Carles Puigdemont ha recordado, en un largo escrito publicado en X, que hoy se cumple un año de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña y, también, de su aparición en el centro de Barcelona y posterior fuga, sin que ni un solo cuerpo policial lo impidiese a pesar de que sobre él recaía, y sigue haciéndolo, una orden judicial de detención. Según el líder de Junts, si se hubiera dejado detener aquel 8 de agosto de 2024 todavía seguiría detenido en prisión.Noticia Relacionada estandar Si Un año de la segunda fuga de Puigdemont: tres investigados y pendiente de la amnistía Elena Burés«Era consciente del riesgo enorme y de la elevada probabilidad de que yo acabara detenido y enviado a Madrid para ser encarcelado de manera incondicional. Todavía hoy en día estaría en la prisión, y probablemente a punto de ser juzgado y condenado, porque en España hay cosas y personas que están por encima de la ley y de su misma Constitución. Ya me entendéis: el que pueda hacer, que haga», ha escrito el expresidente autonómico catalán fugado de la Justicia desde 2017.En su largo escrito, Puigdemont ha defendido que, como diputado autonómico electo, tenía derecho a estar presente en la sesión de investidura de Illa, pero, a la vez, impedir ser detenido antes de acceder al Parlamento de Cataluña. «Vista la imposibilidad física de acercarme a las verjas del Parque de la Ciudadela [recinto que alberga el Parlament] sin ser detenido, era evidente que cualquier intento habría sido equivalente a una entrega voluntaria, cosa que no ha estado nunca en mis previsiones ni intenciones en estos casi ocho años de exilio», ha señalado. Por esto, «si el Estado español creía que tenía el deber de impedir mi acceso al Parlament, yo tenía el deber de intentar evitar mi detención».Igualmente, el líder de Junts ha indicado que con su actuación, hace un año, quiso poner «en evidencia una anomalía democrática grave, una avería en el sistema español que impide que podamos hablar de democracia plena», ya que, ha defendido, un representante elegido en las urnas no pudo acceder a la cámara legislativa por un orden del Tribunal Supremo. Pero no solo ha cargado contra los jueces del Alto Tribunal: «Hacía falta poner un foco muy grande vista la pasividad del presidente del Gobierno español a denunciar lo que es literalmente una actitud golpista del Supremo».[NOTICIA EN AMPLIACIÓN] Carles Puigdemont ha recordado, en un largo escrito publicado en X, que hoy se cumple un año de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña y, también, de su aparición en el centro de Barcelona y posterior fuga, sin que ni un solo cuerpo policial lo impidiese a pesar de que sobre él recaía, y sigue haciéndolo, una orden judicial de detención. Según el líder de Junts, si se hubiera dejado detener aquel 8 de agosto de 2024 todavía seguiría detenido en prisión.Noticia Relacionada estandar Si Un año de la segunda fuga de Puigdemont: tres investigados y pendiente de la amnistía Elena Burés«Era consciente del riesgo enorme y de la elevada probabilidad de que yo acabara detenido y enviado a Madrid para ser encarcelado de manera incondicional. Todavía hoy en día estaría en la prisión, y probablemente a punto de ser juzgado y condenado, porque en España hay cosas y personas que están por encima de la ley y de su misma Constitución. Ya me entendéis: el que pueda hacer, que haga», ha escrito el expresidente autonómico catalán fugado de la Justicia desde 2017.En su largo escrito, Puigdemont ha defendido que, como diputado autonómico electo, tenía derecho a estar presente en la sesión de investidura de Illa, pero, a la vez, impedir ser detenido antes de acceder al Parlamento de Cataluña. «Vista la imposibilidad física de acercarme a las verjas del Parque de la Ciudadela [recinto que alberga el Parlament] sin ser detenido, era evidente que cualquier intento habría sido equivalente a una entrega voluntaria, cosa que no ha estado nunca en mis previsiones ni intenciones en estos casi ocho años de exilio», ha señalado. Por esto, «si el Estado español creía que tenía el deber de impedir mi acceso al Parlament, yo tenía el deber de intentar evitar mi detención».Igualmente, el líder de Junts ha indicado que con su actuación, hace un año, quiso poner «en evidencia una anomalía democrática grave, una avería en el sistema español que impide que podamos hablar de democracia plena», ya que, ha defendido, un representante elegido en las urnas no pudo acceder a la cámara legislativa por un orden del Tribunal Supremo. Pero no solo ha cargado contra los jueces del Alto Tribunal: «Hacía falta poner un foco muy grande vista la pasividad del presidente del Gobierno español a denunciar lo que es literalmente una actitud golpista del Supremo».[NOTICIA EN AMPLIACIÓN] Carles Puigdemont ha recordado, en un largo escrito publicado en X, que hoy se cumple un año de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña y, también, de su aparición en el centro de Barcelona y posterior fuga, sin que ni un solo cuerpo policial lo impidiese a pesar de que sobre él recaía, y sigue haciéndolo, una orden judicial de detención. Según el líder de Junts, si se hubiera dejado detener aquel 8 de agosto de 2024 todavía seguiría detenido en prisión.Noticia Relacionada estandar Si Un año de la segunda fuga de Puigdemont: tres investigados y pendiente de la amnistía Elena Burés«Era consciente del riesgo enorme y de la elevada probabilidad de que yo acabara detenido y enviado a Madrid para ser encarcelado de manera incondicional. Todavía hoy en día estaría en la prisión, y probablemente a punto de ser juzgado y condenado, porque en España hay cosas y personas que están por encima de la ley y de su misma Constitución. Ya me entendéis: el que pueda hacer, que haga», ha escrito el expresidente autonómico catalán fugado de la Justicia desde 2017.En su largo escrito, Puigdemont ha defendido que, como diputado autonómico electo, tenía derecho a estar presente en la sesión de investidura de Illa, pero, a la vez, impedir ser detenido antes de acceder al Parlamento de Cataluña. «Vista la imposibilidad física de acercarme a las verjas del Parque de la Ciudadela [recinto que alberga el Parlament] sin ser detenido, era evidente que cualquier intento habría sido equivalente a una entrega voluntaria, cosa que no ha estado nunca en mis previsiones ni intenciones en estos casi ocho años de exilio», ha señalado. Por esto, «si el Estado español creía que tenía el deber de impedir mi acceso al Parlament, yo tenía el deber de intentar evitar mi detención».Igualmente, el líder de Junts ha indicado que con su actuación, hace un año, quiso poner «en evidencia una anomalía democrática grave, una avería en el sistema español que impide que podamos hablar de democracia plena», ya que, ha defendido, un representante elegido en las urnas no pudo acceder a la cámara legislativa por un orden del Tribunal Supremo. Pero no solo ha cargado contra los jueces del Alto Tribunal: «Hacía falta poner un foco muy grande vista la pasividad del presidente del Gobierno español a denunciar lo que es literalmente una actitud golpista del Supremo».[NOTICIA EN AMPLIACIÓN] RSS de noticias de espana
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