<p>En las ruinas de Santo Domingo, entre ábsides góticos al aire libre, un rosetón roto y el musgo que cubre las piedras del convento del siglo XIV, sorprende una barricada blanca construida con almohadas y sábanas. De lejos parece una nube, pero es una instalación de <strong>la artista kurda Zehra Dogan,</strong> que pasó casi tres años en una cárcel turca por un dibujo sobre la destrucción de Nusaybin. El régimen de <strong>Erdogan </strong>lo consideró «propaganda terrorista». Artistas como<strong> Ai Weiwei y Banksy</strong> clamaron por la liberación de Dogan, que gracias a la presión internacional fue absuelta y este verano se alza como una de las estrellas de la Bienal de Pontevedra, donde presenta su estremecedor diario de prisión o una pieza en la que<strong> el público usa un tirachinas contra un tanque, </strong>como ella hacía de niña.</p>
Después de 15 años de ausencia por la desidia de las administraciones, la Diputación recupera la bienal más antigua de España, fundada en 1969, con una reflexión sobre las guerras bajo el lema ‘Volver a ser humanos’
<p>En las ruinas de Santo Domingo, entre ábsides góticos al aire libre, un rosetón roto y el musgo que cubre las piedras del convento del siglo XIV, sorprende una barricada blanca construida con almohadas y sábanas. De lejos parece una nube, pero es una instalación de <strong>la artista kurda Zehra Dogan,</strong> que pasó casi tres años en una cárcel turca por un dibujo sobre la destrucción de Nusaybin. El régimen de <strong>Erdogan </strong>lo consideró «propaganda terrorista». Artistas como<strong> Ai Weiwei y Banksy</strong> clamaron por la liberación de Dogan, que gracias a la presión internacional fue absuelta y este verano se alza como una de las estrellas de la Bienal de Pontevedra, donde presenta su estremecedor diario de prisión o una pieza en la que<strong> el público usa un tirachinas contra un tanque, </strong>como ella hacía de niña.</p>
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