo y Alfon González, todos ellos llamados a ser importantes en el proyecto y que, junto al descarte Álvaro Fernández, siguen sin aparecer en la relación de alistados en LaLiga y no lo podrán hacer hasta que el club logre el espacio salarial requerido por el control económico a través de alguna venta importante, con Juanlu a la espera, o dando salida a algunas de las costosas fichas que no cuentan.FICHA DEL PARTIDO:Olympique de Marsella: Rulli (De Lange, m. 62); Murillo (Egan-Riley, m. 46), Balerdi, Facundo Medina (Cornelius, m. 62), Ulisses Garcia (Nadir, m. 62); Hojbjerg, Gomes (Vaz, m. 62), Rabiot (Maupay, m. 77); Greenwood (Harit, m. 77), Rowe (Bakola, m. 62) y Gouiri (Aubameyang, m. 71).Sevilla FC: Nyland (Alberto Flores, m. 80); Carmona, Gudelj (Ramón Martínez, m. 46), Kike Salas (Castrín, m. 46), Suazo (Pedrosa, m. 46); Agoumé (Edu Altozano, m. 61), Sow (Manu Bueno, m. 46); Lukebakio (Rivera, m. 46), Vargas (Peque, m. 46), Idumbo (Oso, m. 46); y Akor Adams (Iheanacho, m. 46).Árbitro: Guillaume Paradis (Francia). Amarillas a los visitantes Akor Adams, Carmona, Ramón Martínez, Manu Bueno, Iheanacho, Guido Bonini (preparador físico) y Matías Almeyda (entrenador).Goles: 1-0, m. 25: Greenwood. 1-1, m. 36: Sow.Estadio: Orange Vélodrome de Marsella. 63.000 espectadores. El Sevilla de Almeyda quiere ver la botella medio llena y se empeña en anteponer sus virtudes a las carencias, que las sigue habiendo en varias líneas, sobre todo en una defensa dubitativa y demasiado cogida con alfileres a estas alturas. Ello no quita que el equipo absorbe la idea que le quiere imprimir su entrenador, con un dibujo y actores principales cada vez más reconocibles, y la máxima de competir sin negociar el esfuerzo desde la base de un buen trabajo físico que da réditos. Ante un Olympique de Marsella que jugará la Liga de Campeones este curso, el Sevilla empató 1-1 mirándole a los ojos los noventa minutos, que no es poco. Greenwood adelantó a los galos y Sow estableció las tablas con un golazo antes del descanso. A mejorar, sin duda, el flojo nivel defensivo de los de Nervión, facilitando centros laterales peligrosos y más llegadas de las deseadas por parte de su rival con errores no forzados que urge erradicar cuanto antes.Almeyda salió en el Vélodrome con lo mejor que tenía disponible, sorteando la preocupante plaga de lesiones (Ejuke se sumó a la enfermería a última hora) pero sin condicionarse por la cercanía del Trofeo Puerta de este lunes. El argentino apostó por dar continuidad a su once tipo, el mismo prácticamente que cosechó la primera victoria del verano una semana atrás en la cancha del Schalke 04. Tan solo salió de la formación inicial el lesionado Badé por un Agoumé que ingresó en el centro del campo para que Gudelj retrasara su posición al eje de la zaga. Todo lógico, otro de los avances de Almeyda para este Sevilla ávido de dosis de sentido común.En la capital hispalense no sólo se quedó Badé, sino otros futbolistas como Isaac, Alfon o Marcao, aquejados de diferentes molestias, además de los lesionados de larga duración Jordán y Nianzou. Con todo, la puesta en escena sevillista ante un rival de Champions con figuras de la talla de Adrien Rabiot, Jonathan Rowe o Mason Greenwood fue notable, en un Vélodrome a reventar para un partido en el que pagaban los socios y con 63.000 entradas vendidas . No les afectó el ambiente ensordecedor a los de Almeyda, con personalidad desde el arranque. Un Sevilla que volvió a manejarse bien en la presión alta , intentando ahogar la salida de los franceses y con las líneas casi siempre muy juntas. Para nada se encontraron cómodos los de De Zerbi en esos primeros compases del choque.Los movimientos de Idumbo hacia adentro buscando la movilidad de Akor y las carreras eléctricas a la contra de Lukebakio son trascendentes en el dibujo. Esa velocidad desde los costados y la acumulación de hombres en el área contraria hicieron tambalearse por momentos a la zaga del Marsella. En general, la imagen fue la de un Sevilla bien trabajado tácticamente , con orden en todas las líneas.Pero sigue penalizando lo mismo, el desempeño defensivo . Las costuras volvieron a saltar donde casi siempre, en el lateral derecho. Rowe se convirtió en un quebradero de cabeza para Carmona. El Olympique se dio cuenta y lo percutió casi todo por esa zona. Primero el inglés le robó la pelota y el canterano lo trabó por detrás jugándose el penalti. Se libró por centímetros. No consigue Almeyda depurar las peligrosas desconexiones del visueño que le han costado goles o sustos de enjundia al equipo en los cuatro amistosos. Minutos después, el árbitro le perdonaría la roja a Carmona por una entrada fuera de lugar sobre el joven extremo local. Lo volvió loco. Se reconfirma que Cordón tiene trabajo en esa demarcación. Se le acumulan las tareas al extremeño.Los locales apenas inquietaron de inicio con un cabezazo centrado del danés Pierre-Emile Hojbjerg ante el que respondió bien Nyland. El meta noruego del Sevilla realizó varias intervenciones de mérito. Reivindicándose. Hacia adelante el equipo seguía a lo suyo. Muy solidario en las ayudas y la intensidad, exhibiendo en cierta manera los resultados de ese exigente trabajo físico del preparador Guido Bonini que va recogiendo frutos muy interesantes. Pese a la imagen sólida del Sevilla, a los 24 minutos el que abrió la lata fue el Olympique por medio de Mason Greenwood con un certero cabezazo. El ex del Getafe aprovechó un centro medido de Murillo y cogiéndole la espalda a Gudelj y a Agoumé superó a Nyland. La zaga necesita más contundencia. Almeyda lo sabe. La afición lo ve.El Sevilla no se amilanó, no es el equipo de hace poco que entregaba fácil las armas. Se vino arriba pronto y pudo nivelar el choque en sendas llegadas de Lukebakio y de Idumbo. Obtendrían su premio los hispalenses con un golazo más que merecido que se gestó en un gran cambio de orientación de Kike Salas a Lukebakio. El belga controló, aguantó en el área ante dos rivales y se la colocó en la frontal a Sow para que el suizo limpiara de telarañas la escuadra de Rulli. El tanto, de bellísima factura, hacía justicia en el Vélodrome.Con 1-1 se irían los equipos al túnel de vestuarios para el intermedio, no sin que antes Nyland tuviera que emplearse a fondo para abortar un par de ocasiones claras de Gouri y Hojbjerg de cabeza, salvando los muebles una vez más a las indecisiones de su defensa.En la segunda parte, Almeyda rotó a casi todo el equipo; le dio chance a la unidad B y a varios de los canteranos. No hubo minutos esta vez para Juanlu, en la rampa de salida. Inevitablemente, el equipo perdió fuelle con el carrusel de cambios. A pesar de todo, la ocasión más clara la generó Peque para el Sevilla aprovechando un error grotesco de Rulli en su salida. La defensa del Marsella consiguió sacar la pelota a tiempo cuando los visitantes ya casi mascaban su segundo gol. Muy poquito más que esa peligrosa llegada del menudo atacante catalán firmó un Sevilla que entregó el balón a su rival en el segundo acto. Con las armas justas, los de Almeyda se dedicaron a nadar y guardar la ropa hasta lograr controlar sin excesivos problemas el ímpetu de los locales por llevarse el partido. Aprobó también el Sevilla en esta faceta del sacrificio que le tocó exprimir en la reanudación. El equipo da pasos hacia adelante. 1-1 en casa de un adversario poderoso.Las probaturas se van acabando para los de Almeyda y el entrenador se hace el cuerpo. Irá prácticamente con lo puesto al debut liguero en San Mamés dentro de dos semanas. Cordón sólo ha articulado un movimiento de entrada y no ha podido sacar a ningún jugador con contrato hasta la fecha, lo que demora las inscripciones para la competición oficial de jugadores del peso específico de Akor Adams, Rubén Vargas, Gabriel Suazo y Alfon González, todos ellos llamados a ser importantes en el proyecto y que, junto al descarte Álvaro Fernández, siguen sin aparecer en la relación de alistados en LaLiga y no lo podrán hacer hasta que el club logre el espacio salarial requerido por el control económico a través de alguna venta importante, con Juanlu a la espera, o dando salida a algunas de las costosas fichas que no cuentan.FICHA DEL PARTIDO:Olympique de Marsella: Rulli (De Lange, m. 62); Murillo (Egan-Riley, m. 46), Balerdi, Facundo Medina (Cornelius, m. 62), Ulisses Garcia (Nadir, m. 62); Hojbjerg, Gomes (Vaz, m. 62), Rabiot (Maupay, m. 77); Greenwood (Harit, m. 77), Rowe (Bakola, m. 62) y Gouiri (Aubameyang, m. 71).Sevilla FC: Nyland (Alberto Flores, m. 80); Carmona, Gudelj (Ramón Martínez, m. 46), Kike Salas (Castrín, m. 46), Suazo (Pedrosa, m. 46); Agoumé (Edu Altozano, m. 61), Sow (Manu Bueno, m. 46); Lukebakio (Rivera, m. 46), Vargas (Peque, m. 46), Idumbo (Oso, m. 46); y Akor Adams (Iheanacho, m. 46).Árbitro: Guillaume Paradis (Francia). Amarillas a los visitantes Akor Adams, Carmona, Ramón Martínez, Manu Bueno, Iheanacho, Guido Bonini (preparador físico) y Matías Almeyda (entrenador).Goles: 1-0, m. 25: Greenwood. 1-1, m. 36: Sow.Estadio: Orange Vélodrome de Marsella. 63.000 espectadores. El Sevilla de Almeyda quiere ver la botella medio llena y se empeña en anteponer sus virtudes a las carencias, que las sigue habiendo en varias líneas, sobre todo en una defensa dubitativa y demasiado cogida con alfileres a estas alturas. Ello no quita que el equipo absorbe la idea que le quiere imprimir su entrenador, con un dibujo y actores principales cada vez más reconocibles, y la máxima de competir sin negociar el esfuerzo desde la base de un buen trabajo físico que da réditos. Ante un Olympique de Marsella que jugará la Liga de Campeones este curso, el Sevilla empató 1-1 mirándole a los ojos los noventa minutos, que no es poco. Greenwood adelantó a los galos y Sow estableció las tablas con un golazo antes del descanso. A mejorar, sin duda, el flojo nivel defensivo de los de Nervión, facilitando centros laterales peligrosos y más llegadas de las deseadas por parte de su rival con errores no forzados que urge erradicar cuanto antes.Almeyda salió en el Vélodrome con lo mejor que tenía disponible, sorteando la preocupante plaga de lesiones (Ejuke se sumó a la enfermería a última hora) pero sin condicionarse por la cercanía del Trofeo Puerta de este lunes. El argentino apostó por dar continuidad a su once tipo, el mismo prácticamente que cosechó la primera victoria del verano una semana atrás en la cancha del Schalke 04. Tan solo salió de la formación inicial el lesionado Badé por un Agoumé que ingresó en el centro del campo para que Gudelj retrasara su posición al eje de la zaga. Todo lógico, otro de los avances de Almeyda para este Sevilla ávido de dosis de sentido común.En la capital hispalense no sólo se quedó Badé, sino otros futbolistas como Isaac, Alfon o Marcao, aquejados de diferentes molestias, además de los lesionados de larga duración Jordán y Nianzou. Con todo, la puesta en escena sevillista ante un rival de Champions con figuras de la talla de Adrien Rabiot, Jonathan Rowe o Mason Greenwood fue notable, en un Vélodrome a reventar para un partido en el que pagaban los socios y con 63.000 entradas vendidas . No les afectó el ambiente ensordecedor a los de Almeyda, con personalidad desde el arranque. Un Sevilla que volvió a manejarse bien en la presión alta , intentando ahogar la salida de los franceses y con las líneas casi siempre muy juntas. Para nada se encontraron cómodos los de De Zerbi en esos primeros compases del choque.Los movimientos de Idumbo hacia adentro buscando la movilidad de Akor y las carreras eléctricas a la contra de Lukebakio son trascendentes en el dibujo. Esa velocidad desde los costados y la acumulación de hombres en el área contraria hicieron tambalearse por momentos a la zaga del Marsella. En general, la imagen fue la de un Sevilla bien trabajado tácticamente , con orden en todas las líneas.Pero sigue penalizando lo mismo, el desempeño defensivo . Las costuras volvieron a saltar donde casi siempre, en el lateral derecho. Rowe se convirtió en un quebradero de cabeza para Carmona. El Olympique se dio cuenta y lo percutió casi todo por esa zona. Primero el inglés le robó la pelota y el canterano lo trabó por detrás jugándose el penalti. Se libró por centímetros. No consigue Almeyda depurar las peligrosas desconexiones del visueño que le han costado goles o sustos de enjundia al equipo en los cuatro amistosos. Minutos después, el árbitro le perdonaría la roja a Carmona por una entrada fuera de lugar sobre el joven extremo local. Lo volvió loco. Se reconfirma que Cordón tiene trabajo en esa demarcación. Se le acumulan las tareas al extremeño.Los locales apenas inquietaron de inicio con un cabezazo centrado del danés Pierre-Emile Hojbjerg ante el que respondió bien Nyland. El meta noruego del Sevilla realizó varias intervenciones de mérito. Reivindicándose. Hacia adelante el equipo seguía a lo suyo. Muy solidario en las ayudas y la intensidad, exhibiendo en cierta manera los resultados de ese exigente trabajo físico del preparador Guido Bonini que va recogiendo frutos muy interesantes. Pese a la imagen sólida del Sevilla, a los 24 minutos el que abrió la lata fue el Olympique por medio de Mason Greenwood con un certero cabezazo. El ex del Getafe aprovechó un centro medido de Murillo y cogiéndole la espalda a Gudelj y a Agoumé superó a Nyland. La zaga necesita más contundencia. Almeyda lo sabe. La afición lo ve.El Sevilla no se amilanó, no es el equipo de hace poco que entregaba fácil las armas. Se vino arriba pronto y pudo nivelar el choque en sendas llegadas de Lukebakio y de Idumbo. Obtendrían su premio los hispalenses con un golazo más que merecido que se gestó en un gran cambio de orientación de Kike Salas a Lukebakio. El belga controló, aguantó en el área ante dos rivales y se la colocó en la frontal a Sow para que el suizo limpiara de telarañas la escuadra de Rulli. El tanto, de bellísima factura, hacía justicia en el Vélodrome.Con 1-1 se irían los equipos al túnel de vestuarios para el intermedio, no sin que antes Nyland tuviera que emplearse a fondo para abortar un par de ocasiones claras de Gouri y Hojbjerg de cabeza, salvando los muebles una vez más a las indecisiones de su defensa.En la segunda parte, Almeyda rotó a casi todo el equipo; le dio chance a la unidad B y a varios de los canteranos. No hubo minutos esta vez para Juanlu, en la rampa de salida. Inevitablemente, el equipo perdió fuelle con el carrusel de cambios. A pesar de todo, la ocasión más clara la generó Peque para el Sevilla aprovechando un error grotesco de Rulli en su salida. La defensa del Marsella consiguió sacar la pelota a tiempo cuando los visitantes ya casi mascaban su segundo gol. Muy poquito más que esa peligrosa llegada del menudo atacante catalán firmó un Sevilla que entregó el balón a su rival en el segundo acto. Con las armas justas, los de Almeyda se dedicaron a nadar y guardar la ropa hasta lograr controlar sin excesivos problemas el ímpetu de los locales por llevarse el partido. Aprobó también el Sevilla en esta faceta del sacrificio que le tocó exprimir en la reanudación. El equipo da pasos hacia adelante. 1-1 en casa de un adversario poderoso.Las probaturas se van acabando para los de Almeyda y el entrenador se hace el cuerpo. Irá prácticamente con lo puesto al debut liguero en San Mamés dentro de dos semanas. Cordón sólo ha articulado un movimiento de entrada y no ha podido sacar a ningún jugador con contrato hasta la fecha, lo que demora las inscripciones para la competición oficial de jugadores del peso específico de Akor Adams, Rubén Vargas, Gabriel Suazo y Alfon González, todos ellos llamados a ser importantes en el proyecto y que, junto al descarte Álvaro Fernández, siguen sin aparecer en la relación de alistados en LaLiga y no lo podrán hacer hasta que el club logre el espacio salarial requerido por el control económico a través de alguna venta importante, con Juanlu a la espera, o dando salida a algunas de las costosas fichas que no cuentan.FICHA DEL PARTIDO:Olympique de Marsella: Rulli (De Lange, m. 62); Murillo (Egan-Riley, m. 46), Balerdi, Facundo Medina (Cornelius, m. 62), Ulisses Garcia (Nadir, m. 62); Hojbjerg, Gomes (Vaz, m. 62), Rabiot (Maupay, m. 77); Greenwood (Harit, m. 77), Rowe (Bakola, m. 62) y Gouiri (Aubameyang, m. 71).Sevilla FC: Nyland (Alberto Flores, m. 80); Carmona, Gudelj (Ramón Martínez, m. 46), Kike Salas (Castrín, m. 46), Suazo (Pedrosa, m. 46); Agoumé (Edu Altozano, m. 61), Sow (Manu Bueno, m. 46); Lukebakio (Rivera, m. 46), Vargas (Peque, m. 46), Idumbo (Oso, m. 46); y Akor Adams (Iheanacho, m. 46).Árbitro: Guillaume Paradis (Francia). Amarillas a los visitantes Akor Adams, Carmona, Ramón Martínez, Manu Bueno, Iheanacho, Guido Bonini (preparador físico) y Matías Almeyda (entrenador).Goles: 1-0, m. 25: Greenwood. 1-1, m. 36: Sow.Estadio: Orange Vélodrome de Marsella. 63.000 espectadores. RSS de noticias de deportes
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