Es hora de prepararse para las cenas de Navidad , Nochebuena, Nochevieja y la comida de Año Nuevo. Entre los manjares que adornan nuestras mesas, destacan las gambas frescas, las zamburiñas y las deliciosas gulas. Sin embargo, la búsqueda de marisco fresco y de calidad puede convertirse en un desafío, ya que en ocasiones nos venden marisco descongelado como si fuera fresco. En ese sentido, el nutricionista Pablo Ojeda compartió hace unos meses en el programa ‘Más Vale Tarde’ las claves para diferenciar el marisco fresco del congelado durante estas festividades. En el programa de La Sexta, el nutricionista enfatizó, en su primer consejo nutricional, que si «el marisco o el pescado huele a amoniaco, directamente fuera» . Un olor desagradable puede ser indicativo de que el producto no está en las mejores condiciones y podría causar problemas de salud.La importancia de observar la pielEn cuanto a las gambas y langostinos, tan populares en estas fechas, Ojeda señaló la importancia de observar la piel , revelando que la gamba congelada puede presentar características como cuarteaduras, manchas blancas y una textura más rugosa. También mencionó que los ojos suelen estar menos visibles en el marisco congelado, y los bigotes pueden ser una señal reveladora, ya que las gambas congeladas a menudo carecen de ellos. «Cuando se congelan y se descongelan, el hilo salta con mucha facilidad».Asimismo, el nutricionista advirtió sobre prácticas engañosas donde los vendedores podrían poner las gambas más atractivas en la parte superior, por lo que es crucial evaluar todas en su conjunto para asegurar la calidad. Estos detalles visuales pueden marcar la diferencia entre disfrutar de un marisco fresco y sabroso o enfrentarse a productos de menor calidad.En lo que respecta a los pescados, Ojeda destacó la importancia de revisar las etiquetas. Utilizando de ejemplo al atún rojo, el nutricionista sugirió que solo deberíamos aceptar este pescado si en la etiqueta se refleja claramente ‘Thunnus thynnus’ , que indica la variedad específica del atún rojo. Si la etiqueta no contiene esta información, es probable que estén intentando vender un producto de calidad inferior. Es hora de prepararse para las cenas de Navidad , Nochebuena, Nochevieja y la comida de Año Nuevo. Entre los manjares que adornan nuestras mesas, destacan las gambas frescas, las zamburiñas y las deliciosas gulas. Sin embargo, la búsqueda de marisco fresco y de calidad puede convertirse en un desafío, ya que en ocasiones nos venden marisco descongelado como si fuera fresco. En ese sentido, el nutricionista Pablo Ojeda compartió hace unos meses en el programa ‘Más Vale Tarde’ las claves para diferenciar el marisco fresco del congelado durante estas festividades. En el programa de La Sexta, el nutricionista enfatizó, en su primer consejo nutricional, que si «el marisco o el pescado huele a amoniaco, directamente fuera» . Un olor desagradable puede ser indicativo de que el producto no está en las mejores condiciones y podría causar problemas de salud.La importancia de observar la pielEn cuanto a las gambas y langostinos, tan populares en estas fechas, Ojeda señaló la importancia de observar la piel , revelando que la gamba congelada puede presentar características como cuarteaduras, manchas blancas y una textura más rugosa. También mencionó que los ojos suelen estar menos visibles en el marisco congelado, y los bigotes pueden ser una señal reveladora, ya que las gambas congeladas a menudo carecen de ellos. «Cuando se congelan y se descongelan, el hilo salta con mucha facilidad».Asimismo, el nutricionista advirtió sobre prácticas engañosas donde los vendedores podrían poner las gambas más atractivas en la parte superior, por lo que es crucial evaluar todas en su conjunto para asegurar la calidad. Estos detalles visuales pueden marcar la diferencia entre disfrutar de un marisco fresco y sabroso o enfrentarse a productos de menor calidad.En lo que respecta a los pescados, Ojeda destacó la importancia de revisar las etiquetas. Utilizando de ejemplo al atún rojo, el nutricionista sugirió que solo deberíamos aceptar este pescado si en la etiqueta se refleja claramente ‘Thunnus thynnus’ , que indica la variedad específica del atún rojo. Si la etiqueta no contiene esta información, es probable que estén intentando vender un producto de calidad inferior. Es hora de prepararse para las cenas de Navidad , Nochebuena, Nochevieja y la comida de Año Nuevo. Entre los manjares que adornan nuestras mesas, destacan las gambas frescas, las zamburiñas y las deliciosas gulas. Sin embargo, la búsqueda de marisco fresco y de calidad puede convertirse en un desafío, ya que en ocasiones nos venden marisco descongelado como si fuera fresco. En ese sentido, el nutricionista Pablo Ojeda compartió hace unos meses en el programa ‘Más Vale Tarde’ las claves para diferenciar el marisco fresco del congelado durante estas festividades. En el programa de La Sexta, el nutricionista enfatizó, en su primer consejo nutricional, que si «el marisco o el pescado huele a amoniaco, directamente fuera» . Un olor desagradable puede ser indicativo de que el producto no está en las mejores condiciones y podría causar problemas de salud.La importancia de observar la pielEn cuanto a las gambas y langostinos, tan populares en estas fechas, Ojeda señaló la importancia de observar la piel , revelando que la gamba congelada puede presentar características como cuarteaduras, manchas blancas y una textura más rugosa. También mencionó que los ojos suelen estar menos visibles en el marisco congelado, y los bigotes pueden ser una señal reveladora, ya que las gambas congeladas a menudo carecen de ellos. «Cuando se congelan y se descongelan, el hilo salta con mucha facilidad».Asimismo, el nutricionista advirtió sobre prácticas engañosas donde los vendedores podrían poner las gambas más atractivas en la parte superior, por lo que es crucial evaluar todas en su conjunto para asegurar la calidad. Estos detalles visuales pueden marcar la diferencia entre disfrutar de un marisco fresco y sabroso o enfrentarse a productos de menor calidad.En lo que respecta a los pescados, Ojeda destacó la importancia de revisar las etiquetas. Utilizando de ejemplo al atún rojo, el nutricionista sugirió que solo deberíamos aceptar este pescado si en la etiqueta se refleja claramente ‘Thunnus thynnus’ , que indica la variedad específica del atún rojo. Si la etiqueta no contiene esta información, es probable que estén intentando vender un producto de calidad inferior. RSS de noticias de bienestar
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