<p>Los toros de <strong>Fuente Ymbro </strong>han hecho la guerra por su cuenta en el <strong>primer encierro de las fiestas de San Fermín</strong>: en buena parte del recorrido han corrido separados, sin buscar la compañía de la manada, del grupo con el que se sienten protegidos. Todo ha comenzado con la <strong>caída de dos toros negros en mitad del grupo en Santo Domingo</strong>, en una de las zonas más estrechas del encierro. La voltereta de los morlacos ha sido monumental, y se ha encontrado con ellos <i>Tramposo</i>, el único castaño de la manada. Muy mal los mozos en ese momento: uno de ellos ha llamado la atención de uno de los de Fuente Ymbro, que ha estado cerca de cambiar el sentido de la carrera. Citarlo por detrás es una temeridad no sólo para uno mismo, sino que pone en peligro a los otros corredores. Los demás mozos no han hecho amago de tirar de los astados cuesta arriba, se han quedado en el sitio de forma pasiva. Por fortuna, la inercia del encierro ha llevado a los toros a seguir su curso.</p>
Los corredores de Santo Domingo tienen fama de ser los más experimentados, pero hoy no han reaccionado nada bien en una situación de mucho riesgo
<p>Los toros de <strong>Fuente Ymbro </strong>han hecho la guerra por su cuenta en el <strong>primer encierro de las fiestas de San Fermín</strong>: en buena parte del recorrido han corrido separados, sin buscar la compañía de la manada, del grupo con el que se sienten protegidos. Todo ha comenzado con la <strong>caída de dos toros negros en mitad del grupo en Santo Domingo</strong>, en una de las zonas más estrechas del encierro. La voltereta de los morlacos ha sido monumental, y se ha encontrado con ellos <i>Tramposo</i>, el único castaño de la manada. Muy mal los mozos en ese momento: uno de ellos ha llamado la atención de uno de los de Fuente Ymbro, que ha estado cerca de cambiar el sentido de la carrera. Citarlo por detrás es una temeridad no sólo para uno mismo, sino que pone en peligro a los otros corredores. Los demás mozos no han hecho amago de tirar de los astados cuesta arriba, se han quedado en el sitio de forma pasiva. Por fortuna, la inercia del encierro ha llevado a los toros a seguir su curso.</p>
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