En el flanco izquierdo del Allianz de Múnich, Portugal celebra la ocasión como lo merece y la selección española se reúne de caras largas en una mesa redonda, cabezas abajo, entre los jugadores y el staff técnico. Lleva la voz cantante Luis de la Fuente, que habla y apoya, grita en medio del jolgorio, hace oír su voz que proclama la fuerza del colectivo en la derrota.Ha perdido la selección dos años y dos meses después y los jugadores son respetuosos con el protocolo. Tristeza, pero sin reproches o mala educación en la derrota. Morata, el que falló el penalti en un tiro lánguido y demasiado triste, encabeza la comitiva en el saludo a los árbitros, a los ganadores portugueses, a Roberto Martínez, al capitán Cristiano Ronaldo.La selección no ha podido encadenar el tercer título consecutivo después de la Liga de Naciones 2023 y, sobre todo, la Eurocopa 2024. Tres temporadas y dos títulos que no pudieron ser tres en la fría noche muniquesa.Las derrotas implican silencio. Y esto es lo que ocurre en el césped del Allianz, un par de decenas de camisetas amarillas observan la fiesta de klos portugueses sin pronunciar palabra. Morata está en primera línea, no se esconde. Habla con De la Fuente y el capitán ayer, Unai Simón, sobre los pormenores del protocolo de entrega del trofeo y las medallas.Nuno Mendes recibe el trofeo al mejor jugador de la final. Con mucha diferencia sobre el resto. Sesión de collejas y pasillo para él. De la Fuente conduce el vagón para recoger medallas, le siguen Morata, Unai Simón y Mikel Merino. De la Fuente recibe uno a uno a sus futbolistas. Choca la mano y felicita, como en los días de victoria, pero todo más denso.Mikel Oyarzabal valoró el resultado: «Ha sido una pena. El haber llegado hasta aquí y en los penaltis duele más. Hay que darle valor a todo lo que se ha hecho. Es muy duro. Pero con el tiempo se dará valor».«Nos ha costado más en el segundo tiempo -opinó el delantero de la Real Sociedad-. El cansancio también, ellos dieron un paso adelante con cambios explosivos. Pero es para estar orgulloso del equipo. Pelearemos para estar cerca de ganar otro título».Martín Zubimendi era imagen de la tristeza: «Ahora mismo sacar algo positivo es difícil, pero es de valorar las tres finales seguidas que hemos jugado, es para sentirse orgulloso». «Ha sido un partido de tú a tú, Portugal es un equipo con mucha calidad, muy parecido a nosotros y ahí ha estado el partido, en los detalles y en los penaltis. Teníamos mucha ilusión en esta competición, me va a durar un poquito la pena y ahora después de las vacaciones vendrán otros objetivos», dijo el centrocampista español«. En el flanco izquierdo del Allianz de Múnich, Portugal celebra la ocasión como lo merece y la selección española se reúne de caras largas en una mesa redonda, cabezas abajo, entre los jugadores y el staff técnico. Lleva la voz cantante Luis de la Fuente, que habla y apoya, grita en medio del jolgorio, hace oír su voz que proclama la fuerza del colectivo en la derrota.Ha perdido la selección dos años y dos meses después y los jugadores son respetuosos con el protocolo. Tristeza, pero sin reproches o mala educación en la derrota. Morata, el que falló el penalti en un tiro lánguido y demasiado triste, encabeza la comitiva en el saludo a los árbitros, a los ganadores portugueses, a Roberto Martínez, al capitán Cristiano Ronaldo.La selección no ha podido encadenar el tercer título consecutivo después de la Liga de Naciones 2023 y, sobre todo, la Eurocopa 2024. Tres temporadas y dos títulos que no pudieron ser tres en la fría noche muniquesa.Las derrotas implican silencio. Y esto es lo que ocurre en el césped del Allianz, un par de decenas de camisetas amarillas observan la fiesta de klos portugueses sin pronunciar palabra. Morata está en primera línea, no se esconde. Habla con De la Fuente y el capitán ayer, Unai Simón, sobre los pormenores del protocolo de entrega del trofeo y las medallas.Nuno Mendes recibe el trofeo al mejor jugador de la final. Con mucha diferencia sobre el resto. Sesión de collejas y pasillo para él. De la Fuente conduce el vagón para recoger medallas, le siguen Morata, Unai Simón y Mikel Merino. De la Fuente recibe uno a uno a sus futbolistas. Choca la mano y felicita, como en los días de victoria, pero todo más denso.Mikel Oyarzabal valoró el resultado: «Ha sido una pena. El haber llegado hasta aquí y en los penaltis duele más. Hay que darle valor a todo lo que se ha hecho. Es muy duro. Pero con el tiempo se dará valor».«Nos ha costado más en el segundo tiempo -opinó el delantero de la Real Sociedad-. El cansancio también, ellos dieron un paso adelante con cambios explosivos. Pero es para estar orgulloso del equipo. Pelearemos para estar cerca de ganar otro título».Martín Zubimendi era imagen de la tristeza: «Ahora mismo sacar algo positivo es difícil, pero es de valorar las tres finales seguidas que hemos jugado, es para sentirse orgulloso». «Ha sido un partido de tú a tú, Portugal es un equipo con mucha calidad, muy parecido a nosotros y ahí ha estado el partido, en los detalles y en los penaltis. Teníamos mucha ilusión en esta competición, me va a durar un poquito la pena y ahora después de las vacaciones vendrán otros objetivos», dijo el centrocampista español«. En el flanco izquierdo del Allianz de Múnich, Portugal celebra la ocasión como lo merece y la selección española se reúne de caras largas en una mesa redonda, cabezas abajo, entre los jugadores y el staff técnico. Lleva la voz cantante Luis de la Fuente, que habla y apoya, grita en medio del jolgorio, hace oír su voz que proclama la fuerza del colectivo en la derrota.Ha perdido la selección dos años y dos meses después y los jugadores son respetuosos con el protocolo. Tristeza, pero sin reproches o mala educación en la derrota. Morata, el que falló el penalti en un tiro lánguido y demasiado triste, encabeza la comitiva en el saludo a los árbitros, a los ganadores portugueses, a Roberto Martínez, al capitán Cristiano Ronaldo.La selección no ha podido encadenar el tercer título consecutivo después de la Liga de Naciones 2023 y, sobre todo, la Eurocopa 2024. Tres temporadas y dos títulos que no pudieron ser tres en la fría noche muniquesa.Las derrotas implican silencio. Y esto es lo que ocurre en el césped del Allianz, un par de decenas de camisetas amarillas observan la fiesta de klos portugueses sin pronunciar palabra. Morata está en primera línea, no se esconde. Habla con De la Fuente y el capitán ayer, Unai Simón, sobre los pormenores del protocolo de entrega del trofeo y las medallas.Nuno Mendes recibe el trofeo al mejor jugador de la final. Con mucha diferencia sobre el resto. Sesión de collejas y pasillo para él. De la Fuente conduce el vagón para recoger medallas, le siguen Morata, Unai Simón y Mikel Merino. De la Fuente recibe uno a uno a sus futbolistas. Choca la mano y felicita, como en los días de victoria, pero todo más denso.Mikel Oyarzabal valoró el resultado: «Ha sido una pena. El haber llegado hasta aquí y en los penaltis duele más. Hay que darle valor a todo lo que se ha hecho. Es muy duro. Pero con el tiempo se dará valor».«Nos ha costado más en el segundo tiempo -opinó el delantero de la Real Sociedad-. El cansancio también, ellos dieron un paso adelante con cambios explosivos. Pero es para estar orgulloso del equipo. Pelearemos para estar cerca de ganar otro título».Martín Zubimendi era imagen de la tristeza: «Ahora mismo sacar algo positivo es difícil, pero es de valorar las tres finales seguidas que hemos jugado, es para sentirse orgulloso». «Ha sido un partido de tú a tú, Portugal es un equipo con mucha calidad, muy parecido a nosotros y ahí ha estado el partido, en los detalles y en los penaltis. Teníamos mucha ilusión en esta competición, me va a durar un poquito la pena y ahora después de las vacaciones vendrán otros objetivos», dijo el centrocampista español«. RSS de noticias de deportes
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