<p class=»ue-c-article__paragraph»> La decisión del Gobierno de abandonar la compra de cazabombarderos F-35 estadounidenses ha dejado al Ejército del Aire y a la Armada al albur de lo que pase con el<strong> Futuro Sistema Aéreo de Combate</strong> (FCAS, según sus siglas en inglés), un proyecto conjunto de Francia, Alemania y España que persigue la creación de un avión de combate pero que está en serio peligro de naufragar por las exigencias francesas de tener más poder. Aparte, España seguirá apostando por el <strong>’Eurofighter'</strong>, pero ése es un avión de cuarta generación, a la que pertenecen aviones como los estadounidenses<strong> F-15, F-16 y F-18,</strong> que están empezando a ser reemplazados en todo el mundo. El futuro de la defensa aérea española queda, así, bajo una considerable incógnita. </p>
El proyecto conjunto de Francia, Alemania y España que persigue la creación de un avión de combate está en serio peligro de naufragar por las exigencias francesas de tener más poder
<p class=»ue-c-article__paragraph»> La decisión del Gobierno de abandonar la compra de cazabombarderos F-35 estadounidenses ha dejado al Ejército del Aire y a la Armada al albur de lo que pase con el<strong> Futuro Sistema Aéreo de Combate</strong> (FCAS, según sus siglas en inglés), un proyecto conjunto de Francia, Alemania y España que persigue la creación de un avión de combate pero que está en serio peligro de naufragar por las exigencias francesas de tener más poder. Aparte, España seguirá apostando por el <strong>’Eurofighter'</strong>, pero ése es un avión de cuarta generación, a la que pertenecen aviones como los estadounidenses<strong> F-15, F-16 y F-18,</strong> que están empezando a ser reemplazados en todo el mundo. El futuro de la defensa aérea española queda, así, bajo una considerable incógnita. </p>
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