La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el mundo laboral ha hecho posible que algunas tareas que antes requerían de la intervención humana, ahora se realicen de forma más automática. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la IA afectará a un 40% de los puestos de trabajo en todo el mundo. Reemplazará unos (argumento de los recelosos de esta tecnología), pero complementará o creará otros nuevos. Además, como advierte este mismo organismo internacional, frente a otros procesos de automatización anteriores, la era de la IA viene también a transformar puestos de trabajo de alta preparación o cualificación (high skilled jobs). En las economías avanzadas, hasta 6 de cada 10 empleos estarán condicionados por aquella.
La nueva estrategia de la compañía
Desde su fundación, ODILO ha creado más de mil ecosistemas de aprendizaje en los cinco continentes y se ha convertido en una de las edtech más reconocidas a nivel mundial. Con la llegada de Sarah Harmon como directora general, el pasado mes de abril, se ha marcado un punto de inflexión importante en la organización. Harmon cuenta con una trayectoria destacada en compañías como Microsoft o LinkedIn, y representa una visión integradora entre tecnología y personas. Tiene la ambición de consolidar ODILO como un actor de cambio para facilitar una mayor velocidad y adaptabilidad de la educación.
A la nueva dirección se suman los nombramientos de Carlos Segovia como director financiero, Mercedes MacPherson como directora de Recursos Humanos, y María Martín como directora jurídica. Con ellos, ODILO refuerza su apuesta por una cultura basada en la agilidad, la corresponsabilidad y la comunicación transparente. “Nuestra cultura se basa en el accountability compartido, en una organización menos jerárquica y más participativa, donde cada persona tenga espacio para crecer y aportar”, concluye Harmon. Para ello, la compañía ha tomado el pulso a su propia cultura interna y se ha comprometido a gestionarla de forma proactiva, adaptándose con agilidad a esta nueva etapa. “Queremos ser una empresa que empodera a sus trabajadores, que apuesta por el talento interno y construya una confianza mutua desde la colaboración y la transparencia”, señalan desde ODILO.
Las tecnologías emergentes, la automatización o la inteligencia artificial están transformando radicalmente el mercado laboral, los modelos de negocio y la vida cotidiana. ODILO ‘pavimenta’ el vital proceso de adaptación al escenario para personas, empresas e instituciones
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el mundo laboral ha hecho posible que algunas tareas que antes requerían de la intervención humana, ahora se realicen de forma más automática. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la IA afectará a un 40% de los puestos de trabajo en todo el mundo. Reemplazará unos (argumento de los recelosos de esta tecnología), pero complementará o creará otros nuevos. Además, como advierte este mismo organismo internacional, frente a otros procesos de automatización anteriores, la era de la IA viene también a transformar puestos de trabajo de alta preparación o cualificación (high skilled jobs). En las economías avanzadas, hasta 6 de cada 10 empleos estarán condicionados por aquella.
La nueva estrategia de la compañía
Desde su fundación, ODILO ha creado más de mil ecosistemas de aprendizaje en los cinco continentes y se ha convertido en una de las edtech más reconocidas a nivel mundial. Con la llegada de Sarah Harmon como directora general, el pasado mes de abril, se ha marcado un punto de inflexión importante en la organización. Harmon cuenta con una trayectoria destacada en compañías como Microsoft o LinkedIn, y representa una visión integradora entre tecnología y personas. Tiene la ambición de consolidar ODILO como un actor de cambio para facilitar una mayor velocidad y adaptabilidad de la educación.
A la nueva dirección se suman los nombramientos de Carlos Segovia como director financiero, Mercedes MacPherson como directora de Recursos Humanos, y María Martín como directora jurídica. Con ellos, ODILO refuerza su apuesta por una cultura basada en la agilidad, la corresponsabilidad y la comunicación transparente. “Nuestra cultura se basa en el accountability compartido, en una organización menos jerárquica y más participativa, donde cada persona tenga espacio para crecer y aportar”, concluye Harmon. Para ello, la compañía ha tomado el pulso a su propia cultura interna y se ha comprometido a gestionarla de forma proactiva, adaptándose con agilidad a esta nueva etapa. “Queremos ser una empresa que empodera a sus trabajadores, que apuesta por el talento interno y construya una confianza mutua desde la colaboración y la transparencia”, señalan desde ODILO.
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