Cuando Carlos Giménez presentó la primera historieta de Paracuellos, su brutal tebeo autobiográfico sobre un internado en la posguerra, a los editores de la revista Mata Ratos no les hizo mucha gracia. Era el año 1976 y recordar el dolor, el hambre y las palizas de la posguerra era entonces muy complicado. Aceptaron la segunda entrega, sobre todo porque tenían que rellenar unas páginas, pero le dijeron que no trajese más. Tras llamar a más puertas sin mucho éxito, logró que en 1977 una editorial asociada a El Papus, la revista de humor que sufrió un atentado fascista ese mismo año, le publicase un volumen de 18 páginas. Pero la tirada fue muy reducida y el impacto pequeño. El éxito llegó de forma inesperada, después de que el cómic entusiasmase a los lectores franceses y de ahí saltó a España.
Se publica la primera edición íntegra del cómic clásico de Carlos Giménez sobre los auxilios sociales en la posguerra española
Cuando Carlos Giménez presentó la primera historieta de Paracuellos, su brutal tebeo autobiográfico sobre un internado en la posguerra, a los editores de la revista Mata Ratos no les hizo mucha gracia. Era el año 1976 y recordar el dolor, el hambre y las palizas de la posguerra era entonces muy complicado. Aceptaron la segunda entrega, sobre todo porque tenían que rellenar unas páginas, pero le dijeron que no trajese más. Tras llamar a más puertas sin mucho éxito, logró que en 1977 una editorial asociada a El Papus, la revista de humor que sufrió un atentado fascista ese mismo año, le publicase un volumen de 18 páginas. Pero la tirada fue muy reducida y el impacto pequeño. El éxito llegó de forma inesperada, después de que el cómic entusiasmase a los lectores franceses y de ahí saltó a España.
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