El 4 de septiembre Pedro Soldado Barrios cumple 75 años y presentará su renuncia como delegado diocesano para Hermandades y Cofradías, el cargo que ha desempeñado desde hace más de 22 años con cuatro obispos distintos, y que le ha llevado a curtirse en problemas graves que siempre han tenido solución y donde ha procurado no dañar a las personas. Los achaques lo habían ido apartando de otras tareas, como su parroquia de San José y Espíritu Santo : «Uno necesita serenar el espíritu y es bueno también para la actividad pastoral». Es un mandato largo en un puesto que sólo ha ejercido él hasta ahora, y que comenzó con un miura: «El problema de la Misericordia , del que todo el mundo se ha olvidado, gracias a Dios».-¿Tan difícil fue?-Difícil no, muy difícil. A mí me hizo mucho daño , me cambió el sueño. Yo no me había encontrado con un problema como ese, que era diocesano, pero desde Roma urgían a que se solucionase por la vía del diálogo. Don Juan José Asenjo me dio la carta de Roma y unos consejos. Nos daban seis meses, y en los seis meses se solucionó, con mucha dedicación y mucho sufrimiento. Tiraban octavillas pidiendo mi dimisión , pero yo tenía el apoyo incondicional del obispo. Se solucionó y es una cosa de lo que me siento muy orgulloso. Decía un párroco posterior, ya fallecido, que la Misericordia era la mejor cofradía que se había encontrado en su vida.Noticia Relacionada Encuesta estandar No El obispo, sobre la religiosidad de los costaleros: «Hay que alimentar ese rescoldo de fe» Luis Miranda Jesús Fernández lanza el reto de «hacer ver la belleza de la liturgia y el culto» sin «menospreciar la piedad popular»-¿Es un puesto ingrato, que sólo es noticia cuando hay problemas?-En parte lo es, pero para uno personalmente es muy satisfactorio. La mayoría de los problemas, y algunos son más serios de lo que la gente cree, se han solucionado por la vía del diálogo . En eso me siento satisfecho, y hay hermandades y personas que han sabido valorarlo y otras que no, pero la vida es así y uno no está para que le dieran las gracias continuamente. -¿Se siente como el árbitro de fútbol, al que siempre se le va a reprochar la decisión? ¿Hay que mantenerla pese a las protestas?-Indiscutiblemente. Cuando el traslado de las Angustias a San Agustín tuve que sacar el decreto de repetir el cabildo porque no había votos suficientes. Alguna persona me atacaba con falsedades como que tenía un hijo, y estuve a punto de denunciar. Las hermandades tienen satisfacciones, y no me ha costado trabajo porque no he sido un hombre al que gustara demasiado estar en primera línea , de llevarme las fotos y el aplauso. Tampoco me apetecía, llevaba una vida de cura muy a gusto, muy independiente, y me han dejado ser lo que he querido y vivir como he querido, y me llena de satisfacción.-¿Las cofradías son una fuente de división, de salvación o de lo que uno esté dispuesto a hacer?-Por cliché, yo no soy cofrade. No vengo de ese mundo, pero he aprendido a amar y querer a las cofradías, y a valorarlas y a pedirles que se valoren . En la Iglesia hay mucho grupo y cada uno pretende ocupar el centro, y han estado un poco dejadas de la mano de Dios, como una pseudo-religiosidad. A estas alturas de mi vida, valoro mucho lo que significan en la piedad popular las cofradías a lo largo de la historia. Es un motivo de salvación , porque es la fe de los sencillos y tenemos la responsabilidad de alimentarla, de hacerla crecer, y ésto es una llamada muy seria a los mismos consiliarios. Ya le dije lo que pensaba de la encuesta de los costaleros.«Solucionar el problema de la Misericordia fue muy difícil, a mí me cambió el sueño. Tiraban octavillas pidiendo mi dimisión, pero tenía el apoyo del obispo»-¿Qué le pareció?-No era diocesana, sino de dos parroquias. ¿Tenían una mala imagen de los costaleros, de los capataces? Yo tengo la contraria, de los años en que yo he estado en San José y Espíritu Santo. Se han empezado los ensayos rezando, visitando a los titulares, con palabras del consiliario, que era yo. Todos, debajo del paso, cuando se va a iniciar la estación de penitencia, rezan el Padrenuestro o la Salve. ¿Cuántas levantás han hecho pidiendo por un enfermo , por el padre, la madre o el hijo? Eso es también una oración. ¿Es una fe imperfecta? Lo sabe cualquiera, pero nos olvidamos de que los párrocos y los consiliarios tienen la obligación de alimentar esa fe tan sencilla. ¿Quién soy yo para medir la fe que tiene un costalero que lleva el paso con el esfuerzo que hace? Por eso me sentó tan mal y lo saben ellos. Alguna responsabilidad tendremos los párrocos, incluidos los dos que lo han encargado.-¿Le ha temblado el pulso para tomar decisiones difíciles?-No, pero es porque no he tomado partido fácilmente por nadie, y esto lo han sabido las hermandades, aunque me haya podido equivocar. Siempre he procurado que no se dañe a la persona. Si alguien tiene dimitir porque se ha metido la pata, es preferible hacerle caer en la cuenta de que tiene que dimitir y que no que conste que lo has destituido. He velado siempre por el bien de la hermandad, de la Iglesia y de las personas. Ha habido gente que se equivocó y luego se me echó a llorar, y ahora siguen siendo hermanos.La Catedral-¿Y de canónigo obrero de la Catedral, pesa la responsabilidad?-Sí, me tiemblan las piernas. Cuando me nombraron canónigo casi cogí esa época en que tenía el prurito de premio, pero de premio nada . Es darte guantazos las 24 horas del día, y si no chocas con Cultura es con Urbanismo, y si no con un partido u otro. Hemos emprendido obras importantes, y no es fácil.-Decía con frecuencia el ya obispo emérito, Demetrio Fernández, que no había que escandalizarse de la división en las cofradías, porque era algo que pasaba en todas partes. ¿Comparte esta idea?-Sí, lo comparto. Las cofradías han tomado conciencia de apoyarse unas a otras y de que dan bastante de fuera para que nos demos nosotras desde dentro. Es verdad que las hermandades han sabido asumir su eclesialidad y estar orgullosas de ello. No hay tantas divisiones como pueda parecer. Hablando de Córdoba puedo saber cuántos grupos hay en cada una, y no es malo. El problema son los enfrentamientos y zancadillas . Eso ocurre en algunas, pero no en la mayoría. Hoy las hermandades tienen otros problemas más serios, como el encontrar buenos hermanos mayores , y a veces ni buenos ni malos. No podemos estar nombrando gestoras y prorrogando a hermanos mayores en cofradías importantes.«El problema más serio es el de encontrar buenos hermanos mayores, y a veces ni malos. No se pueden poner gestoras ni prorrogar mandatos»-¿Cómo se puede luchar contra ese problema?-Sé que asumen una responsabilidad muchas veces unas cuantas personas que se echan sobre la espalda el gobierno de la hermandad. Tú puedes tener una persona a la que no le debes cargar muchas cosas pensando en que puede ser el relevo en cuatro u ocho años. No hay que programarlas, pero sí hay que tenerlo presente. -En 2018 me dijo que no le asustaba una Semana Santa con 45 cofradías, que es a lo que vamos. ¿Cómo casa eso con la falta de relevo?-Córdoba hoy por hoy ha llegado a un techo en el número de hermandades. Lo mismo que decía que no me asustaba, porque creo que hay capacidad, he dicho mucho que si no hay un buen planteamiento, serio, en el surgir de una nueva hermandad, la hermandad nueva que se quiere crear posiblemente no sea la solución pastoral que buscan ciertas personas, incluido el párroco. Lo veo más claro hoy que nunca. Hoy por hoy, salvo las que tenemos esperando, y alguna hasta la descartaría, hemos llegado al techo .«Si alguien ha metido la pata es preferible hacerle caer en la cuenta de que debe dimitir y que no conste que se le ha destituido. Siempre he velado por el bien de las personas»-Antes ha dicho que no era cofrade…-Ahora sí soy más cofrade que cuando empecé, pero siempre me ha estado la Semana Santa, ¿eh? Cuando estaba de párroco en la Aurora veía a la Agonía cuando volvía a su parroquia, por aquellos descampados. Iba a la Merced en la recogida. Cofrade, cofrade, no he seguido, pero hoy lo defiendo a muerte. -Cuente algún momento de vellos de punta vivido en Semana Santa.-Ha habido detalles de algunos capataces que me han pedido hacer una levantá, era una oración por ellos. En otros se ha recogido el fruto, como cuando veo el funcionamiento de la Misericordia, que ha superado sus problemas, y que te pone el vello de punta. De esos tengo muchos. También momentos íntimos de hermandades, y recuerdo de una forma muy particular el paso del Descendimiento por la calle Deanes. Otros de miedo, como un año con el grupo opositor en la Misericordia, cuando era consiliario. El Vía Crucis Magno , la magna de Vírgenes coronadas y la de los Nazarenos fueron días espectaculares, emotivísimos, y conseguí no tener protagonismo. Sólo apoyé. Pienso que a la Agrupación de Cofradías hay que apoyarla, porque es una tarea muy desinteresada.El anterior obispo, Demetrio Fernández, impone la ceniza a Pedro Soldado este 2025 RAfael Carmona La vida entre el altar y el aula Pedro Soldado Barrios (Palma del Río, 1950) tiene 35 años cotizados como profesor de Religión en la enseñanza pública. Cuando era párroco en Cañete de Las Torres ejercía en el instituto de Montoro. Tuvo destinos en varios puntos de la provincia hasta que se hizo cargo de la nueva parroquia de la Aurora , en los años 90, cuando llegó la Virgen de la O. En el instituto Blas Infante coincidió en la docencia con Julio Anguita , de quien fue amigo y al que acompañó en la muerte de su hijo. En 2002 llegó a la parroquia de San José y Espíritu Santo y ahora deja un puesto sin nostalgia y con consejos sólo si se lo piden. El 4 de septiembre Pedro Soldado Barrios cumple 75 años y presentará su renuncia como delegado diocesano para Hermandades y Cofradías, el cargo que ha desempeñado desde hace más de 22 años con cuatro obispos distintos, y que le ha llevado a curtirse en problemas graves que siempre han tenido solución y donde ha procurado no dañar a las personas. Los achaques lo habían ido apartando de otras tareas, como su parroquia de San José y Espíritu Santo : «Uno necesita serenar el espíritu y es bueno también para la actividad pastoral». Es un mandato largo en un puesto que sólo ha ejercido él hasta ahora, y que comenzó con un miura: «El problema de la Misericordia , del que todo el mundo se ha olvidado, gracias a Dios».-¿Tan difícil fue?-Difícil no, muy difícil. A mí me hizo mucho daño , me cambió el sueño. Yo no me había encontrado con un problema como ese, que era diocesano, pero desde Roma urgían a que se solucionase por la vía del diálogo. Don Juan José Asenjo me dio la carta de Roma y unos consejos. Nos daban seis meses, y en los seis meses se solucionó, con mucha dedicación y mucho sufrimiento. Tiraban octavillas pidiendo mi dimisión , pero yo tenía el apoyo incondicional del obispo. Se solucionó y es una cosa de lo que me siento muy orgulloso. Decía un párroco posterior, ya fallecido, que la Misericordia era la mejor cofradía que se había encontrado en su vida.Noticia Relacionada Encuesta estandar No El obispo, sobre la religiosidad de los costaleros: «Hay que alimentar ese rescoldo de fe» Luis Miranda Jesús Fernández lanza el reto de «hacer ver la belleza de la liturgia y el culto» sin «menospreciar la piedad popular»-¿Es un puesto ingrato, que sólo es noticia cuando hay problemas?-En parte lo es, pero para uno personalmente es muy satisfactorio. La mayoría de los problemas, y algunos son más serios de lo que la gente cree, se han solucionado por la vía del diálogo . En eso me siento satisfecho, y hay hermandades y personas que han sabido valorarlo y otras que no, pero la vida es así y uno no está para que le dieran las gracias continuamente. -¿Se siente como el árbitro de fútbol, al que siempre se le va a reprochar la decisión? ¿Hay que mantenerla pese a las protestas?-Indiscutiblemente. Cuando el traslado de las Angustias a San Agustín tuve que sacar el decreto de repetir el cabildo porque no había votos suficientes. Alguna persona me atacaba con falsedades como que tenía un hijo, y estuve a punto de denunciar. Las hermandades tienen satisfacciones, y no me ha costado trabajo porque no he sido un hombre al que gustara demasiado estar en primera línea , de llevarme las fotos y el aplauso. Tampoco me apetecía, llevaba una vida de cura muy a gusto, muy independiente, y me han dejado ser lo que he querido y vivir como he querido, y me llena de satisfacción.-¿Las cofradías son una fuente de división, de salvación o de lo que uno esté dispuesto a hacer?-Por cliché, yo no soy cofrade. No vengo de ese mundo, pero he aprendido a amar y querer a las cofradías, y a valorarlas y a pedirles que se valoren . En la Iglesia hay mucho grupo y cada uno pretende ocupar el centro, y han estado un poco dejadas de la mano de Dios, como una pseudo-religiosidad. A estas alturas de mi vida, valoro mucho lo que significan en la piedad popular las cofradías a lo largo de la historia. Es un motivo de salvación , porque es la fe de los sencillos y tenemos la responsabilidad de alimentarla, de hacerla crecer, y ésto es una llamada muy seria a los mismos consiliarios. Ya le dije lo que pensaba de la encuesta de los costaleros.«Solucionar el problema de la Misericordia fue muy difícil, a mí me cambió el sueño. Tiraban octavillas pidiendo mi dimisión, pero tenía el apoyo del obispo»-¿Qué le pareció?-No era diocesana, sino de dos parroquias. ¿Tenían una mala imagen de los costaleros, de los capataces? Yo tengo la contraria, de los años en que yo he estado en San José y Espíritu Santo. Se han empezado los ensayos rezando, visitando a los titulares, con palabras del consiliario, que era yo. Todos, debajo del paso, cuando se va a iniciar la estación de penitencia, rezan el Padrenuestro o la Salve. ¿Cuántas levantás han hecho pidiendo por un enfermo , por el padre, la madre o el hijo? Eso es también una oración. ¿Es una fe imperfecta? Lo sabe cualquiera, pero nos olvidamos de que los párrocos y los consiliarios tienen la obligación de alimentar esa fe tan sencilla. ¿Quién soy yo para medir la fe que tiene un costalero que lleva el paso con el esfuerzo que hace? Por eso me sentó tan mal y lo saben ellos. Alguna responsabilidad tendremos los párrocos, incluidos los dos que lo han encargado.-¿Le ha temblado el pulso para tomar decisiones difíciles?-No, pero es porque no he tomado partido fácilmente por nadie, y esto lo han sabido las hermandades, aunque me haya podido equivocar. Siempre he procurado que no se dañe a la persona. Si alguien tiene dimitir porque se ha metido la pata, es preferible hacerle caer en la cuenta de que tiene que dimitir y que no que conste que lo has destituido. He velado siempre por el bien de la hermandad, de la Iglesia y de las personas. Ha habido gente que se equivocó y luego se me echó a llorar, y ahora siguen siendo hermanos.La Catedral-¿Y de canónigo obrero de la Catedral, pesa la responsabilidad?-Sí, me tiemblan las piernas. Cuando me nombraron canónigo casi cogí esa época en que tenía el prurito de premio, pero de premio nada . Es darte guantazos las 24 horas del día, y si no chocas con Cultura es con Urbanismo, y si no con un partido u otro. Hemos emprendido obras importantes, y no es fácil.-Decía con frecuencia el ya obispo emérito, Demetrio Fernández, que no había que escandalizarse de la división en las cofradías, porque era algo que pasaba en todas partes. ¿Comparte esta idea?-Sí, lo comparto. Las cofradías han tomado conciencia de apoyarse unas a otras y de que dan bastante de fuera para que nos demos nosotras desde dentro. Es verdad que las hermandades han sabido asumir su eclesialidad y estar orgullosas de ello. No hay tantas divisiones como pueda parecer. Hablando de Córdoba puedo saber cuántos grupos hay en cada una, y no es malo. El problema son los enfrentamientos y zancadillas . Eso ocurre en algunas, pero no en la mayoría. Hoy las hermandades tienen otros problemas más serios, como el encontrar buenos hermanos mayores , y a veces ni buenos ni malos. No podemos estar nombrando gestoras y prorrogando a hermanos mayores en cofradías importantes.«El problema más serio es el de encontrar buenos hermanos mayores, y a veces ni malos. No se pueden poner gestoras ni prorrogar mandatos»-¿Cómo se puede luchar contra ese problema?-Sé que asumen una responsabilidad muchas veces unas cuantas personas que se echan sobre la espalda el gobierno de la hermandad. Tú puedes tener una persona a la que no le debes cargar muchas cosas pensando en que puede ser el relevo en cuatro u ocho años. No hay que programarlas, pero sí hay que tenerlo presente. -En 2018 me dijo que no le asustaba una Semana Santa con 45 cofradías, que es a lo que vamos. ¿Cómo casa eso con la falta de relevo?-Córdoba hoy por hoy ha llegado a un techo en el número de hermandades. Lo mismo que decía que no me asustaba, porque creo que hay capacidad, he dicho mucho que si no hay un buen planteamiento, serio, en el surgir de una nueva hermandad, la hermandad nueva que se quiere crear posiblemente no sea la solución pastoral que buscan ciertas personas, incluido el párroco. Lo veo más claro hoy que nunca. Hoy por hoy, salvo las que tenemos esperando, y alguna hasta la descartaría, hemos llegado al techo .«Si alguien ha metido la pata es preferible hacerle caer en la cuenta de que debe dimitir y que no conste que se le ha destituido. Siempre he velado por el bien de las personas»-Antes ha dicho que no era cofrade…-Ahora sí soy más cofrade que cuando empecé, pero siempre me ha estado la Semana Santa, ¿eh? Cuando estaba de párroco en la Aurora veía a la Agonía cuando volvía a su parroquia, por aquellos descampados. Iba a la Merced en la recogida. Cofrade, cofrade, no he seguido, pero hoy lo defiendo a muerte. -Cuente algún momento de vellos de punta vivido en Semana Santa.-Ha habido detalles de algunos capataces que me han pedido hacer una levantá, era una oración por ellos. En otros se ha recogido el fruto, como cuando veo el funcionamiento de la Misericordia, que ha superado sus problemas, y que te pone el vello de punta. De esos tengo muchos. También momentos íntimos de hermandades, y recuerdo de una forma muy particular el paso del Descendimiento por la calle Deanes. Otros de miedo, como un año con el grupo opositor en la Misericordia, cuando era consiliario. El Vía Crucis Magno , la magna de Vírgenes coronadas y la de los Nazarenos fueron días espectaculares, emotivísimos, y conseguí no tener protagonismo. Sólo apoyé. Pienso que a la Agrupación de Cofradías hay que apoyarla, porque es una tarea muy desinteresada.El anterior obispo, Demetrio Fernández, impone la ceniza a Pedro Soldado este 2025 RAfael Carmona La vida entre el altar y el aula Pedro Soldado Barrios (Palma del Río, 1950) tiene 35 años cotizados como profesor de Religión en la enseñanza pública. Cuando era párroco en Cañete de Las Torres ejercía en el instituto de Montoro. Tuvo destinos en varios puntos de la provincia hasta que se hizo cargo de la nueva parroquia de la Aurora , en los años 90, cuando llegó la Virgen de la O. En el instituto Blas Infante coincidió en la docencia con Julio Anguita , de quien fue amigo y al que acompañó en la muerte de su hijo. En 2002 llegó a la parroquia de San José y Espíritu Santo y ahora deja un puesto sin nostalgia y con consejos sólo si se lo piden. El 4 de septiembre Pedro Soldado Barrios cumple 75 años y presentará su renuncia como delegado diocesano para Hermandades y Cofradías, el cargo que ha desempeñado desde hace más de 22 años con cuatro obispos distintos, y que le ha llevado a curtirse en problemas graves que siempre han tenido solución y donde ha procurado no dañar a las personas. Los achaques lo habían ido apartando de otras tareas, como su parroquia de San José y Espíritu Santo : «Uno necesita serenar el espíritu y es bueno también para la actividad pastoral». Es un mandato largo en un puesto que sólo ha ejercido él hasta ahora, y que comenzó con un miura: «El problema de la Misericordia , del que todo el mundo se ha olvidado, gracias a Dios».-¿Tan difícil fue?-Difícil no, muy difícil. A mí me hizo mucho daño , me cambió el sueño. Yo no me había encontrado con un problema como ese, que era diocesano, pero desde Roma urgían a que se solucionase por la vía del diálogo. Don Juan José Asenjo me dio la carta de Roma y unos consejos. Nos daban seis meses, y en los seis meses se solucionó, con mucha dedicación y mucho sufrimiento. Tiraban octavillas pidiendo mi dimisión , pero yo tenía el apoyo incondicional del obispo. Se solucionó y es una cosa de lo que me siento muy orgulloso. Decía un párroco posterior, ya fallecido, que la Misericordia era la mejor cofradía que se había encontrado en su vida.Noticia Relacionada Encuesta estandar No El obispo, sobre la religiosidad de los costaleros: «Hay que alimentar ese rescoldo de fe» Luis Miranda Jesús Fernández lanza el reto de «hacer ver la belleza de la liturgia y el culto» sin «menospreciar la piedad popular»-¿Es un puesto ingrato, que sólo es noticia cuando hay problemas?-En parte lo es, pero para uno personalmente es muy satisfactorio. La mayoría de los problemas, y algunos son más serios de lo que la gente cree, se han solucionado por la vía del diálogo . En eso me siento satisfecho, y hay hermandades y personas que han sabido valorarlo y otras que no, pero la vida es así y uno no está para que le dieran las gracias continuamente. -¿Se siente como el árbitro de fútbol, al que siempre se le va a reprochar la decisión? ¿Hay que mantenerla pese a las protestas?-Indiscutiblemente. Cuando el traslado de las Angustias a San Agustín tuve que sacar el decreto de repetir el cabildo porque no había votos suficientes. Alguna persona me atacaba con falsedades como que tenía un hijo, y estuve a punto de denunciar. Las hermandades tienen satisfacciones, y no me ha costado trabajo porque no he sido un hombre al que gustara demasiado estar en primera línea , de llevarme las fotos y el aplauso. Tampoco me apetecía, llevaba una vida de cura muy a gusto, muy independiente, y me han dejado ser lo que he querido y vivir como he querido, y me llena de satisfacción.-¿Las cofradías son una fuente de división, de salvación o de lo que uno esté dispuesto a hacer?-Por cliché, yo no soy cofrade. No vengo de ese mundo, pero he aprendido a amar y querer a las cofradías, y a valorarlas y a pedirles que se valoren . En la Iglesia hay mucho grupo y cada uno pretende ocupar el centro, y han estado un poco dejadas de la mano de Dios, como una pseudo-religiosidad. A estas alturas de mi vida, valoro mucho lo que significan en la piedad popular las cofradías a lo largo de la historia. Es un motivo de salvación , porque es la fe de los sencillos y tenemos la responsabilidad de alimentarla, de hacerla crecer, y ésto es una llamada muy seria a los mismos consiliarios. Ya le dije lo que pensaba de la encuesta de los costaleros.«Solucionar el problema de la Misericordia fue muy difícil, a mí me cambió el sueño. Tiraban octavillas pidiendo mi dimisión, pero tenía el apoyo del obispo»-¿Qué le pareció?-No era diocesana, sino de dos parroquias. ¿Tenían una mala imagen de los costaleros, de los capataces? Yo tengo la contraria, de los años en que yo he estado en San José y Espíritu Santo. Se han empezado los ensayos rezando, visitando a los titulares, con palabras del consiliario, que era yo. Todos, debajo del paso, cuando se va a iniciar la estación de penitencia, rezan el Padrenuestro o la Salve. ¿Cuántas levantás han hecho pidiendo por un enfermo , por el padre, la madre o el hijo? Eso es también una oración. ¿Es una fe imperfecta? Lo sabe cualquiera, pero nos olvidamos de que los párrocos y los consiliarios tienen la obligación de alimentar esa fe tan sencilla. ¿Quién soy yo para medir la fe que tiene un costalero que lleva el paso con el esfuerzo que hace? Por eso me sentó tan mal y lo saben ellos. Alguna responsabilidad tendremos los párrocos, incluidos los dos que lo han encargado.-¿Le ha temblado el pulso para tomar decisiones difíciles?-No, pero es porque no he tomado partido fácilmente por nadie, y esto lo han sabido las hermandades, aunque me haya podido equivocar. Siempre he procurado que no se dañe a la persona. Si alguien tiene dimitir porque se ha metido la pata, es preferible hacerle caer en la cuenta de que tiene que dimitir y que no que conste que lo has destituido. He velado siempre por el bien de la hermandad, de la Iglesia y de las personas. Ha habido gente que se equivocó y luego se me echó a llorar, y ahora siguen siendo hermanos.La Catedral-¿Y de canónigo obrero de la Catedral, pesa la responsabilidad?-Sí, me tiemblan las piernas. Cuando me nombraron canónigo casi cogí esa época en que tenía el prurito de premio, pero de premio nada . Es darte guantazos las 24 horas del día, y si no chocas con Cultura es con Urbanismo, y si no con un partido u otro. Hemos emprendido obras importantes, y no es fácil.-Decía con frecuencia el ya obispo emérito, Demetrio Fernández, que no había que escandalizarse de la división en las cofradías, porque era algo que pasaba en todas partes. ¿Comparte esta idea?-Sí, lo comparto. Las cofradías han tomado conciencia de apoyarse unas a otras y de que dan bastante de fuera para que nos demos nosotras desde dentro. Es verdad que las hermandades han sabido asumir su eclesialidad y estar orgullosas de ello. No hay tantas divisiones como pueda parecer. Hablando de Córdoba puedo saber cuántos grupos hay en cada una, y no es malo. El problema son los enfrentamientos y zancadillas . Eso ocurre en algunas, pero no en la mayoría. Hoy las hermandades tienen otros problemas más serios, como el encontrar buenos hermanos mayores , y a veces ni buenos ni malos. No podemos estar nombrando gestoras y prorrogando a hermanos mayores en cofradías importantes.«El problema más serio es el de encontrar buenos hermanos mayores, y a veces ni malos. No se pueden poner gestoras ni prorrogar mandatos»-¿Cómo se puede luchar contra ese problema?-Sé que asumen una responsabilidad muchas veces unas cuantas personas que se echan sobre la espalda el gobierno de la hermandad. Tú puedes tener una persona a la que no le debes cargar muchas cosas pensando en que puede ser el relevo en cuatro u ocho años. No hay que programarlas, pero sí hay que tenerlo presente. -En 2018 me dijo que no le asustaba una Semana Santa con 45 cofradías, que es a lo que vamos. ¿Cómo casa eso con la falta de relevo?-Córdoba hoy por hoy ha llegado a un techo en el número de hermandades. Lo mismo que decía que no me asustaba, porque creo que hay capacidad, he dicho mucho que si no hay un buen planteamiento, serio, en el surgir de una nueva hermandad, la hermandad nueva que se quiere crear posiblemente no sea la solución pastoral que buscan ciertas personas, incluido el párroco. Lo veo más claro hoy que nunca. Hoy por hoy, salvo las que tenemos esperando, y alguna hasta la descartaría, hemos llegado al techo .«Si alguien ha metido la pata es preferible hacerle caer en la cuenta de que debe dimitir y que no conste que se le ha destituido. Siempre he velado por el bien de las personas»-Antes ha dicho que no era cofrade…-Ahora sí soy más cofrade que cuando empecé, pero siempre me ha estado la Semana Santa, ¿eh? Cuando estaba de párroco en la Aurora veía a la Agonía cuando volvía a su parroquia, por aquellos descampados. Iba a la Merced en la recogida. Cofrade, cofrade, no he seguido, pero hoy lo defiendo a muerte. -Cuente algún momento de vellos de punta vivido en Semana Santa.-Ha habido detalles de algunos capataces que me han pedido hacer una levantá, era una oración por ellos. En otros se ha recogido el fruto, como cuando veo el funcionamiento de la Misericordia, que ha superado sus problemas, y que te pone el vello de punta. De esos tengo muchos. También momentos íntimos de hermandades, y recuerdo de una forma muy particular el paso del Descendimiento por la calle Deanes. Otros de miedo, como un año con el grupo opositor en la Misericordia, cuando era consiliario. El Vía Crucis Magno , la magna de Vírgenes coronadas y la de los Nazarenos fueron días espectaculares, emotivísimos, y conseguí no tener protagonismo. Sólo apoyé. Pienso que a la Agrupación de Cofradías hay que apoyarla, porque es una tarea muy desinteresada.El anterior obispo, Demetrio Fernández, impone la ceniza a Pedro Soldado este 2025 RAfael Carmona La vida entre el altar y el aula Pedro Soldado Barrios (Palma del Río, 1950) tiene 35 años cotizados como profesor de Religión en la enseñanza pública. Cuando era párroco en Cañete de Las Torres ejercía en el instituto de Montoro. Tuvo destinos en varios puntos de la provincia hasta que se hizo cargo de la nueva parroquia de la Aurora , en los años 90, cuando llegó la Virgen de la O. En el instituto Blas Infante coincidió en la docencia con Julio Anguita , de quien fue amigo y al que acompañó en la muerte de su hijo. En 2002 llegó a la parroquia de San José y Espíritu Santo y ahora deja un puesto sin nostalgia y con consejos sólo si se lo piden. RSS de noticias de espana/andalucia
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