La venta de 1,73 kilogramos de oro, supuestamente fraudulenta, por parte de la exabadesa se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de las exclarisas de Belorado. Lejos de despejar las dudas sobre su legalidad, la declaración como investigada por un presunto delito de apropiación indebida de la exabadesa, Laura García de Viedma, ante la jueza de Briviesca (Burgos), ha derivado en la citación, también como investigadas, de otras dos exreligiosas.Así, en la mañana de este lunes, comparecerán en el Juzgado de Primera Instancia de Briviesca Susana Mateo Cruz, conocida en su vida religiosa como sor Sión, y Zaida Pinar Navarro, sor Myryam. Ambas fueron excomulgadas el pasado junio y, en estos momentos, se encuentran al frente, junto a la novicia sor Alma, de los establecimientos que han podido abrir en Asturias gracias a los ingresos obtenidos por la venta del oro: el restaurante de clausura en Arriondas y el centro canino San Melchor de Quirós en Cangas de Onís.El pasado enero Laura García de Viedma vendió 1,73 kilos de oro, el remanente de unos 4 kilos que, a nombre de los monasterios de Belorado y Derio, las religiosas habían comprado en 2020. Dado que en enero las cuentas de la institución ya estaban intervenidas por el comisario pontificio nombrado por el Papa, el arzobispo de Burgos Mario Iceta, la exabadesa cobró el importe de la venta en una cuenta personal, lo que podría suponer un delito de apropiación indebida, pues la investigación policial ha demostrado que la compra de oro fue legal, pero pertenecía a los monasterios.Según ya adelantó ABC, los 1,73 kilos de oro, en forma de lingotes y monedas, estaban depositados en la entidad Inveroro Gestión desde 2022. Es en esa fecha cuando las entonces religiosas suscribieron un préstamo pignoraticio, con la garantía del oro, del que ya habían dispuesto diversas cantidades. De esta forma, cuando liquidaron la inversión con la venta, parte del dinero recibido fue destinado a amortizar lo ya dispuesto, por lo que, de los 130.000 euros, la exbadesa cobró en su cuenta 66.226,26 euros.Este dinero, según ellas mismas reconocieron poco después, fue dirigido a «pagar algunas pequeñas deudas», a la compra de una parcela en Cangas de Onís con la autorización de núcleo zoológico, en la que ha instalado su criadero de perros, y al alquiler de un hotel en Arriondas, en el que han abierto su ‘restaurante de clausura’. Dado que la primera operación se ha hecho a nombre de una asociación protectora de animales que habían creado hace unos años, y la del hotel con el CIF de la sociedad limitada Obra et labora, que fundaron hace unos meses, también pesa la sospecha de cómo el dinero del oro de los monasterios, que pasó a la cuenta personal de la exabadesa, acabó cedido a esas otras dos entidades. De acuerdo con elmregistro de empresas, Susana Mateo, sor Sión, es la administradora de la mercantil.Según explicó el 4 de abril, a la salida de la vista, Enrique García de Viedma, hermano y abogado de la exabadesa, en la operación de la venta del oro «no existe engaño para nadie, ni ánimo de lucro», por lo que «no puede existir delito». El letrado señalaba que este tipo de operación de compraventa es «lo normal en la comunidad» religiosa y aclaraba, como ya se conocía, que provenía de unos fondos invertidos en una entidad crediticia desde hace tres años y que ahora habían decidido venderlo «para usarlo para cosas del monasterio». Sin embargo, no explicaba porqué la venta se cobró en la cuenta personal de la exabadesa y no en las de los monasterios, propietarios del oro, que ya estaban intervenidas. Según han adelantado desde la defensa jurídica de las exreligiosas, la declaración de hoy de las dos exmonjas irá en el mismo sentido. La venta de 1,73 kilogramos de oro, supuestamente fraudulenta, por parte de la exabadesa se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de las exclarisas de Belorado. Lejos de despejar las dudas sobre su legalidad, la declaración como investigada por un presunto delito de apropiación indebida de la exabadesa, Laura García de Viedma, ante la jueza de Briviesca (Burgos), ha derivado en la citación, también como investigadas, de otras dos exreligiosas.Así, en la mañana de este lunes, comparecerán en el Juzgado de Primera Instancia de Briviesca Susana Mateo Cruz, conocida en su vida religiosa como sor Sión, y Zaida Pinar Navarro, sor Myryam. Ambas fueron excomulgadas el pasado junio y, en estos momentos, se encuentran al frente, junto a la novicia sor Alma, de los establecimientos que han podido abrir en Asturias gracias a los ingresos obtenidos por la venta del oro: el restaurante de clausura en Arriondas y el centro canino San Melchor de Quirós en Cangas de Onís.El pasado enero Laura García de Viedma vendió 1,73 kilos de oro, el remanente de unos 4 kilos que, a nombre de los monasterios de Belorado y Derio, las religiosas habían comprado en 2020. Dado que en enero las cuentas de la institución ya estaban intervenidas por el comisario pontificio nombrado por el Papa, el arzobispo de Burgos Mario Iceta, la exabadesa cobró el importe de la venta en una cuenta personal, lo que podría suponer un delito de apropiación indebida, pues la investigación policial ha demostrado que la compra de oro fue legal, pero pertenecía a los monasterios.Según ya adelantó ABC, los 1,73 kilos de oro, en forma de lingotes y monedas, estaban depositados en la entidad Inveroro Gestión desde 2022. Es en esa fecha cuando las entonces religiosas suscribieron un préstamo pignoraticio, con la garantía del oro, del que ya habían dispuesto diversas cantidades. De esta forma, cuando liquidaron la inversión con la venta, parte del dinero recibido fue destinado a amortizar lo ya dispuesto, por lo que, de los 130.000 euros, la exbadesa cobró en su cuenta 66.226,26 euros.Este dinero, según ellas mismas reconocieron poco después, fue dirigido a «pagar algunas pequeñas deudas», a la compra de una parcela en Cangas de Onís con la autorización de núcleo zoológico, en la que ha instalado su criadero de perros, y al alquiler de un hotel en Arriondas, en el que han abierto su ‘restaurante de clausura’. Dado que la primera operación se ha hecho a nombre de una asociación protectora de animales que habían creado hace unos años, y la del hotel con el CIF de la sociedad limitada Obra et labora, que fundaron hace unos meses, también pesa la sospecha de cómo el dinero del oro de los monasterios, que pasó a la cuenta personal de la exabadesa, acabó cedido a esas otras dos entidades. De acuerdo con elmregistro de empresas, Susana Mateo, sor Sión, es la administradora de la mercantil.Según explicó el 4 de abril, a la salida de la vista, Enrique García de Viedma, hermano y abogado de la exabadesa, en la operación de la venta del oro «no existe engaño para nadie, ni ánimo de lucro», por lo que «no puede existir delito». El letrado señalaba que este tipo de operación de compraventa es «lo normal en la comunidad» religiosa y aclaraba, como ya se conocía, que provenía de unos fondos invertidos en una entidad crediticia desde hace tres años y que ahora habían decidido venderlo «para usarlo para cosas del monasterio». Sin embargo, no explicaba porqué la venta se cobró en la cuenta personal de la exabadesa y no en las de los monasterios, propietarios del oro, que ya estaban intervenidas. Según han adelantado desde la defensa jurídica de las exreligiosas, la declaración de hoy de las dos exmonjas irá en el mismo sentido. La venta de 1,73 kilogramos de oro, supuestamente fraudulenta, por parte de la exabadesa se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de las exclarisas de Belorado. Lejos de despejar las dudas sobre su legalidad, la declaración como investigada por un presunto delito de apropiación indebida de la exabadesa, Laura García de Viedma, ante la jueza de Briviesca (Burgos), ha derivado en la citación, también como investigadas, de otras dos exreligiosas.Así, en la mañana de este lunes, comparecerán en el Juzgado de Primera Instancia de Briviesca Susana Mateo Cruz, conocida en su vida religiosa como sor Sión, y Zaida Pinar Navarro, sor Myryam. Ambas fueron excomulgadas el pasado junio y, en estos momentos, se encuentran al frente, junto a la novicia sor Alma, de los establecimientos que han podido abrir en Asturias gracias a los ingresos obtenidos por la venta del oro: el restaurante de clausura en Arriondas y el centro canino San Melchor de Quirós en Cangas de Onís.El pasado enero Laura García de Viedma vendió 1,73 kilos de oro, el remanente de unos 4 kilos que, a nombre de los monasterios de Belorado y Derio, las religiosas habían comprado en 2020. Dado que en enero las cuentas de la institución ya estaban intervenidas por el comisario pontificio nombrado por el Papa, el arzobispo de Burgos Mario Iceta, la exabadesa cobró el importe de la venta en una cuenta personal, lo que podría suponer un delito de apropiación indebida, pues la investigación policial ha demostrado que la compra de oro fue legal, pero pertenecía a los monasterios.Según ya adelantó ABC, los 1,73 kilos de oro, en forma de lingotes y monedas, estaban depositados en la entidad Inveroro Gestión desde 2022. Es en esa fecha cuando las entonces religiosas suscribieron un préstamo pignoraticio, con la garantía del oro, del que ya habían dispuesto diversas cantidades. De esta forma, cuando liquidaron la inversión con la venta, parte del dinero recibido fue destinado a amortizar lo ya dispuesto, por lo que, de los 130.000 euros, la exbadesa cobró en su cuenta 66.226,26 euros.Este dinero, según ellas mismas reconocieron poco después, fue dirigido a «pagar algunas pequeñas deudas», a la compra de una parcela en Cangas de Onís con la autorización de núcleo zoológico, en la que ha instalado su criadero de perros, y al alquiler de un hotel en Arriondas, en el que han abierto su ‘restaurante de clausura’. Dado que la primera operación se ha hecho a nombre de una asociación protectora de animales que habían creado hace unos años, y la del hotel con el CIF de la sociedad limitada Obra et labora, que fundaron hace unos meses, también pesa la sospecha de cómo el dinero del oro de los monasterios, que pasó a la cuenta personal de la exabadesa, acabó cedido a esas otras dos entidades. De acuerdo con elmregistro de empresas, Susana Mateo, sor Sión, es la administradora de la mercantil.Según explicó el 4 de abril, a la salida de la vista, Enrique García de Viedma, hermano y abogado de la exabadesa, en la operación de la venta del oro «no existe engaño para nadie, ni ánimo de lucro», por lo que «no puede existir delito». El letrado señalaba que este tipo de operación de compraventa es «lo normal en la comunidad» religiosa y aclaraba, como ya se conocía, que provenía de unos fondos invertidos en una entidad crediticia desde hace tres años y que ahora habían decidido venderlo «para usarlo para cosas del monasterio». Sin embargo, no explicaba porqué la venta se cobró en la cuenta personal de la exabadesa y no en las de los monasterios, propietarios del oro, que ya estaban intervenidas. Según han adelantado desde la defensa jurídica de las exreligiosas, la declaración de hoy de las dos exmonjas irá en el mismo sentido. RSS de noticias de sociedad
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