La fatiga acumulada en dos semanas y media de Tour comienza a dejar huella en la salud y el temperamento de la caravana ciclista. Entre el abandono de Mathieu Van der Poel por neumonía y los cruces de declaraciones sobre la estrategia y actitud del equipo Visma (con fuertes críticas del danés Bjarne Riis, ganador del Tour 1996), el pelotón disputó este martes otra etapa agresiva, camino a los Alpes, en la que se vio incluso una insólita bronca de Nils Pollit (UAE) a Iván Romeo (Movistar) por atacar en busca de la fuga.[Así hemos contado la 16ª etapa del Tour de Francia]Pero no fue sólo Romeo el que quiso ejercitar su derecho a competir en la jornada posterior al día de descanso. Las dos primeras horas de etapa fueron un festival de hachazos, con innumerables intentos de fuga que eran abortados por el pelotón, uno tras otro, hasta que de repente se formó una fuga masiva de 35 corredores que puso por fin tierra de por medio con el pelotón. Había varios españoles, incluido Enric Mas, entre ellos. Quedaban más de 50 kilómetros para llegar a las laderas peladas de Mont Ventoux, y en ese terreno incierto, fundamentalmente llano, hubo varios movimientos para seleccionar la fuga. Noticia Relacionada estandar No Pogacar, «un tipo simpático» al que un español acompañó en su primer Tour Daniel Domínguez David de la Cruz corrió el Tour de Francia con el genio esloveno en 2020El más exitoso lo protagonizaron seis ciclistas de alcurnia: Alaphilippe , Arensman, el propio Mas, Abrahamsen, Velasco y Matteo Trentin. Una prometedora fuga de la fuga, sobre todo a la vista de la relativa apatía de UAE. Los treinta perseguidores (Ben Healy entre ellos) comenzaron la ascensión a Ventoux con un minuto y medio de retraso; el pelotón, con seis y medio. Trentin se descolgó después de trabajar para su líder (Alaphilippe) durante el llano. Había dicho Michael Woods al comienzo del día que un escapado necesitaba llegar a las faldas del único (pero colosal) puerto de la jornada con al menos cinco minutos de ventaja. La victoria podía estar en el quinteto de cabeza.Pogacar también había sido entrevistado por Eurosport en Montpellier: «Ganar de amarillo en el Mont Ventoux vestido de amarillo sería algo icónico», dijo en referencia a su última experiencia allí, en 2021, negativa aunque fuese el vencedor final de la ronda. Por lo visto durante los primeros 150 kilómetros, había jugado quizá al despiste por la mañana.Los ciclistas ascendieron esta vez la vertiente más corta (16 kilómetros) del ‘gigante de la Provenza’: casi una hora de subida. Alaphilippe soltó un latigazo antes incluso del comienzo oficial de la montaña, donde se sigue recordando la muerte del británico Tom Simpson en 1967. Logró soltar también a Abrahamsen y a Velasco. El trío de cabeza subía entre miles de personas y quedaban todavía 15 kilómetros; una primera mitad del puerto durísima en cuanto a pendiente, hasta que desaparecen los árboles y el enemigo, según el día, puede ser el viento. Un kilómetro después, Mas aceleró y alegró la tarde a miles de españoles, manteniendo su ilusión hasta casi el final.Por detrás, el criticado Visma justificó las declaraciones de Vingegaard el lunes, cuando aseguró que no daba el Tour por perdido, y puso a tirar a sus mejores escuderos. Entre el reguero de cadáveres a pedal que comenzó a deambular por las cuestas del Mont Ventoux, todavía a doce kilómetros, estaban algunos de sus propios hombres: sacrificaban todo a un ataque bestial de su jefe de filas. El movimiento del danés llegó a siete kilómetros; se quedó solo con Pogacar y un escudero, Benoot. El segundo demarraje no se hizo esperar mucho. Tampoco el tercero. Ninguna novedad: no lograba soltar al líder.Mas, mientras tanto, había fulminado a su dúo perseguidor; su mayor problema era el empuje de Healy y Paret Peintre por detrás. El irlandés y el francés cogieron al valiente mallorquín a cuatro kilómetros de meta; Mas no pudo responder al siguiente cambio de ritmo y los dos, pero aprovechó la vigilancia mutua de sus captores para alcanzarlos de nuevo en compañía del colombiano Buitrago, un incómodo invitado para la traca final. Después no aguantó más.En el penúltimo kilómetro atacó Pogacar al danés. Aunque no lograban distanciar a su rival, se acerca peligrosamente a los fugados. ¿Quizá el triunfo no estaba delante? En la meta calcárea del Ventoux se la jugaron finalmente Healey y Paret Peintre; el francés conquistó la gloria con un último golpe de riñón. Su equipo está completando un magnífico Tour pese al abandono de Evenepoel. La fatiga acumulada en dos semanas y media de Tour comienza a dejar huella en la salud y el temperamento de la caravana ciclista. Entre el abandono de Mathieu Van der Poel por neumonía y los cruces de declaraciones sobre la estrategia y actitud del equipo Visma (con fuertes críticas del danés Bjarne Riis, ganador del Tour 1996), el pelotón disputó este martes otra etapa agresiva, camino a los Alpes, en la que se vio incluso una insólita bronca de Nils Pollit (UAE) a Iván Romeo (Movistar) por atacar en busca de la fuga.[Así hemos contado la 16ª etapa del Tour de Francia]Pero no fue sólo Romeo el que quiso ejercitar su derecho a competir en la jornada posterior al día de descanso. Las dos primeras horas de etapa fueron un festival de hachazos, con innumerables intentos de fuga que eran abortados por el pelotón, uno tras otro, hasta que de repente se formó una fuga masiva de 35 corredores que puso por fin tierra de por medio con el pelotón. Había varios españoles, incluido Enric Mas, entre ellos. Quedaban más de 50 kilómetros para llegar a las laderas peladas de Mont Ventoux, y en ese terreno incierto, fundamentalmente llano, hubo varios movimientos para seleccionar la fuga. Noticia Relacionada estandar No Pogacar, «un tipo simpático» al que un español acompañó en su primer Tour Daniel Domínguez David de la Cruz corrió el Tour de Francia con el genio esloveno en 2020El más exitoso lo protagonizaron seis ciclistas de alcurnia: Alaphilippe , Arensman, el propio Mas, Abrahamsen, Velasco y Matteo Trentin. Una prometedora fuga de la fuga, sobre todo a la vista de la relativa apatía de UAE. Los treinta perseguidores (Ben Healy entre ellos) comenzaron la ascensión a Ventoux con un minuto y medio de retraso; el pelotón, con seis y medio. Trentin se descolgó después de trabajar para su líder (Alaphilippe) durante el llano. Había dicho Michael Woods al comienzo del día que un escapado necesitaba llegar a las faldas del único (pero colosal) puerto de la jornada con al menos cinco minutos de ventaja. La victoria podía estar en el quinteto de cabeza.Pogacar también había sido entrevistado por Eurosport en Montpellier: «Ganar de amarillo en el Mont Ventoux vestido de amarillo sería algo icónico», dijo en referencia a su última experiencia allí, en 2021, negativa aunque fuese el vencedor final de la ronda. Por lo visto durante los primeros 150 kilómetros, había jugado quizá al despiste por la mañana.Los ciclistas ascendieron esta vez la vertiente más corta (16 kilómetros) del ‘gigante de la Provenza’: casi una hora de subida. Alaphilippe soltó un latigazo antes incluso del comienzo oficial de la montaña, donde se sigue recordando la muerte del británico Tom Simpson en 1967. Logró soltar también a Abrahamsen y a Velasco. El trío de cabeza subía entre miles de personas y quedaban todavía 15 kilómetros; una primera mitad del puerto durísima en cuanto a pendiente, hasta que desaparecen los árboles y el enemigo, según el día, puede ser el viento. Un kilómetro después, Mas aceleró y alegró la tarde a miles de españoles, manteniendo su ilusión hasta casi el final.Por detrás, el criticado Visma justificó las declaraciones de Vingegaard el lunes, cuando aseguró que no daba el Tour por perdido, y puso a tirar a sus mejores escuderos. Entre el reguero de cadáveres a pedal que comenzó a deambular por las cuestas del Mont Ventoux, todavía a doce kilómetros, estaban algunos de sus propios hombres: sacrificaban todo a un ataque bestial de su jefe de filas. El movimiento del danés llegó a siete kilómetros; se quedó solo con Pogacar y un escudero, Benoot. El segundo demarraje no se hizo esperar mucho. Tampoco el tercero. Ninguna novedad: no lograba soltar al líder.Mas, mientras tanto, había fulminado a su dúo perseguidor; su mayor problema era el empuje de Healy y Paret Peintre por detrás. El irlandés y el francés cogieron al valiente mallorquín a cuatro kilómetros de meta; Mas no pudo responder al siguiente cambio de ritmo y los dos, pero aprovechó la vigilancia mutua de sus captores para alcanzarlos de nuevo en compañía del colombiano Buitrago, un incómodo invitado para la traca final. Después no aguantó más.En el penúltimo kilómetro atacó Pogacar al danés. Aunque no lograban distanciar a su rival, se acerca peligrosamente a los fugados. ¿Quizá el triunfo no estaba delante? En la meta calcárea del Ventoux se la jugaron finalmente Healey y Paret Peintre; el francés conquistó la gloria con un último golpe de riñón. Su equipo está completando un magnífico Tour pese al abandono de Evenepoel. La fatiga acumulada en dos semanas y media de Tour comienza a dejar huella en la salud y el temperamento de la caravana ciclista. Entre el abandono de Mathieu Van der Poel por neumonía y los cruces de declaraciones sobre la estrategia y actitud del equipo Visma (con fuertes críticas del danés Bjarne Riis, ganador del Tour 1996), el pelotón disputó este martes otra etapa agresiva, camino a los Alpes, en la que se vio incluso una insólita bronca de Nils Pollit (UAE) a Iván Romeo (Movistar) por atacar en busca de la fuga.[Así hemos contado la 16ª etapa del Tour de Francia]Pero no fue sólo Romeo el que quiso ejercitar su derecho a competir en la jornada posterior al día de descanso. Las dos primeras horas de etapa fueron un festival de hachazos, con innumerables intentos de fuga que eran abortados por el pelotón, uno tras otro, hasta que de repente se formó una fuga masiva de 35 corredores que puso por fin tierra de por medio con el pelotón. Había varios españoles, incluido Enric Mas, entre ellos. Quedaban más de 50 kilómetros para llegar a las laderas peladas de Mont Ventoux, y en ese terreno incierto, fundamentalmente llano, hubo varios movimientos para seleccionar la fuga. Noticia Relacionada estandar No Pogacar, «un tipo simpático» al que un español acompañó en su primer Tour Daniel Domínguez David de la Cruz corrió el Tour de Francia con el genio esloveno en 2020El más exitoso lo protagonizaron seis ciclistas de alcurnia: Alaphilippe , Arensman, el propio Mas, Abrahamsen, Velasco y Matteo Trentin. Una prometedora fuga de la fuga, sobre todo a la vista de la relativa apatía de UAE. Los treinta perseguidores (Ben Healy entre ellos) comenzaron la ascensión a Ventoux con un minuto y medio de retraso; el pelotón, con seis y medio. Trentin se descolgó después de trabajar para su líder (Alaphilippe) durante el llano. Había dicho Michael Woods al comienzo del día que un escapado necesitaba llegar a las faldas del único (pero colosal) puerto de la jornada con al menos cinco minutos de ventaja. La victoria podía estar en el quinteto de cabeza.Pogacar también había sido entrevistado por Eurosport en Montpellier: «Ganar de amarillo en el Mont Ventoux vestido de amarillo sería algo icónico», dijo en referencia a su última experiencia allí, en 2021, negativa aunque fuese el vencedor final de la ronda. Por lo visto durante los primeros 150 kilómetros, había jugado quizá al despiste por la mañana.Los ciclistas ascendieron esta vez la vertiente más corta (16 kilómetros) del ‘gigante de la Provenza’: casi una hora de subida. Alaphilippe soltó un latigazo antes incluso del comienzo oficial de la montaña, donde se sigue recordando la muerte del británico Tom Simpson en 1967. Logró soltar también a Abrahamsen y a Velasco. El trío de cabeza subía entre miles de personas y quedaban todavía 15 kilómetros; una primera mitad del puerto durísima en cuanto a pendiente, hasta que desaparecen los árboles y el enemigo, según el día, puede ser el viento. Un kilómetro después, Mas aceleró y alegró la tarde a miles de españoles, manteniendo su ilusión hasta casi el final.Por detrás, el criticado Visma justificó las declaraciones de Vingegaard el lunes, cuando aseguró que no daba el Tour por perdido, y puso a tirar a sus mejores escuderos. Entre el reguero de cadáveres a pedal que comenzó a deambular por las cuestas del Mont Ventoux, todavía a doce kilómetros, estaban algunos de sus propios hombres: sacrificaban todo a un ataque bestial de su jefe de filas. El movimiento del danés llegó a siete kilómetros; se quedó solo con Pogacar y un escudero, Benoot. El segundo demarraje no se hizo esperar mucho. Tampoco el tercero. Ninguna novedad: no lograba soltar al líder.Mas, mientras tanto, había fulminado a su dúo perseguidor; su mayor problema era el empuje de Healy y Paret Peintre por detrás. El irlandés y el francés cogieron al valiente mallorquín a cuatro kilómetros de meta; Mas no pudo responder al siguiente cambio de ritmo y los dos, pero aprovechó la vigilancia mutua de sus captores para alcanzarlos de nuevo en compañía del colombiano Buitrago, un incómodo invitado para la traca final. Después no aguantó más.En el penúltimo kilómetro atacó Pogacar al danés. Aunque no lograban distanciar a su rival, se acerca peligrosamente a los fugados. ¿Quizá el triunfo no estaba delante? En la meta calcárea del Ventoux se la jugaron finalmente Healey y Paret Peintre; el francés conquistó la gloria con un último golpe de riñón. Su equipo está completando un magnífico Tour pese al abandono de Evenepoel. RSS de noticias de deportes
Noticias Similares