El calor y los incendios en verano se han convertido en una preocupación creciente. El cambio climático está dando lugar a fenómenos extremos , como la formación de nubes colosales especialmente peligrosas y temidas por los bomberos, ya que pueden hacer que la extinción de un incendio sea prácticamente imposible. Estas nubes, generadas por el propio fuego, están cambiando su frecuencia. Según los expertos, podrían estar detrás del 40% de los llamados incendios de sexta generación en pocos años.¿Qué es un incendio de sexta generación?«La calificación de ‘incendio de sexta generación’ hace referencia a aquellos incendios de tal intensidad que alteran la dinámica de las capas altas de la atmosfera y generan vientos que pueden ser muy difíciles de modelar , por lo que no nos es posible predecir el comportamiento del fuego«, explica a ‘National Geographic’ Inazio Martínez de Arano, director de la Oficina Regional del Mediterráneo del Instituto Forestal Europeo. Abarca más de 10.000 hectáreas provocado por una o varias igniciones relacionadas.El informe ‘Fire and forest fires in the Mediterranean; a relationship story between forest and society del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC)’ indica que pueden superar la capacidad de extinción. Y Arano matiza que «no se pueden sofocar hasta que cambien las condiciones meteorológicas».Noticia Relacionada estandar No El invento revolucionario contra los incendios 50 veces más efectivo que el agua Alexia Columba Jerez César Sallén ha creado Ecofire, un producto orgánico y sostenible que quiere marcar un antes y un después en la lucha frente a la epidemia del fuego¿Cómo se forma una tormenta de fuego dentro de estos incendios?La Pau Costa Foundation —una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la investigación, prevención y gestión de incendios— explicó a ABC que, cuando la vegetación arde, e l aire caliente asciende rápidamente, generando una intensa corriente vertical. Este ascenso provoca un vacío que es rápidamente ocupado por aire más frío, lo que desencadena fuertes corrientes convectivas. A medida que el aire caliente asciende a capas superiores de la atmósfera, se enfría y se expande.«Cuando la temperatura es suficientemente baja, el vapor de agua contenido en el aire comienza a condensarse, formando una nube sobre la columna de humo», explican desde la fundació n. En algunos casos, la temperatura desciende tanto que las gotas de agua en el interior de la nube pueden llegar a congelarse.Estas nubes, similares a las de tormenta, pueden generar fenómenos típicos como rayos, relámpagos e incluso lluvias intensas muy localizadas. Pero el verdadero problema es su capacidad para desencadenar eventos meteorológicos extremos, como el downdraft o desplome de la nube.Cuando esto ocurre, el aire frío cae violentamente hasta el suelo y se dispersa con gran fuerza, provocando ráfagas de viento que pueden superar los 240 km/h. Este comportamiento errático e imprevisible complica gravemente las labores de extinción de un fuego.Según la Pau Costa Foundation , estas ráfagas violentas no solo avivan las llamas al aportar oxígeno al fuego, sino que también pueden transportar brasas o llamas a largas distancias, provocando nuevos focos lejos del incendio original. Es lo que algunos expertos llaman «la tormenta de fuego perfecta».Frente a este tipo de fenómenos, los expertos insisten en la necesidad urgente de una gestión forestal adecuada y una cultura de la prevención. Esto implica, entre otras medidas, evitar la acumulación de grandes cantidades de vegetación muerta de forma continua en el territorio. No obstante, la pregunta es si a la larga será imposible abordar los incendios. El calor y los incendios en verano se han convertido en una preocupación creciente. El cambio climático está dando lugar a fenómenos extremos , como la formación de nubes colosales especialmente peligrosas y temidas por los bomberos, ya que pueden hacer que la extinción de un incendio sea prácticamente imposible. Estas nubes, generadas por el propio fuego, están cambiando su frecuencia. Según los expertos, podrían estar detrás del 40% de los llamados incendios de sexta generación en pocos años.¿Qué es un incendio de sexta generación?«La calificación de ‘incendio de sexta generación’ hace referencia a aquellos incendios de tal intensidad que alteran la dinámica de las capas altas de la atmosfera y generan vientos que pueden ser muy difíciles de modelar , por lo que no nos es posible predecir el comportamiento del fuego«, explica a ‘National Geographic’ Inazio Martínez de Arano, director de la Oficina Regional del Mediterráneo del Instituto Forestal Europeo. Abarca más de 10.000 hectáreas provocado por una o varias igniciones relacionadas.El informe ‘Fire and forest fires in the Mediterranean; a relationship story between forest and society del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC)’ indica que pueden superar la capacidad de extinción. Y Arano matiza que «no se pueden sofocar hasta que cambien las condiciones meteorológicas».Noticia Relacionada estandar No El invento revolucionario contra los incendios 50 veces más efectivo que el agua Alexia Columba Jerez César Sallén ha creado Ecofire, un producto orgánico y sostenible que quiere marcar un antes y un después en la lucha frente a la epidemia del fuego¿Cómo se forma una tormenta de fuego dentro de estos incendios?La Pau Costa Foundation —una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la investigación, prevención y gestión de incendios— explicó a ABC que, cuando la vegetación arde, e l aire caliente asciende rápidamente, generando una intensa corriente vertical. Este ascenso provoca un vacío que es rápidamente ocupado por aire más frío, lo que desencadena fuertes corrientes convectivas. A medida que el aire caliente asciende a capas superiores de la atmósfera, se enfría y se expande.«Cuando la temperatura es suficientemente baja, el vapor de agua contenido en el aire comienza a condensarse, formando una nube sobre la columna de humo», explican desde la fundació n. En algunos casos, la temperatura desciende tanto que las gotas de agua en el interior de la nube pueden llegar a congelarse.Estas nubes, similares a las de tormenta, pueden generar fenómenos típicos como rayos, relámpagos e incluso lluvias intensas muy localizadas. Pero el verdadero problema es su capacidad para desencadenar eventos meteorológicos extremos, como el downdraft o desplome de la nube.Cuando esto ocurre, el aire frío cae violentamente hasta el suelo y se dispersa con gran fuerza, provocando ráfagas de viento que pueden superar los 240 km/h. Este comportamiento errático e imprevisible complica gravemente las labores de extinción de un fuego.Según la Pau Costa Foundation , estas ráfagas violentas no solo avivan las llamas al aportar oxígeno al fuego, sino que también pueden transportar brasas o llamas a largas distancias, provocando nuevos focos lejos del incendio original. Es lo que algunos expertos llaman «la tormenta de fuego perfecta».Frente a este tipo de fenómenos, los expertos insisten en la necesidad urgente de una gestión forestal adecuada y una cultura de la prevención. Esto implica, entre otras medidas, evitar la acumulación de grandes cantidades de vegetación muerta de forma continua en el territorio. No obstante, la pregunta es si a la larga será imposible abordar los incendios. El calor y los incendios en verano se han convertido en una preocupación creciente. El cambio climático está dando lugar a fenómenos extremos , como la formación de nubes colosales especialmente peligrosas y temidas por los bomberos, ya que pueden hacer que la extinción de un incendio sea prácticamente imposible. Estas nubes, generadas por el propio fuego, están cambiando su frecuencia. Según los expertos, podrían estar detrás del 40% de los llamados incendios de sexta generación en pocos años.¿Qué es un incendio de sexta generación?«La calificación de ‘incendio de sexta generación’ hace referencia a aquellos incendios de tal intensidad que alteran la dinámica de las capas altas de la atmosfera y generan vientos que pueden ser muy difíciles de modelar , por lo que no nos es posible predecir el comportamiento del fuego«, explica a ‘National Geographic’ Inazio Martínez de Arano, director de la Oficina Regional del Mediterráneo del Instituto Forestal Europeo. Abarca más de 10.000 hectáreas provocado por una o varias igniciones relacionadas.El informe ‘Fire and forest fires in the Mediterranean; a relationship story between forest and society del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC)’ indica que pueden superar la capacidad de extinción. Y Arano matiza que «no se pueden sofocar hasta que cambien las condiciones meteorológicas».Noticia Relacionada estandar No El invento revolucionario contra los incendios 50 veces más efectivo que el agua Alexia Columba Jerez César Sallén ha creado Ecofire, un producto orgánico y sostenible que quiere marcar un antes y un después en la lucha frente a la epidemia del fuego¿Cómo se forma una tormenta de fuego dentro de estos incendios?La Pau Costa Foundation —una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la investigación, prevención y gestión de incendios— explicó a ABC que, cuando la vegetación arde, e l aire caliente asciende rápidamente, generando una intensa corriente vertical. Este ascenso provoca un vacío que es rápidamente ocupado por aire más frío, lo que desencadena fuertes corrientes convectivas. A medida que el aire caliente asciende a capas superiores de la atmósfera, se enfría y se expande.«Cuando la temperatura es suficientemente baja, el vapor de agua contenido en el aire comienza a condensarse, formando una nube sobre la columna de humo», explican desde la fundació n. En algunos casos, la temperatura desciende tanto que las gotas de agua en el interior de la nube pueden llegar a congelarse.Estas nubes, similares a las de tormenta, pueden generar fenómenos típicos como rayos, relámpagos e incluso lluvias intensas muy localizadas. Pero el verdadero problema es su capacidad para desencadenar eventos meteorológicos extremos, como el downdraft o desplome de la nube.Cuando esto ocurre, el aire frío cae violentamente hasta el suelo y se dispersa con gran fuerza, provocando ráfagas de viento que pueden superar los 240 km/h. Este comportamiento errático e imprevisible complica gravemente las labores de extinción de un fuego.Según la Pau Costa Foundation , estas ráfagas violentas no solo avivan las llamas al aportar oxígeno al fuego, sino que también pueden transportar brasas o llamas a largas distancias, provocando nuevos focos lejos del incendio original. Es lo que algunos expertos llaman «la tormenta de fuego perfecta».Frente a este tipo de fenómenos, los expertos insisten en la necesidad urgente de una gestión forestal adecuada y una cultura de la prevención. Esto implica, entre otras medidas, evitar la acumulación de grandes cantidades de vegetación muerta de forma continua en el territorio. No obstante, la pregunta es si a la larga será imposible abordar los incendios. RSS de noticias de sociedad
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