La generación del ‘baby boom’, que durante más de 40 años han sostenido las pensiones de sus antecesores, empezó a llamar a las puertas de la Seguridad Social en 2023 y su desembarco ha comenzado a tensar las costuras del sistema, pese a ocho reformas desde los 80 y un goteo de exigencias más duras para el retiro. Los nacidos entre 1957 y 1977 son los niños de la EGB, fueron en masa a la universidad, se incorporaron al mercado del trabajo para toda la vida y son la generación más numerosa de la historia en España, 14 millones que ya dejan facturas elevadas para el sistema, no sólo porque empiecen a retirarse, también porque sus pensiones son cada vez más elevadas. La revalorización de las nóminas con el IPC son el otro foco de desembolsos. Pero el problema no ha hecho nada más que empezar porque sólo el 40% de los ‘boomers’ se ha jubilado. Lo harán en los siguientes veinte años de forma escalonada. La pendiente demográfica , por tanto, apenas ha empezado a inclinarse, lo que implica que el reto demográfico y económico que tiene que afrontar España está todavía por delante.Las proyecciones dibujan a un escenario inquietante, en el que la ratio trabajador/pensionista se desplomará desde los 2,3 actuales hasta 1,5 en 2035, una caída que compromete gravemente el equilibrio financiero del sistema, según refleja el segundo informe de la serie ‘El futuro de las pensiones en España’ , elaborado por el Centro de Investigación Ruth Richardson de la Universidad de las Hespérides .Durante las últimas décadas, decenas de informes han advertido sobre la insostenibilidad del sistema de pensiones español si no se implementan reformas estructurales profundas. Hoy, aunque los ‘boomer’ sólo han comenzado su retiro, las cuentas de la Seguridad Social son insostenibles y los trabajadores cargan con una de las cuñas fiscales más elevadas de Europa. «El nivel actual de las pensiones ya es insostenible, pero cuando se complete la jubilación del ‘baby boom’, la presión sobre las cuentas públicas se volverá insoportable», explican los investigadores que han realizado el trabajo.Como ya informó ABC, las pensiones no podrían pagarse hoy sin la ayuda de los impuestos y de la deuda pública. El desfase entre ingresos y gastos de la Seguridad Social aumenta irremediablemente, como también lo hace su endeudamiento, de más de 126.000 millones . Los últimos datos de la ejecución presupuestaria del sistema reflejan que los impuestos destinados a pagar pensiones han aumentado un 37,8% en un año.«Las características demográficas de la generación del ‘baby boom’ han provocado que la proporción de personas en edad de trabajar sobre las personas de la tercera edad se dispare. Este hecho ocurre paulatinamente conforme envejecen los ‘boomers’ y las nuevas cohortes menos numerosas de las generaciones siguientes llegan a la edad laboral», asegura el trabajo. En la actualidad, apenas hay 3,25 personas en edad de trabajar por cada anciano mientras que en el año 1975 había seis en edad de trabajar por cada mayor. Y no sólo ha crecido por la escasa natalidad de las pasadas décadas, sino también por la prolongación de la esperanza de vida. Una persona que cumplía 65 años en 1975 tenía una esperanza de vida extra de 15 años, podía esperar vivir hasta los 80 años. En 2023, la esperanza de vida de una persona de 65 años llegó a casi los 22 años, es decir, hasta los 87 años.La caída de la natalidad es un fenómeno que afecta, en mayor o menor medida, a casi todos los países del mundo. Esta tendencia anticipa que la mayoría de ellos se enfrentarán, tarde o temprano, a los retos derivados de la transición demográfica. Y en este contexto internacional, España se perfila como uno de los países que tendrá que abordar este problema con mayor urgencia. Aunque a diferencia de otros países europeos, el ‘baby boom’ español se produjo con cierto retraso: comenzó aproximadamente una década más tarde que en el resto del continente. En el trabajo se asegura que el sistema de pensiones de reparto español no debería estar bajo una presión demasiado elevada , al menos no todavía, pero la realidad es que, a pesar de que comparativamente España cuenta con menos pensionistas que países vecinos, el gasto en pensiones como porcentaje de PIB es uno de los más elevados en Europa y se encuentra por encima del promedio europeo. No obstante, otros como Italia (15,5%), Francia (14,7%), Grecia (14,3%) y Portugal (13,4%) están por delante.Para los investigadores de la Universidad de las Hespérides «la solución al aparente conundrum de la escasa cantidad de pensionistas y el elevado gasto del sistema de pensiones la encontramos en la cuantía que cobran los pensionistas en España». La tasa de reemplazo, indicador que relaciona la cuantía de la pensión con el último salario cobrado, es en España del 81%; sólo Grecia está por encima con un 84% . Y a consecuencia de la falta de ingresos, los trabajadores pagan más cotizaciones sociales e impuestos que en Europa y la OCDE, donde han tendido a «disminuir en el tiempo», dice el trabajo.La investigación del Centro Ruth Richardson alerta de que «la presión creciente sobre los recursos está alimentando una incipiente guerra intergeneracional, en la que, de forma cada vez más visible, jóvenes y mayores compiten por prevalecer en el estado del bienestar». Aunque hoy los ‘boomers siguen siendo los mayores contribuyentes del sistema . La generación del ‘baby boom’, que durante más de 40 años han sostenido las pensiones de sus antecesores, empezó a llamar a las puertas de la Seguridad Social en 2023 y su desembarco ha comenzado a tensar las costuras del sistema, pese a ocho reformas desde los 80 y un goteo de exigencias más duras para el retiro. Los nacidos entre 1957 y 1977 son los niños de la EGB, fueron en masa a la universidad, se incorporaron al mercado del trabajo para toda la vida y son la generación más numerosa de la historia en España, 14 millones que ya dejan facturas elevadas para el sistema, no sólo porque empiecen a retirarse, también porque sus pensiones son cada vez más elevadas. La revalorización de las nóminas con el IPC son el otro foco de desembolsos. Pero el problema no ha hecho nada más que empezar porque sólo el 40% de los ‘boomers’ se ha jubilado. Lo harán en los siguientes veinte años de forma escalonada. La pendiente demográfica , por tanto, apenas ha empezado a inclinarse, lo que implica que el reto demográfico y económico que tiene que afrontar España está todavía por delante.Las proyecciones dibujan a un escenario inquietante, en el que la ratio trabajador/pensionista se desplomará desde los 2,3 actuales hasta 1,5 en 2035, una caída que compromete gravemente el equilibrio financiero del sistema, según refleja el segundo informe de la serie ‘El futuro de las pensiones en España’ , elaborado por el Centro de Investigación Ruth Richardson de la Universidad de las Hespérides .Durante las últimas décadas, decenas de informes han advertido sobre la insostenibilidad del sistema de pensiones español si no se implementan reformas estructurales profundas. Hoy, aunque los ‘boomer’ sólo han comenzado su retiro, las cuentas de la Seguridad Social son insostenibles y los trabajadores cargan con una de las cuñas fiscales más elevadas de Europa. «El nivel actual de las pensiones ya es insostenible, pero cuando se complete la jubilación del ‘baby boom’, la presión sobre las cuentas públicas se volverá insoportable», explican los investigadores que han realizado el trabajo.Como ya informó ABC, las pensiones no podrían pagarse hoy sin la ayuda de los impuestos y de la deuda pública. El desfase entre ingresos y gastos de la Seguridad Social aumenta irremediablemente, como también lo hace su endeudamiento, de más de 126.000 millones . Los últimos datos de la ejecución presupuestaria del sistema reflejan que los impuestos destinados a pagar pensiones han aumentado un 37,8% en un año.«Las características demográficas de la generación del ‘baby boom’ han provocado que la proporción de personas en edad de trabajar sobre las personas de la tercera edad se dispare. Este hecho ocurre paulatinamente conforme envejecen los ‘boomers’ y las nuevas cohortes menos numerosas de las generaciones siguientes llegan a la edad laboral», asegura el trabajo. En la actualidad, apenas hay 3,25 personas en edad de trabajar por cada anciano mientras que en el año 1975 había seis en edad de trabajar por cada mayor. Y no sólo ha crecido por la escasa natalidad de las pasadas décadas, sino también por la prolongación de la esperanza de vida. Una persona que cumplía 65 años en 1975 tenía una esperanza de vida extra de 15 años, podía esperar vivir hasta los 80 años. En 2023, la esperanza de vida de una persona de 65 años llegó a casi los 22 años, es decir, hasta los 87 años.La caída de la natalidad es un fenómeno que afecta, en mayor o menor medida, a casi todos los países del mundo. Esta tendencia anticipa que la mayoría de ellos se enfrentarán, tarde o temprano, a los retos derivados de la transición demográfica. Y en este contexto internacional, España se perfila como uno de los países que tendrá que abordar este problema con mayor urgencia. Aunque a diferencia de otros países europeos, el ‘baby boom’ español se produjo con cierto retraso: comenzó aproximadamente una década más tarde que en el resto del continente. En el trabajo se asegura que el sistema de pensiones de reparto español no debería estar bajo una presión demasiado elevada , al menos no todavía, pero la realidad es que, a pesar de que comparativamente España cuenta con menos pensionistas que países vecinos, el gasto en pensiones como porcentaje de PIB es uno de los más elevados en Europa y se encuentra por encima del promedio europeo. No obstante, otros como Italia (15,5%), Francia (14,7%), Grecia (14,3%) y Portugal (13,4%) están por delante.Para los investigadores de la Universidad de las Hespérides «la solución al aparente conundrum de la escasa cantidad de pensionistas y el elevado gasto del sistema de pensiones la encontramos en la cuantía que cobran los pensionistas en España». La tasa de reemplazo, indicador que relaciona la cuantía de la pensión con el último salario cobrado, es en España del 81%; sólo Grecia está por encima con un 84% . Y a consecuencia de la falta de ingresos, los trabajadores pagan más cotizaciones sociales e impuestos que en Europa y la OCDE, donde han tendido a «disminuir en el tiempo», dice el trabajo.La investigación del Centro Ruth Richardson alerta de que «la presión creciente sobre los recursos está alimentando una incipiente guerra intergeneracional, en la que, de forma cada vez más visible, jóvenes y mayores compiten por prevalecer en el estado del bienestar». Aunque hoy los ‘boomers siguen siendo los mayores contribuyentes del sistema . La generación del ‘baby boom’, que durante más de 40 años han sostenido las pensiones de sus antecesores, empezó a llamar a las puertas de la Seguridad Social en 2023 y su desembarco ha comenzado a tensar las costuras del sistema, pese a ocho reformas desde los 80 y un goteo de exigencias más duras para el retiro. Los nacidos entre 1957 y 1977 son los niños de la EGB, fueron en masa a la universidad, se incorporaron al mercado del trabajo para toda la vida y son la generación más numerosa de la historia en España, 14 millones que ya dejan facturas elevadas para el sistema, no sólo porque empiecen a retirarse, también porque sus pensiones son cada vez más elevadas. La revalorización de las nóminas con el IPC son el otro foco de desembolsos. Pero el problema no ha hecho nada más que empezar porque sólo el 40% de los ‘boomers’ se ha jubilado. Lo harán en los siguientes veinte años de forma escalonada. La pendiente demográfica , por tanto, apenas ha empezado a inclinarse, lo que implica que el reto demográfico y económico que tiene que afrontar España está todavía por delante.Las proyecciones dibujan a un escenario inquietante, en el que la ratio trabajador/pensionista se desplomará desde los 2,3 actuales hasta 1,5 en 2035, una caída que compromete gravemente el equilibrio financiero del sistema, según refleja el segundo informe de la serie ‘El futuro de las pensiones en España’ , elaborado por el Centro de Investigación Ruth Richardson de la Universidad de las Hespérides .Durante las últimas décadas, decenas de informes han advertido sobre la insostenibilidad del sistema de pensiones español si no se implementan reformas estructurales profundas. Hoy, aunque los ‘boomer’ sólo han comenzado su retiro, las cuentas de la Seguridad Social son insostenibles y los trabajadores cargan con una de las cuñas fiscales más elevadas de Europa. «El nivel actual de las pensiones ya es insostenible, pero cuando se complete la jubilación del ‘baby boom’, la presión sobre las cuentas públicas se volverá insoportable», explican los investigadores que han realizado el trabajo.Como ya informó ABC, las pensiones no podrían pagarse hoy sin la ayuda de los impuestos y de la deuda pública. El desfase entre ingresos y gastos de la Seguridad Social aumenta irremediablemente, como también lo hace su endeudamiento, de más de 126.000 millones . Los últimos datos de la ejecución presupuestaria del sistema reflejan que los impuestos destinados a pagar pensiones han aumentado un 37,8% en un año.«Las características demográficas de la generación del ‘baby boom’ han provocado que la proporción de personas en edad de trabajar sobre las personas de la tercera edad se dispare. Este hecho ocurre paulatinamente conforme envejecen los ‘boomers’ y las nuevas cohortes menos numerosas de las generaciones siguientes llegan a la edad laboral», asegura el trabajo. En la actualidad, apenas hay 3,25 personas en edad de trabajar por cada anciano mientras que en el año 1975 había seis en edad de trabajar por cada mayor. Y no sólo ha crecido por la escasa natalidad de las pasadas décadas, sino también por la prolongación de la esperanza de vida. Una persona que cumplía 65 años en 1975 tenía una esperanza de vida extra de 15 años, podía esperar vivir hasta los 80 años. En 2023, la esperanza de vida de una persona de 65 años llegó a casi los 22 años, es decir, hasta los 87 años.La caída de la natalidad es un fenómeno que afecta, en mayor o menor medida, a casi todos los países del mundo. Esta tendencia anticipa que la mayoría de ellos se enfrentarán, tarde o temprano, a los retos derivados de la transición demográfica. Y en este contexto internacional, España se perfila como uno de los países que tendrá que abordar este problema con mayor urgencia. Aunque a diferencia de otros países europeos, el ‘baby boom’ español se produjo con cierto retraso: comenzó aproximadamente una década más tarde que en el resto del continente. En el trabajo se asegura que el sistema de pensiones de reparto español no debería estar bajo una presión demasiado elevada , al menos no todavía, pero la realidad es que, a pesar de que comparativamente España cuenta con menos pensionistas que países vecinos, el gasto en pensiones como porcentaje de PIB es uno de los más elevados en Europa y se encuentra por encima del promedio europeo. No obstante, otros como Italia (15,5%), Francia (14,7%), Grecia (14,3%) y Portugal (13,4%) están por delante.Para los investigadores de la Universidad de las Hespérides «la solución al aparente conundrum de la escasa cantidad de pensionistas y el elevado gasto del sistema de pensiones la encontramos en la cuantía que cobran los pensionistas en España». La tasa de reemplazo, indicador que relaciona la cuantía de la pensión con el último salario cobrado, es en España del 81%; sólo Grecia está por encima con un 84% . Y a consecuencia de la falta de ingresos, los trabajadores pagan más cotizaciones sociales e impuestos que en Europa y la OCDE, donde han tendido a «disminuir en el tiempo», dice el trabajo.La investigación del Centro Ruth Richardson alerta de que «la presión creciente sobre los recursos está alimentando una incipiente guerra intergeneracional, en la que, de forma cada vez más visible, jóvenes y mayores compiten por prevalecer en el estado del bienestar». Aunque hoy los ‘boomers siguen siendo los mayores contribuyentes del sistema . RSS de noticias de economia
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