No es lo mismo vivir con miedo a que algo suceda y estar medianamente preparado para ello, que quedarse ajeno a esa realidad y que ese temor entre oculto y olvidado te ataque por la espalda . Algo similar le ha sucedido al Sevilla en la recta final de la temporada. Está a una o dos victorias (quedan seis partidos por delante) de dejar finiquitada una permanencia que se tenía agarrada con las dos manos hace mes y medio (pensando incluso más en el asalto a Europa) y ahora se ha puesto al rojo vivo por la inoperancia de un equipo que ha firmado unos números desastrosos en este tiempo, con únicamente un punto en las últimas cinco jornadas, habiendo despedido a su entrenador y apuesta del curso. La visita a Osasuna , poco agradable por los precedentes y la sensación de adversario que en su estadio siempre muestra una cara competitiva y duro de pelar, llega en un momento delicadísimo. Porque el empate frente al Alavés , aunque cortase la sangría de derrotas, demostró que Caparrós ha tocado pocas teclas y el equipo suena bastante más desafinado que con Pimienta . Se ha apostado por lo sencillo y populista. Encontrar la necesaria victoria ahora está en manos de un mito del sevillismo. El peso de la responsabilidad es gigante.Porque antes de medirse al Alavés, o incluso antes de la victoria de Las Palmas sobre el Atlético , se pensaba que la situación era compleja, pero que se saldría de ella sin más apuros. Sumando poco a poco pero sin peligro real a caer a la zona caliente. El pensamiento se ha tornado diferente. Lo visto y vivido el domingo en el Sánchez-Pizjuán deja bien claro que este Sevilla es un flan. Un equipo acomplejado y temeroso de sí mismo. Que no se atreve con la pelota y que vive sumido en la fatalidad, convencido de que sucederá algo que le impedirá obtener la necesaria victoria. Ese pensamiento pesimista es el que está intentando borrar a marchar forzadas el nuevo entrenador, ofreciendo confianza a sus hombres y pidiendo que el núcleo duro y experimentado coja la batuta. Por eso siempre quiere algún veterano llevando el peso del equipo y el propio brazalete.Alineaciones probables CD Osasuna: Herrera; Areso, Boyomo, Catena, Herrando, Bretones; Pablo Ibáñez, Torró; Rubén García, Budimir y Aimar Oroz. Sevilla FC: Nyland; Carmona, Badé, Kike Salas, Pedrosa; Suso, Sow, Agoumé, Lukebakio; Peque e Isaac. Árbitro: Cordero Vega (C. Cántabro) Estadio: El Sadar (19.00). MovistarCon la ausencia de Gudelj por amarillas, además de Sambi Lokonga por lesión, el centro del campo se le ha quedado bien claro al utrerano. Sow será el elegido para acompañar a Agoumé en la medular, siendo el francés deberá realizar la función de jugador más defensivo, quedando siempre en auxilio de los centrales, con el suizo proyectando esa movilidad y conocimiento de los espacios que le sale de forma natural. De hecho, su entrada al campo ante el Alavés coincidió con los mejores minutos ofensivos del Sevilla. Además, mezcla bien con Suso, ya que el gaditano es un centrocampista que parte desde la banda, dejando que otros sean los que corran a los espacios (tanto lateral como centrocampista con recorrido) para ofrecerles un pase en ventaja. Así llegaron las ocasiones más importantes del Sevilla en el redebut de Caparrós con los sevillistas.También tiene el entrenador la carta de Saúl , que utilizase antes que la del helvético. Ese carácter del ex del Atlético es marca de la casa para el técnico en cuanto a los jugadores que suele alinear, aunque con tan poco tiempo no está para recuperar a hombres a los que no se les ha visto nada a lo largo del ejercicio, teniendo igualmente en cuenta que el propio Sow ha sido de los más destacados en la medular durante la temporada. Cogiendo las certezas, Caparrós tiene clara su apuesta para una demarcación clave. Pide muchos kilómetros, salir vencedores de los duelos, pero también esas gotas de calidad que tanta falta hacen en el Sevilla .El papel de SusoSuso no está para 90 minutos . Después de un curso donde ni siquiera ha jugado como titular un encuentro en Liga, darle toda la responsabilidad de liderar al Sevilla en una final en Pamplona ofrece una sensación de improvisación importante, aunque se ve al gaditano con ganas de dejar una última huella en el imaginario sevillista. Cuando se marche quedarán sus goles en semifinales de la Europa League de 2020 al United y, sobre todo, el zapatazo contra la Juve de hace dos años . Quiere despedirse con una última muestra de cariño en forma de acción decisiva. La tuvo en sus botas contra el Alavés, pero se le marchó alto. Se puede dar la curiosidad, de ser titular el número 10, de que porte el brazalete de capitán en su primera titularidad. Años en la casa lleva para ello, aunque sería una imagen del cambio que trata de darle Caparrós al equipo. Siempre aguerrido, sin obviar que mediante los jugadores de talento se alcanza antes la victoria .El Sevilla se la juega en Pamplona. Se acaba el tiempo y los puntos en juego han cogido una trascendencia aplastante, sobre todo tras la victoria del Alavés ayer ante la Real Sociedad. El peso de la responsabilidad atenaza a un equipo que no se había visto hasta hace un par de semanas con la soga cerca de su cuello. Hay margen. Cada vez más estrecho. Mejor hoy que mañana, que los peligros de la vida encuentran más de una forma de presentarse delante justo cuando menos te los esperas . No es lo mismo vivir con miedo a que algo suceda y estar medianamente preparado para ello, que quedarse ajeno a esa realidad y que ese temor entre oculto y olvidado te ataque por la espalda . Algo similar le ha sucedido al Sevilla en la recta final de la temporada. Está a una o dos victorias (quedan seis partidos por delante) de dejar finiquitada una permanencia que se tenía agarrada con las dos manos hace mes y medio (pensando incluso más en el asalto a Europa) y ahora se ha puesto al rojo vivo por la inoperancia de un equipo que ha firmado unos números desastrosos en este tiempo, con únicamente un punto en las últimas cinco jornadas, habiendo despedido a su entrenador y apuesta del curso. La visita a Osasuna , poco agradable por los precedentes y la sensación de adversario que en su estadio siempre muestra una cara competitiva y duro de pelar, llega en un momento delicadísimo. Porque el empate frente al Alavés , aunque cortase la sangría de derrotas, demostró que Caparrós ha tocado pocas teclas y el equipo suena bastante más desafinado que con Pimienta . Se ha apostado por lo sencillo y populista. Encontrar la necesaria victoria ahora está en manos de un mito del sevillismo. El peso de la responsabilidad es gigante.Porque antes de medirse al Alavés, o incluso antes de la victoria de Las Palmas sobre el Atlético , se pensaba que la situación era compleja, pero que se saldría de ella sin más apuros. Sumando poco a poco pero sin peligro real a caer a la zona caliente. El pensamiento se ha tornado diferente. Lo visto y vivido el domingo en el Sánchez-Pizjuán deja bien claro que este Sevilla es un flan. Un equipo acomplejado y temeroso de sí mismo. Que no se atreve con la pelota y que vive sumido en la fatalidad, convencido de que sucederá algo que le impedirá obtener la necesaria victoria. Ese pensamiento pesimista es el que está intentando borrar a marchar forzadas el nuevo entrenador, ofreciendo confianza a sus hombres y pidiendo que el núcleo duro y experimentado coja la batuta. Por eso siempre quiere algún veterano llevando el peso del equipo y el propio brazalete.Alineaciones probables CD Osasuna: Herrera; Areso, Boyomo, Catena, Herrando, Bretones; Pablo Ibáñez, Torró; Rubén García, Budimir y Aimar Oroz. Sevilla FC: Nyland; Carmona, Badé, Kike Salas, Pedrosa; Suso, Sow, Agoumé, Lukebakio; Peque e Isaac. Árbitro: Cordero Vega (C. Cántabro) Estadio: El Sadar (19.00). MovistarCon la ausencia de Gudelj por amarillas, además de Sambi Lokonga por lesión, el centro del campo se le ha quedado bien claro al utrerano. Sow será el elegido para acompañar a Agoumé en la medular, siendo el francés deberá realizar la función de jugador más defensivo, quedando siempre en auxilio de los centrales, con el suizo proyectando esa movilidad y conocimiento de los espacios que le sale de forma natural. De hecho, su entrada al campo ante el Alavés coincidió con los mejores minutos ofensivos del Sevilla. Además, mezcla bien con Suso, ya que el gaditano es un centrocampista que parte desde la banda, dejando que otros sean los que corran a los espacios (tanto lateral como centrocampista con recorrido) para ofrecerles un pase en ventaja. Así llegaron las ocasiones más importantes del Sevilla en el redebut de Caparrós con los sevillistas.También tiene el entrenador la carta de Saúl , que utilizase antes que la del helvético. Ese carácter del ex del Atlético es marca de la casa para el técnico en cuanto a los jugadores que suele alinear, aunque con tan poco tiempo no está para recuperar a hombres a los que no se les ha visto nada a lo largo del ejercicio, teniendo igualmente en cuenta que el propio Sow ha sido de los más destacados en la medular durante la temporada. Cogiendo las certezas, Caparrós tiene clara su apuesta para una demarcación clave. Pide muchos kilómetros, salir vencedores de los duelos, pero también esas gotas de calidad que tanta falta hacen en el Sevilla .El papel de SusoSuso no está para 90 minutos . Después de un curso donde ni siquiera ha jugado como titular un encuentro en Liga, darle toda la responsabilidad de liderar al Sevilla en una final en Pamplona ofrece una sensación de improvisación importante, aunque se ve al gaditano con ganas de dejar una última huella en el imaginario sevillista. Cuando se marche quedarán sus goles en semifinales de la Europa League de 2020 al United y, sobre todo, el zapatazo contra la Juve de hace dos años . Quiere despedirse con una última muestra de cariño en forma de acción decisiva. La tuvo en sus botas contra el Alavés, pero se le marchó alto. Se puede dar la curiosidad, de ser titular el número 10, de que porte el brazalete de capitán en su primera titularidad. Años en la casa lleva para ello, aunque sería una imagen del cambio que trata de darle Caparrós al equipo. Siempre aguerrido, sin obviar que mediante los jugadores de talento se alcanza antes la victoria .El Sevilla se la juega en Pamplona. Se acaba el tiempo y los puntos en juego han cogido una trascendencia aplastante, sobre todo tras la victoria del Alavés ayer ante la Real Sociedad. El peso de la responsabilidad atenaza a un equipo que no se había visto hasta hace un par de semanas con la soga cerca de su cuello. Hay margen. Cada vez más estrecho. Mejor hoy que mañana, que los peligros de la vida encuentran más de una forma de presentarse delante justo cuando menos te los esperas . No es lo mismo vivir con miedo a que algo suceda y estar medianamente preparado para ello, que quedarse ajeno a esa realidad y que ese temor entre oculto y olvidado te ataque por la espalda . Algo similar le ha sucedido al Sevilla en la recta final de la temporada. Está a una o dos victorias (quedan seis partidos por delante) de dejar finiquitada una permanencia que se tenía agarrada con las dos manos hace mes y medio (pensando incluso más en el asalto a Europa) y ahora se ha puesto al rojo vivo por la inoperancia de un equipo que ha firmado unos números desastrosos en este tiempo, con únicamente un punto en las últimas cinco jornadas, habiendo despedido a su entrenador y apuesta del curso. La visita a Osasuna , poco agradable por los precedentes y la sensación de adversario que en su estadio siempre muestra una cara competitiva y duro de pelar, llega en un momento delicadísimo. Porque el empate frente al Alavés , aunque cortase la sangría de derrotas, demostró que Caparrós ha tocado pocas teclas y el equipo suena bastante más desafinado que con Pimienta . Se ha apostado por lo sencillo y populista. Encontrar la necesaria victoria ahora está en manos de un mito del sevillismo. El peso de la responsabilidad es gigante.Porque antes de medirse al Alavés, o incluso antes de la victoria de Las Palmas sobre el Atlético , se pensaba que la situación era compleja, pero que se saldría de ella sin más apuros. Sumando poco a poco pero sin peligro real a caer a la zona caliente. El pensamiento se ha tornado diferente. Lo visto y vivido el domingo en el Sánchez-Pizjuán deja bien claro que este Sevilla es un flan. Un equipo acomplejado y temeroso de sí mismo. Que no se atreve con la pelota y que vive sumido en la fatalidad, convencido de que sucederá algo que le impedirá obtener la necesaria victoria. Ese pensamiento pesimista es el que está intentando borrar a marchar forzadas el nuevo entrenador, ofreciendo confianza a sus hombres y pidiendo que el núcleo duro y experimentado coja la batuta. Por eso siempre quiere algún veterano llevando el peso del equipo y el propio brazalete.Alineaciones probables CD Osasuna: Herrera; Areso, Boyomo, Catena, Herrando, Bretones; Pablo Ibáñez, Torró; Rubén García, Budimir y Aimar Oroz. Sevilla FC: Nyland; Carmona, Badé, Kike Salas, Pedrosa; Suso, Sow, Agoumé, Lukebakio; Peque e Isaac. Árbitro: Cordero Vega (C. Cántabro) Estadio: El Sadar (19.00). MovistarCon la ausencia de Gudelj por amarillas, además de Sambi Lokonga por lesión, el centro del campo se le ha quedado bien claro al utrerano. Sow será el elegido para acompañar a Agoumé en la medular, siendo el francés deberá realizar la función de jugador más defensivo, quedando siempre en auxilio de los centrales, con el suizo proyectando esa movilidad y conocimiento de los espacios que le sale de forma natural. De hecho, su entrada al campo ante el Alavés coincidió con los mejores minutos ofensivos del Sevilla. Además, mezcla bien con Suso, ya que el gaditano es un centrocampista que parte desde la banda, dejando que otros sean los que corran a los espacios (tanto lateral como centrocampista con recorrido) para ofrecerles un pase en ventaja. Así llegaron las ocasiones más importantes del Sevilla en el redebut de Caparrós con los sevillistas.También tiene el entrenador la carta de Saúl , que utilizase antes que la del helvético. Ese carácter del ex del Atlético es marca de la casa para el técnico en cuanto a los jugadores que suele alinear, aunque con tan poco tiempo no está para recuperar a hombres a los que no se les ha visto nada a lo largo del ejercicio, teniendo igualmente en cuenta que el propio Sow ha sido de los más destacados en la medular durante la temporada. Cogiendo las certezas, Caparrós tiene clara su apuesta para una demarcación clave. Pide muchos kilómetros, salir vencedores de los duelos, pero también esas gotas de calidad que tanta falta hacen en el Sevilla .El papel de SusoSuso no está para 90 minutos . Después de un curso donde ni siquiera ha jugado como titular un encuentro en Liga, darle toda la responsabilidad de liderar al Sevilla en una final en Pamplona ofrece una sensación de improvisación importante, aunque se ve al gaditano con ganas de dejar una última huella en el imaginario sevillista. Cuando se marche quedarán sus goles en semifinales de la Europa League de 2020 al United y, sobre todo, el zapatazo contra la Juve de hace dos años . Quiere despedirse con una última muestra de cariño en forma de acción decisiva. La tuvo en sus botas contra el Alavés, pero se le marchó alto. Se puede dar la curiosidad, de ser titular el número 10, de que porte el brazalete de capitán en su primera titularidad. Años en la casa lleva para ello, aunque sería una imagen del cambio que trata de darle Caparrós al equipo. Siempre aguerrido, sin obviar que mediante los jugadores de talento se alcanza antes la victoria .El Sevilla se la juega en Pamplona. Se acaba el tiempo y los puntos en juego han cogido una trascendencia aplastante, sobre todo tras la victoria del Alavés ayer ante la Real Sociedad. El peso de la responsabilidad atenaza a un equipo que no se había visto hasta hace un par de semanas con la soga cerca de su cuello. Hay margen. Cada vez más estrecho. Mejor hoy que mañana, que los peligros de la vida encuentran más de una forma de presentarse delante justo cuando menos te los esperas . RSS de noticias de deportes
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