Y al sexto mes resucitó. En la nada exigua nómina de acontecimientos excepcionales que jalonan la vida, obra y circunstancias de Rafael Martos Sánchez habrá que anotar desde este domingo, y en un lugar bien destacado, su retorno a los escenarios después del linfoma cerebral que le llevó en diciembre al hospital y a las primeras páginas de todos los diarios. Superado el susto superlativo para él y los suyos, y el soponcio entre amantes de la cultura popular española y mitómanos de diverso pelaje, el cantante de Linares escogió un escenario a la altura de su imperial figura para comunicarle al mundo la buena nueva de su regreso.
El octogenario cantante, más mesurado, pero en milagrosa buena forma, concede dos horas de recital intachable y lacónico ante el entusiasmo de 3.500 espectadores
Y al sexto mes resucitó. En la nada exigua nómina de acontecimientos excepcionales que jalonan la vida, obra y circunstancias de Rafael Martos Sánchez habrá que anotar desde este domingo, y en un lugar bien destacado, su retorno a los escenarios después del linfoma cerebral que le llevó en diciembre al hospital y a las primeras páginas de todos los diarios. Superado el susto superlativo para él y los suyos, y el soponcio entre amantes de la cultura popular española y mitómanos de diverso pelaje, el cantante de Linares escogió un escenario a la altura de su imperial figura para comunicarle al mundo la buena nueva de su regreso.
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