Silbon va a cerrar el año con cerca de 100 millones de euros de facturación, mirando al norte de España, con nuevos nichos de mercado y el salto a grandes cotas pero sin volverse locos. Pablo López ha vivido los sinsabores de toda empresa y las mieles del triunfo en un sector duro y cambiante. ¿Cuáles han sido las claves del exitoso momento que vive ahora Silbon?-Empezamos con 3.000 euros, y en los ocho primeros años de vida íbamos sobreviviendo y aprendiendo. Eso hizo que fuera una evolución muy lenta en un sector que iba madurando. Cuando vimos en 2017 la posición en la que estábamos y que había otras marcas que nos estaban cogiendo la delantera, pensamos que había que hacer valer el haber llegado antes. Ahí trazamos un plan estratégico basado en generar ilusión. Este negocio es gestión, producto y relación calidad-precio, que creo que es buena y la hemos mantenido… E ilusión. La apuesta de estar en el ‘top of mind’ generando ilusión en un 360 grados de compañía. Esa fue la semilla que plantamos en 2018 y estamos recogiendo. Silbon es ahora una marca bastante valorada.-Han previsto un cierre de 2025 con 100 millones de facturación. ¿Van a llegar a esa cifra redonda?-Nos vamos a quedar por encima de los 95 millones. No ha sido un año fácil, hemos tenido una climatología muy positiva para los pantanos esta primavera, pero en marzo y abril la gente no ha ido de tiendas, retrasando mucho la venta de la ropa de primavera y verano. Teníamos unos objetivos muy ambiciosos de crecer por encima del 40%; a día de hoy estamos creciendo un 30%, y quitando el efecto de las tiendas nuevas, que al final es lo que te da la salud de la marca, estamos creciendo un 12%, un dato muy, muy bueno.-La zona norte de España es la nueva línea de expansión de la marca, muy consolidada en Andalucía y la zona central. ¿Tiene dificultades especiales ese mercado?-Hay una dificultad que es lógica. Nosotros somos cordobeses, somos del sur, y hay un estilo de ropa, aunque gracias a otras marcas andaluzas se está extendiendo cada vez más por el resto del país, pero luego al final la dificultad no deja de ser la misma. Este negocio es muy mancha de aceite y cuando abres una tienda fuera de tu zona de influencia, al final es prácticamente empezar desde cero. Ahora apostamos por el modelo de tienda pequeña que testea los mercados; por nuestra línea de sastrería, que es nuestro producto estrella. Cuando vaya funcionando, iremos dimensionando.-Están inmersos en un plan estratégico. ¿Qué busca, el salto de una empresa mediana a una grande?-Hemos sido autodidactas y hemos sabido llegar a un tamaño medio, y ahora viene el gran reto de tener una empresa de gran tamaño. Por los números lo somos, pero luego está todo lo que implica serlo. Para eso hemos trazado un plan estratégico. Lo primero era tener un equipo directivo potente que viene de otras empresas del sector y que ya ha hecho el camino que nos toca hacer. Estos años hemos crecido con cabeza, pero hemos disparado a muchos palos. Hay tiendas muy variopintas. Ahora la idea es centrarnos y buscar crecimiento con rentabilidad y el modelo que más se adapte a las demandas del cliente, que también cambia mucho la manera de consumir. Un mundo donde lo digital y físico se funden en uno y hay que estudiar cuál es la mejor manera de que crecer sin lastrar la rentabilidad.«Este negocio es gestión, producto y relación calidad-precio, e ilusión»-Habla de los canales de venta. ¿Cómo se maneja esa situación tan cambiante en la que todo se vuelca a lo digital pero siguen abriendo tiendas físicas?-El canal digital creció mucho después de la pandemia. Nosotros ya éramos fuertes ahí desde hace tiempo y no para de crecer. Hubo cierta vuelta a lo físico, pero el digital no deja de crecer y yo creo que va a ser el gran canal a futuro. Entonces hay que estar preparado. Nosotros notamos que el consumidor que quiere ir a la tienda quiere ver la mayor parte de la colección en físico, ya que hace ese esfuerzo y no quiere encontrarse con que no está la prenda y su talla, quiere vivir una experiencia. -¿Qué le pesa más al cliente de Silbon, la ropa o el logotipo?-Le diría que al cincuenta por ciento ambos. Hacemos una ropa relación calidad-precio imbatible en la parte del vestir formal, en sastrería, en la parte de americana… Y luego una ropa que está bastante competitiva en el vestir más casual e informal. Que ahí es quizás la parte donde más nos apoyamos en el logotipo. Pero creo que hemos sabido crear una identidad de marca en torno a una elegancia normalizada y con valores.-Imagino que han recibido ofertas de compra. Si ha sido así, ¿por qué las han rechazado? Y, ¿se cierran a hacerlo en algún momento?-Tendría que ser algo muy soñado y un compañero de viaje, pero por ahora, todo lo que se acerca al final pues no colma. En el sector retail ha habido operaciones que no han salido bien y todo el que viene tiene que venir con muchas ganas e ilusión. No tiene sentido que alguien te diga lo que tienes que hacer porque ha puesto dinero, te atan al líder del proyecto, no te hacen rico y además no conoce la casa. Ahora mismo estamos disfrutando como nunca. No hay prisa ni urgencia.«Vivimos un mundo donde lo digital y físico se funden en uno; hay que ver cuál es la mejor manera de que crecer sin lastrar la rentabilidad»-¿Por qué es tan frenética la competencia?-El hombre se cuida más y tanto en belleza como en ropa al final los empresarios ven el potencial de crecimiento de mercados como el masculino, por ejemplo, y hay mucha gente invirtiendo y muchos competidores encima. Al igual que nosotros surgimos un poco al calor de Inditex, ahora hay jóvenes que lo hacen con muy buenas ideas a nuestro albur lo que te obliga a estar renovándote, y es difícil porque la moda es un examen constante, como si tuviéramos una Selectividad cada seis meses, donde el público te pone en tu sitio, te dice si el diseño le ha gustado o si las campañas no. Evolución constante, cambios constantes en un hombre que si es clásico te da poco margen y si es joven está acostumbrado a la inmediatez y lo variable desde los móviles. Nosotros al principio hacíamos una campaña de marketing de tres meses y ahora duran semanas.-Su participación en el Campus Córdoba de FP les adentra en otro segmento. ¿Qué busca en el proyecto?-Tres cosas. Una es la necesidad de mano de obra cualificada y motivada por un proceso de expansión con muchas aperturas el año pasado (50 puntos) y otros veinte en puertas, lo que genera una demanda de mano de obra importante. Si conseguimos que esas personas que formamos dos años conozcan la compañía y sus valores pues estamos seguros de que eso va a ser positivo y que en las ventas se va a notar. Luego, no quedarnos fuera un proyecto como este tan emblemático y debíamos ser una de las empresas que lo liderara, ya que el ciudadano nos apoya muchísimo y de alguna manera teníamos que estar ahí. Y luego va con nuestro carácter solidario.-¿Cuáles han sido los momentos más críticos de Silbon?-Cuando abrimos las primeras tiendas y pensábamos que funcionarían como la de aquí de Córdoba en Alfonso XIII tras la expectación que generamos. Cuando abrimos Granada, Sevilla y Tenerife y ninguna de las tiendas vendía nada, nos dimos cuenta de la dificultad que tiene expandirse fuera de tu territorio, que es un poco lo que nos cuesta ahora en el norte, salvando las distancias. Estuvimos a punto de quebrar y echar la persiana. Ocho meses sin cobrar, volver a vivir a casa de mis padres con una hija y otro hijo en camino y haciendo entrevistas de trabajo. Otro momento delicado fue la salida del otro socio fundador.-Ustedes no dejan de explorar nichos. La última experiencia, con Lorenzo Caprile mirando al sector de las ceremonias.-Lo de Lorenzo Capriles ha sido una gran oportunidad. Haremos las cosas cuando surjan grandes oportunidades. El tema de Lorenzo nos ayuda a consolidar la parte de mujeres que lleva menos tiempo y asociarnos con él nos da esa posibilidad de dar a conocer más la línea de mujer y de elevarlo. Ahora hemos sacado una cápsula de golf con Beltrán Lozano y hay más proyectos como la uniformidad profesional: hemos cerrado un acuerdo con Porcelanosa para vestir a sus empleados por todo el mundo o con Lexus para España.«Muchos cordobeses no ven la palabra Silbon, ven Córdoba»-Durante todo este tiempo se han convertido, intencionada o involuntariamente, en marca ‘Córdoba’…-Era algo que al principio pensábamos que podía ser un handicap: desde Córdoba poner una marca de ropa de moda en España y en el mundo, y sin embargo estamos muy satisfechos y le ha dado un carácter a la marca diferente, cercano. Todo el mundo que me habla de fuera de Córdoba lo pone en valor y me dice «qué suerte tenéis que en vuestra ciudad os apoyen tanto». En toda la provincia hay cerca de 800.000 habitantes y raro es el que no apoya a Silbon. Muchos cordobeses no ven la palabra Silbon, ven Córdoba, y tratamos de devolver este apoyo con nuestras acciones sociales. -¿Qué cambiaría, si pudiera, de todo este recorrido empresarial y vital?-Cosas personales. Los primeros años y ese afán por la perfección que además era imposible conseguir y el tiempo que tardé en disfrutar del camino. Los nueve primeros años fueron trabajo con ganas, porque hacías lo que te gustaba, pero un trabajo donde la frustración ocupaba mucho del día a día y donde no valoraba los éxitos como ahora sí lo hago. Pero eso te lo da la edad… Cuando tienes 30 años pues no estás igual que con 45. Silbon va a cerrar el año con cerca de 100 millones de euros de facturación, mirando al norte de España, con nuevos nichos de mercado y el salto a grandes cotas pero sin volverse locos. Pablo López ha vivido los sinsabores de toda empresa y las mieles del triunfo en un sector duro y cambiante. ¿Cuáles han sido las claves del exitoso momento que vive ahora Silbon?-Empezamos con 3.000 euros, y en los ocho primeros años de vida íbamos sobreviviendo y aprendiendo. Eso hizo que fuera una evolución muy lenta en un sector que iba madurando. Cuando vimos en 2017 la posición en la que estábamos y que había otras marcas que nos estaban cogiendo la delantera, pensamos que había que hacer valer el haber llegado antes. Ahí trazamos un plan estratégico basado en generar ilusión. Este negocio es gestión, producto y relación calidad-precio, que creo que es buena y la hemos mantenido… E ilusión. La apuesta de estar en el ‘top of mind’ generando ilusión en un 360 grados de compañía. Esa fue la semilla que plantamos en 2018 y estamos recogiendo. Silbon es ahora una marca bastante valorada.-Han previsto un cierre de 2025 con 100 millones de facturación. ¿Van a llegar a esa cifra redonda?-Nos vamos a quedar por encima de los 95 millones. No ha sido un año fácil, hemos tenido una climatología muy positiva para los pantanos esta primavera, pero en marzo y abril la gente no ha ido de tiendas, retrasando mucho la venta de la ropa de primavera y verano. Teníamos unos objetivos muy ambiciosos de crecer por encima del 40%; a día de hoy estamos creciendo un 30%, y quitando el efecto de las tiendas nuevas, que al final es lo que te da la salud de la marca, estamos creciendo un 12%, un dato muy, muy bueno.-La zona norte de España es la nueva línea de expansión de la marca, muy consolidada en Andalucía y la zona central. ¿Tiene dificultades especiales ese mercado?-Hay una dificultad que es lógica. Nosotros somos cordobeses, somos del sur, y hay un estilo de ropa, aunque gracias a otras marcas andaluzas se está extendiendo cada vez más por el resto del país, pero luego al final la dificultad no deja de ser la misma. Este negocio es muy mancha de aceite y cuando abres una tienda fuera de tu zona de influencia, al final es prácticamente empezar desde cero. Ahora apostamos por el modelo de tienda pequeña que testea los mercados; por nuestra línea de sastrería, que es nuestro producto estrella. Cuando vaya funcionando, iremos dimensionando.-Están inmersos en un plan estratégico. ¿Qué busca, el salto de una empresa mediana a una grande?-Hemos sido autodidactas y hemos sabido llegar a un tamaño medio, y ahora viene el gran reto de tener una empresa de gran tamaño. Por los números lo somos, pero luego está todo lo que implica serlo. Para eso hemos trazado un plan estratégico. Lo primero era tener un equipo directivo potente que viene de otras empresas del sector y que ya ha hecho el camino que nos toca hacer. Estos años hemos crecido con cabeza, pero hemos disparado a muchos palos. Hay tiendas muy variopintas. Ahora la idea es centrarnos y buscar crecimiento con rentabilidad y el modelo que más se adapte a las demandas del cliente, que también cambia mucho la manera de consumir. Un mundo donde lo digital y físico se funden en uno y hay que estudiar cuál es la mejor manera de que crecer sin lastrar la rentabilidad.«Este negocio es gestión, producto y relación calidad-precio, e ilusión»-Habla de los canales de venta. ¿Cómo se maneja esa situación tan cambiante en la que todo se vuelca a lo digital pero siguen abriendo tiendas físicas?-El canal digital creció mucho después de la pandemia. Nosotros ya éramos fuertes ahí desde hace tiempo y no para de crecer. Hubo cierta vuelta a lo físico, pero el digital no deja de crecer y yo creo que va a ser el gran canal a futuro. Entonces hay que estar preparado. Nosotros notamos que el consumidor que quiere ir a la tienda quiere ver la mayor parte de la colección en físico, ya que hace ese esfuerzo y no quiere encontrarse con que no está la prenda y su talla, quiere vivir una experiencia. -¿Qué le pesa más al cliente de Silbon, la ropa o el logotipo?-Le diría que al cincuenta por ciento ambos. Hacemos una ropa relación calidad-precio imbatible en la parte del vestir formal, en sastrería, en la parte de americana… Y luego una ropa que está bastante competitiva en el vestir más casual e informal. Que ahí es quizás la parte donde más nos apoyamos en el logotipo. Pero creo que hemos sabido crear una identidad de marca en torno a una elegancia normalizada y con valores.-Imagino que han recibido ofertas de compra. Si ha sido así, ¿por qué las han rechazado? Y, ¿se cierran a hacerlo en algún momento?-Tendría que ser algo muy soñado y un compañero de viaje, pero por ahora, todo lo que se acerca al final pues no colma. En el sector retail ha habido operaciones que no han salido bien y todo el que viene tiene que venir con muchas ganas e ilusión. No tiene sentido que alguien te diga lo que tienes que hacer porque ha puesto dinero, te atan al líder del proyecto, no te hacen rico y además no conoce la casa. Ahora mismo estamos disfrutando como nunca. No hay prisa ni urgencia.«Vivimos un mundo donde lo digital y físico se funden en uno; hay que ver cuál es la mejor manera de que crecer sin lastrar la rentabilidad»-¿Por qué es tan frenética la competencia?-El hombre se cuida más y tanto en belleza como en ropa al final los empresarios ven el potencial de crecimiento de mercados como el masculino, por ejemplo, y hay mucha gente invirtiendo y muchos competidores encima. Al igual que nosotros surgimos un poco al calor de Inditex, ahora hay jóvenes que lo hacen con muy buenas ideas a nuestro albur lo que te obliga a estar renovándote, y es difícil porque la moda es un examen constante, como si tuviéramos una Selectividad cada seis meses, donde el público te pone en tu sitio, te dice si el diseño le ha gustado o si las campañas no. Evolución constante, cambios constantes en un hombre que si es clásico te da poco margen y si es joven está acostumbrado a la inmediatez y lo variable desde los móviles. Nosotros al principio hacíamos una campaña de marketing de tres meses y ahora duran semanas.-Su participación en el Campus Córdoba de FP les adentra en otro segmento. ¿Qué busca en el proyecto?-Tres cosas. Una es la necesidad de mano de obra cualificada y motivada por un proceso de expansión con muchas aperturas el año pasado (50 puntos) y otros veinte en puertas, lo que genera una demanda de mano de obra importante. Si conseguimos que esas personas que formamos dos años conozcan la compañía y sus valores pues estamos seguros de que eso va a ser positivo y que en las ventas se va a notar. Luego, no quedarnos fuera un proyecto como este tan emblemático y debíamos ser una de las empresas que lo liderara, ya que el ciudadano nos apoya muchísimo y de alguna manera teníamos que estar ahí. Y luego va con nuestro carácter solidario.-¿Cuáles han sido los momentos más críticos de Silbon?-Cuando abrimos las primeras tiendas y pensábamos que funcionarían como la de aquí de Córdoba en Alfonso XIII tras la expectación que generamos. Cuando abrimos Granada, Sevilla y Tenerife y ninguna de las tiendas vendía nada, nos dimos cuenta de la dificultad que tiene expandirse fuera de tu territorio, que es un poco lo que nos cuesta ahora en el norte, salvando las distancias. Estuvimos a punto de quebrar y echar la persiana. Ocho meses sin cobrar, volver a vivir a casa de mis padres con una hija y otro hijo en camino y haciendo entrevistas de trabajo. Otro momento delicado fue la salida del otro socio fundador.-Ustedes no dejan de explorar nichos. La última experiencia, con Lorenzo Caprile mirando al sector de las ceremonias.-Lo de Lorenzo Capriles ha sido una gran oportunidad. Haremos las cosas cuando surjan grandes oportunidades. El tema de Lorenzo nos ayuda a consolidar la parte de mujeres que lleva menos tiempo y asociarnos con él nos da esa posibilidad de dar a conocer más la línea de mujer y de elevarlo. Ahora hemos sacado una cápsula de golf con Beltrán Lozano y hay más proyectos como la uniformidad profesional: hemos cerrado un acuerdo con Porcelanosa para vestir a sus empleados por todo el mundo o con Lexus para España.«Muchos cordobeses no ven la palabra Silbon, ven Córdoba»-Durante todo este tiempo se han convertido, intencionada o involuntariamente, en marca ‘Córdoba’…-Era algo que al principio pensábamos que podía ser un handicap: desde Córdoba poner una marca de ropa de moda en España y en el mundo, y sin embargo estamos muy satisfechos y le ha dado un carácter a la marca diferente, cercano. Todo el mundo que me habla de fuera de Córdoba lo pone en valor y me dice «qué suerte tenéis que en vuestra ciudad os apoyen tanto». En toda la provincia hay cerca de 800.000 habitantes y raro es el que no apoya a Silbon. Muchos cordobeses no ven la palabra Silbon, ven Córdoba, y tratamos de devolver este apoyo con nuestras acciones sociales. -¿Qué cambiaría, si pudiera, de todo este recorrido empresarial y vital?-Cosas personales. Los primeros años y ese afán por la perfección que además era imposible conseguir y el tiempo que tardé en disfrutar del camino. Los nueve primeros años fueron trabajo con ganas, porque hacías lo que te gustaba, pero un trabajo donde la frustración ocupaba mucho del día a día y donde no valoraba los éxitos como ahora sí lo hago. Pero eso te lo da la edad… Cuando tienes 30 años pues no estás igual que con 45. Silbon va a cerrar el año con cerca de 100 millones de euros de facturación, mirando al norte de España, con nuevos nichos de mercado y el salto a grandes cotas pero sin volverse locos. Pablo López ha vivido los sinsabores de toda empresa y las mieles del triunfo en un sector duro y cambiante. ¿Cuáles han sido las claves del exitoso momento que vive ahora Silbon?-Empezamos con 3.000 euros, y en los ocho primeros años de vida íbamos sobreviviendo y aprendiendo. Eso hizo que fuera una evolución muy lenta en un sector que iba madurando. Cuando vimos en 2017 la posición en la que estábamos y que había otras marcas que nos estaban cogiendo la delantera, pensamos que había que hacer valer el haber llegado antes. Ahí trazamos un plan estratégico basado en generar ilusión. Este negocio es gestión, producto y relación calidad-precio, que creo que es buena y la hemos mantenido… E ilusión. La apuesta de estar en el ‘top of mind’ generando ilusión en un 360 grados de compañía. Esa fue la semilla que plantamos en 2018 y estamos recogiendo. Silbon es ahora una marca bastante valorada.-Han previsto un cierre de 2025 con 100 millones de facturación. ¿Van a llegar a esa cifra redonda?-Nos vamos a quedar por encima de los 95 millones. No ha sido un año fácil, hemos tenido una climatología muy positiva para los pantanos esta primavera, pero en marzo y abril la gente no ha ido de tiendas, retrasando mucho la venta de la ropa de primavera y verano. Teníamos unos objetivos muy ambiciosos de crecer por encima del 40%; a día de hoy estamos creciendo un 30%, y quitando el efecto de las tiendas nuevas, que al final es lo que te da la salud de la marca, estamos creciendo un 12%, un dato muy, muy bueno.-La zona norte de España es la nueva línea de expansión de la marca, muy consolidada en Andalucía y la zona central. ¿Tiene dificultades especiales ese mercado?-Hay una dificultad que es lógica. Nosotros somos cordobeses, somos del sur, y hay un estilo de ropa, aunque gracias a otras marcas andaluzas se está extendiendo cada vez más por el resto del país, pero luego al final la dificultad no deja de ser la misma. Este negocio es muy mancha de aceite y cuando abres una tienda fuera de tu zona de influencia, al final es prácticamente empezar desde cero. Ahora apostamos por el modelo de tienda pequeña que testea los mercados; por nuestra línea de sastrería, que es nuestro producto estrella. Cuando vaya funcionando, iremos dimensionando.-Están inmersos en un plan estratégico. ¿Qué busca, el salto de una empresa mediana a una grande?-Hemos sido autodidactas y hemos sabido llegar a un tamaño medio, y ahora viene el gran reto de tener una empresa de gran tamaño. Por los números lo somos, pero luego está todo lo que implica serlo. Para eso hemos trazado un plan estratégico. Lo primero era tener un equipo directivo potente que viene de otras empresas del sector y que ya ha hecho el camino que nos toca hacer. Estos años hemos crecido con cabeza, pero hemos disparado a muchos palos. Hay tiendas muy variopintas. Ahora la idea es centrarnos y buscar crecimiento con rentabilidad y el modelo que más se adapte a las demandas del cliente, que también cambia mucho la manera de consumir. Un mundo donde lo digital y físico se funden en uno y hay que estudiar cuál es la mejor manera de que crecer sin lastrar la rentabilidad.«Este negocio es gestión, producto y relación calidad-precio, e ilusión»-Habla de los canales de venta. ¿Cómo se maneja esa situación tan cambiante en la que todo se vuelca a lo digital pero siguen abriendo tiendas físicas?-El canal digital creció mucho después de la pandemia. Nosotros ya éramos fuertes ahí desde hace tiempo y no para de crecer. Hubo cierta vuelta a lo físico, pero el digital no deja de crecer y yo creo que va a ser el gran canal a futuro. Entonces hay que estar preparado. Nosotros notamos que el consumidor que quiere ir a la tienda quiere ver la mayor parte de la colección en físico, ya que hace ese esfuerzo y no quiere encontrarse con que no está la prenda y su talla, quiere vivir una experiencia. -¿Qué le pesa más al cliente de Silbon, la ropa o el logotipo?-Le diría que al cincuenta por ciento ambos. Hacemos una ropa relación calidad-precio imbatible en la parte del vestir formal, en sastrería, en la parte de americana… Y luego una ropa que está bastante competitiva en el vestir más casual e informal. Que ahí es quizás la parte donde más nos apoyamos en el logotipo. Pero creo que hemos sabido crear una identidad de marca en torno a una elegancia normalizada y con valores.-Imagino que han recibido ofertas de compra. Si ha sido así, ¿por qué las han rechazado? Y, ¿se cierran a hacerlo en algún momento?-Tendría que ser algo muy soñado y un compañero de viaje, pero por ahora, todo lo que se acerca al final pues no colma. En el sector retail ha habido operaciones que no han salido bien y todo el que viene tiene que venir con muchas ganas e ilusión. No tiene sentido que alguien te diga lo que tienes que hacer porque ha puesto dinero, te atan al líder del proyecto, no te hacen rico y además no conoce la casa. Ahora mismo estamos disfrutando como nunca. No hay prisa ni urgencia.«Vivimos un mundo donde lo digital y físico se funden en uno; hay que ver cuál es la mejor manera de que crecer sin lastrar la rentabilidad»-¿Por qué es tan frenética la competencia?-El hombre se cuida más y tanto en belleza como en ropa al final los empresarios ven el potencial de crecimiento de mercados como el masculino, por ejemplo, y hay mucha gente invirtiendo y muchos competidores encima. Al igual que nosotros surgimos un poco al calor de Inditex, ahora hay jóvenes que lo hacen con muy buenas ideas a nuestro albur lo que te obliga a estar renovándote, y es difícil porque la moda es un examen constante, como si tuviéramos una Selectividad cada seis meses, donde el público te pone en tu sitio, te dice si el diseño le ha gustado o si las campañas no. Evolución constante, cambios constantes en un hombre que si es clásico te da poco margen y si es joven está acostumbrado a la inmediatez y lo variable desde los móviles. Nosotros al principio hacíamos una campaña de marketing de tres meses y ahora duran semanas.-Su participación en el Campus Córdoba de FP les adentra en otro segmento. ¿Qué busca en el proyecto?-Tres cosas. Una es la necesidad de mano de obra cualificada y motivada por un proceso de expansión con muchas aperturas el año pasado (50 puntos) y otros veinte en puertas, lo que genera una demanda de mano de obra importante. Si conseguimos que esas personas que formamos dos años conozcan la compañía y sus valores pues estamos seguros de que eso va a ser positivo y que en las ventas se va a notar. Luego, no quedarnos fuera un proyecto como este tan emblemático y debíamos ser una de las empresas que lo liderara, ya que el ciudadano nos apoya muchísimo y de alguna manera teníamos que estar ahí. Y luego va con nuestro carácter solidario.-¿Cuáles han sido los momentos más críticos de Silbon?-Cuando abrimos las primeras tiendas y pensábamos que funcionarían como la de aquí de Córdoba en Alfonso XIII tras la expectación que generamos. Cuando abrimos Granada, Sevilla y Tenerife y ninguna de las tiendas vendía nada, nos dimos cuenta de la dificultad que tiene expandirse fuera de tu territorio, que es un poco lo que nos cuesta ahora en el norte, salvando las distancias. Estuvimos a punto de quebrar y echar la persiana. Ocho meses sin cobrar, volver a vivir a casa de mis padres con una hija y otro hijo en camino y haciendo entrevistas de trabajo. Otro momento delicado fue la salida del otro socio fundador.-Ustedes no dejan de explorar nichos. La última experiencia, con Lorenzo Caprile mirando al sector de las ceremonias.-Lo de Lorenzo Capriles ha sido una gran oportunidad. Haremos las cosas cuando surjan grandes oportunidades. El tema de Lorenzo nos ayuda a consolidar la parte de mujeres que lleva menos tiempo y asociarnos con él nos da esa posibilidad de dar a conocer más la línea de mujer y de elevarlo. Ahora hemos sacado una cápsula de golf con Beltrán Lozano y hay más proyectos como la uniformidad profesional: hemos cerrado un acuerdo con Porcelanosa para vestir a sus empleados por todo el mundo o con Lexus para España.«Muchos cordobeses no ven la palabra Silbon, ven Córdoba»-Durante todo este tiempo se han convertido, intencionada o involuntariamente, en marca ‘Córdoba’…-Era algo que al principio pensábamos que podía ser un handicap: desde Córdoba poner una marca de ropa de moda en España y en el mundo, y sin embargo estamos muy satisfechos y le ha dado un carácter a la marca diferente, cercano. Todo el mundo que me habla de fuera de Córdoba lo pone en valor y me dice «qué suerte tenéis que en vuestra ciudad os apoyen tanto». En toda la provincia hay cerca de 800.000 habitantes y raro es el que no apoya a Silbon. Muchos cordobeses no ven la palabra Silbon, ven Córdoba, y tratamos de devolver este apoyo con nuestras acciones sociales. -¿Qué cambiaría, si pudiera, de todo este recorrido empresarial y vital?-Cosas personales. Los primeros años y ese afán por la perfección que además era imposible conseguir y el tiempo que tardé en disfrutar del camino. Los nueve primeros años fueron trabajo con ganas, porque hacías lo que te gustaba, pero un trabajo donde la frustración ocupaba mucho del día a día y donde no valoraba los éxitos como ahora sí lo hago. Pero eso te lo da la edad… Cuando tienes 30 años pues no estás igual que con 45. RSS de noticias de espana/andalucia
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