<p>Tras cinco años de enfrentamiento, la guerra judicial de dos parejas de vecinos del madrileño barrio de Aluche<strong> por culpa de una mirilla electrónica </strong>ha sido zanjada por el Supremo. El Alto Tribunal da la razón a la pareja que denunciaba que el dispositivo colocado por los vecinos del piso de enfrente suponía <strong>una intromisión ilegítima en su intimidad</strong> y ordena la retirada de la mirilla y el pago de 300 euros a cada uno de los afectados.</p>
El Tribunal Supremo condena a una pareja de Madrid por intromisión ilegítima en la intimidad
<p>Tras cinco años de enfrentamiento, la guerra judicial de dos parejas de vecinos del madrileño barrio de Aluche<strong> por culpa de una mirilla electrónica </strong>ha sido zanjada por el Supremo. El Alto Tribunal da la razón a la pareja que denunciaba que el dispositivo colocado por los vecinos del piso de enfrente suponía <strong>una intromisión ilegítima en su intimidad</strong> y ordena la retirada de la mirilla y el pago de 300 euros a cada uno de los afectados.</p>
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