Iban a la aventura, con un contrato de dos años como trabajadoras domésticas. Y después, pasado ese tiempo, eran libres de regresar. Pero no pudieron volver de Australia durante décadas. Primero, porque el billete de vuelta les costaba lo que ganaban en años de trabajo. Segundo, porque la soledad era tan inmensa para ellas que muchas enseguida aceptaron, con mayor o menor convicción y fortuna, la propuesta de matrimonio de hombres que habían llegado unos años antes. En Sidney, en Melbourne, en Adelaida, en Brisbane, ellas acabaron asentándose, implicándose socialmente, formando familias y fundando sus propios lugares de encuentro para combatir la nostalgia y el desarraigo. Llegaron a inaugurarse enormes clubes españoles en varias ciudades, y hasta frontones de pelota vasca y gure txokos, y más tarde centros gallegos, y hubo fiestas con paella y sangría, y torneos de fútbol y hasta romerías del Rocío en plena Oceanía. Durante seis décadas, las españolas se han seguido citando los sábados en el Centennial Park de Sidney.
“El verdadero engaño estuvo en la imposibilidad de pagarse el billete de vuelta”, concluye Natalia Ortiz, investigadora de estas expediciones
Iban a la aventura, con un contrato de dos años como trabajadoras domésticas. Y después, pasado ese tiempo, eran libres de regresar. Pero no pudieron volver de Australia durante décadas. Primero, porque el billete de vuelta les costaba lo que ganaban en años de trabajo. Segundo, porque la soledad era tan inmensa para ellas que muchas enseguida aceptaron, con mayor o menor convicción y fortuna, la propuesta de matrimonio de hombres que habían llegado unos años antes. En Sidney, en Melbourne, en Adelaida, en Brisbane, ellas acabaron asentándose, implicándose socialmente, formando familias y fundando sus propios lugares de encuentro para combatir la nostalgia y el desarraigo. Llegaron a inaugurarse enormes clubes españoles en varias ciudades, y hasta frontones de pelota vasca y gure txokos, y más tarde centros gallegos, y hubo fiestas con paella y sangría, y torneos de fútbol y hasta romerías del Rocío en plena Oceanía. Durante seis décadas, las españolas se han seguido citando los sábados en el Centennial Park de Sidney.
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