Del condimento en la cocina gourmet a retardante del fuego o fertilizante agrícola. El proceso natural de la generación de sal mediante la evaporación de agua del mar proporcionará en breve no sólo el sabroso ingrediente de chefs con Estrella Michelín, sino también hidróxido de magnesio para uso industrial. La investigación está desarrollada por la compañía Bras del Port, que acaba de celebrar su 125 aniversario en las salinas de Santa Pola (Alicante).Con esta nueva línea de trabajo, en este parque natural generado a raíz de la actividad de la empresa, al regular desde 1900 el flujo de caudal desde el Mediterráneo hasta las lagunas y evitar que se sequen por completo, amplían su utilidad con un abanico excepcional de productos.El departamento de I+D+i de Bras del Port desarrolla este proyecto –respaldado por el CDTI, organismo ministerial especializado en impulsar la innovación– en el que se aprovecha que durante la obtención de esta sal se generan unas salmueras concentradas ricas en numerosos minerales, tal como resaltan fuentes de la compañía.El objetivo es «recuperar el magnesio de esas salmueras, en forma de un compuesto altamente demandado para aplicaciones tan diversas como la fertilización, la construcción, el tratamiento de aguas o la industria farmacéutica y alimentaria», describen, acerca de esta iniciativa que también «fomenta el aprovechamiento integral de las salinas, maximizar los recursos naturales y promueve la economía circular».Disney quiso comprarlaLa empresa Bras del Port ya fue pionera en la producción de la única espuma de sal marina del mundo, que utilizan chefs como Susi Díaz, Estrella Michelin, e igualmente consiguió la primera certificación ecológica. En la jornada de celebración del 125 aniversario, Jaime Gamba Cuervo-Arango, presidente del consejo de administración, destacó que «las salinas son una parte más de la familia, un activo que no está en venta», en una empresa familiar que se mantiene en manos de la séptima generación, aunque también cuenta con un centenar de accionistas, entre alicantinos y asturianos, los orígenes del fundador de la compañía, Manuel González-Carbajal.En una retrospectiva de la compañía, Gonzalo Díaz Caicoya, su director general, recordó cómo nunca se vendió ni a Disney –que proyectó levantar allí el parque que luego instaló en París– ni a otros interesados. Y tampoco ha cedido a las presiones de diferentes administraciones. También elogió los méritos del «visionario» González-Carbajal que vio «unos montoncitos de sal junto mar» y vislumbró las posibilidades de hacerlos rentables.En esos 125 años, la actividad ha evolucionado desde la recogida y transporte de la sal marina con carros y bueyes a la utilización del láser para cortarla con precisión y evitar que salga manchada con barro. Del condimento en la cocina gourmet a retardante del fuego o fertilizante agrícola. El proceso natural de la generación de sal mediante la evaporación de agua del mar proporcionará en breve no sólo el sabroso ingrediente de chefs con Estrella Michelín, sino también hidróxido de magnesio para uso industrial. La investigación está desarrollada por la compañía Bras del Port, que acaba de celebrar su 125 aniversario en las salinas de Santa Pola (Alicante).Con esta nueva línea de trabajo, en este parque natural generado a raíz de la actividad de la empresa, al regular desde 1900 el flujo de caudal desde el Mediterráneo hasta las lagunas y evitar que se sequen por completo, amplían su utilidad con un abanico excepcional de productos.El departamento de I+D+i de Bras del Port desarrolla este proyecto –respaldado por el CDTI, organismo ministerial especializado en impulsar la innovación– en el que se aprovecha que durante la obtención de esta sal se generan unas salmueras concentradas ricas en numerosos minerales, tal como resaltan fuentes de la compañía.El objetivo es «recuperar el magnesio de esas salmueras, en forma de un compuesto altamente demandado para aplicaciones tan diversas como la fertilización, la construcción, el tratamiento de aguas o la industria farmacéutica y alimentaria», describen, acerca de esta iniciativa que también «fomenta el aprovechamiento integral de las salinas, maximizar los recursos naturales y promueve la economía circular».Disney quiso comprarlaLa empresa Bras del Port ya fue pionera en la producción de la única espuma de sal marina del mundo, que utilizan chefs como Susi Díaz, Estrella Michelin, e igualmente consiguió la primera certificación ecológica. En la jornada de celebración del 125 aniversario, Jaime Gamba Cuervo-Arango, presidente del consejo de administración, destacó que «las salinas son una parte más de la familia, un activo que no está en venta», en una empresa familiar que se mantiene en manos de la séptima generación, aunque también cuenta con un centenar de accionistas, entre alicantinos y asturianos, los orígenes del fundador de la compañía, Manuel González-Carbajal.En una retrospectiva de la compañía, Gonzalo Díaz Caicoya, su director general, recordó cómo nunca se vendió ni a Disney –que proyectó levantar allí el parque que luego instaló en París– ni a otros interesados. Y tampoco ha cedido a las presiones de diferentes administraciones. También elogió los méritos del «visionario» González-Carbajal que vio «unos montoncitos de sal junto mar» y vislumbró las posibilidades de hacerlos rentables.En esos 125 años, la actividad ha evolucionado desde la recogida y transporte de la sal marina con carros y bueyes a la utilización del láser para cortarla con precisión y evitar que salga manchada con barro. Del condimento en la cocina gourmet a retardante del fuego o fertilizante agrícola. El proceso natural de la generación de sal mediante la evaporación de agua del mar proporcionará en breve no sólo el sabroso ingrediente de chefs con Estrella Michelín, sino también hidróxido de magnesio para uso industrial. La investigación está desarrollada por la compañía Bras del Port, que acaba de celebrar su 125 aniversario en las salinas de Santa Pola (Alicante).Con esta nueva línea de trabajo, en este parque natural generado a raíz de la actividad de la empresa, al regular desde 1900 el flujo de caudal desde el Mediterráneo hasta las lagunas y evitar que se sequen por completo, amplían su utilidad con un abanico excepcional de productos.El departamento de I+D+i de Bras del Port desarrolla este proyecto –respaldado por el CDTI, organismo ministerial especializado en impulsar la innovación– en el que se aprovecha que durante la obtención de esta sal se generan unas salmueras concentradas ricas en numerosos minerales, tal como resaltan fuentes de la compañía.El objetivo es «recuperar el magnesio de esas salmueras, en forma de un compuesto altamente demandado para aplicaciones tan diversas como la fertilización, la construcción, el tratamiento de aguas o la industria farmacéutica y alimentaria», describen, acerca de esta iniciativa que también «fomenta el aprovechamiento integral de las salinas, maximizar los recursos naturales y promueve la economía circular».Disney quiso comprarlaLa empresa Bras del Port ya fue pionera en la producción de la única espuma de sal marina del mundo, que utilizan chefs como Susi Díaz, Estrella Michelin, e igualmente consiguió la primera certificación ecológica. En la jornada de celebración del 125 aniversario, Jaime Gamba Cuervo-Arango, presidente del consejo de administración, destacó que «las salinas son una parte más de la familia, un activo que no está en venta», en una empresa familiar que se mantiene en manos de la séptima generación, aunque también cuenta con un centenar de accionistas, entre alicantinos y asturianos, los orígenes del fundador de la compañía, Manuel González-Carbajal.En una retrospectiva de la compañía, Gonzalo Díaz Caicoya, su director general, recordó cómo nunca se vendió ni a Disney –que proyectó levantar allí el parque que luego instaló en París– ni a otros interesados. Y tampoco ha cedido a las presiones de diferentes administraciones. También elogió los méritos del «visionario» González-Carbajal que vio «unos montoncitos de sal junto mar» y vislumbró las posibilidades de hacerlos rentables.En esos 125 años, la actividad ha evolucionado desde la recogida y transporte de la sal marina con carros y bueyes a la utilización del láser para cortarla con precisión y evitar que salga manchada con barro. RSS de noticias de sociedad
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