La colina Murray, reverdecida tras la lluvia de la noche y abarrotada en la sobremesa por mantas de pícnic, bulle en rumores porque en las pantallas Alex de Miñaur celebra con el puño en alto el primer set a su favor por 6-1, contra Novak Djokovic . Sorpresa mayúscula de inicio que va reconduciendo el serbio conforma pasan los minutos. Le cuesta doblegar al australiano, pero este es el Djokovic de las mejores tardes, de los mejores torneos, Dispuesto para lo que venga y más porque anula ese primer set, gana un segundo juego del segundo capítulo que roza los veinte minutos y en el cuarto se levanta de un casi 1-5 hasta un 6-4 de pura genialidad serbia. Después de tres horas y 19 minutos, está en cuartos de final, decimosextos en su carrera, con 38 años, menos joven que nunca, más referente que nunca.«Se ha pasado el juego. Ha roto todos los récords. Es increíble que siga mostrando ese fuego y ese deseo de ganar aún más. Es un jugador que puede encontrar motivación en cualquier cosa y eso lo hace extremadamente peligroso. No quieres darle algo que lo motive porque verás su mejor versión», admitía el australiano en la previa, víctima de sus propias palabras, alaba al serbio por su constante búsqueda de la perfección, incluso ya resuelta esa faceta por todos los registros que tiene a su nombre. En este Wimbledon vuelve a sentirse de maravilla. Contra Dan Evans (6-3, 6-2 y 6-0) solo cometió 14 errores. «Sentía que siempre estaba a la defensiva. Sí, es tan bueno como decimos todos atacando cuando pega una pelota profunda. Sabe cuándo estás a la defensiva y te mueve. Y saca como un gran sacador, aunque no supere los 180 kilómetros por hora. Cada saque que hizo fue un punto. Y luego está su juego al resto, donde te presiona muchísimo. En resumen, sentí que las pelotas de tenis volvían a mi bolsillo muy rápido y no se quedaban ahí mucho tiempo», se resignaba el británico. Ante Miomir Kecmanovic firmó otro ejercicio soberbio: 60 golpes ganadores y 19 fallos (6-3, 6-0 y 6-4). «Parece que estemos otra vez en 2011 y 2015. Si sigue así, ganará 20 Grand Slams más. Su saque fue una locura; uno se pregunta qué hacer en la pista», admitía el otro serbio. Noticias relacionadas estandar No Tenis / Wimbledon Bouzas cae con la cabeza alta en octavos ante Samsonova Laura Marta estandar No Tenis Polémica en Wimbledon por un fallo del sistema electrónico de canto de línea: «Me han robado el juego» Laura MartaPorque el ganador de 24 Grand Slams sigue aprendiendo, capacidad innata y aprehendida y que lo ha impulsado hasta donde está. Solo así se puede permanecer tan arriba en el circuito, y en los torneos grandes atravesando generaciones de jugadores, de estilos y adaptándose a este nuevo tenis de potencia y músculo con unos recursos infinitos, pero mucho menos potentes. «Creo que ha mejorado muchísimo el servicio. Y la forma en la que se está moviendo; con mucha más confianza de la que yo tengo por ejemplo. Pero también es la experiencia que tiene en esta pista. Ha mezclado todo eso y está siendo un tenista muy peligroso», admitía Jannik Sinner.Hay otro matiz que lo incluye en otra dimensión y por la que ha gozado de las semifinales del Abierto de Australia (se retiró por lesión), de las semifinales de Roland Garros (perdidas ante Sinner) y que lo empuja también en este Wimbledon en el que sumó su triunfo número 100 (ya van 101) y que ansía para empatar a títulos con Roger Federer (ocho). Un matiz que subraya Carlos Alcaraz y que nada tiene que ver con los golpes, la raqueta ni la movilidad. «Es el jugador más inteligente en pista. El tenista con un mayor conocimiento de este deporte. Con su experiencia con todo lo que ha vivido en una pista es, sin duda, el más inteligente en cuanto al juego».Djokovic sonríe, feliz y rejuvenecido. «Sigo en plena forma y compitiendo con los más jóvenes. Siento que tengo una gran oportunidad». La colina Murray, reverdecida tras la lluvia de la noche y abarrotada en la sobremesa por mantas de pícnic, bulle en rumores porque en las pantallas Alex de Miñaur celebra con el puño en alto el primer set a su favor por 6-1, contra Novak Djokovic . Sorpresa mayúscula de inicio que va reconduciendo el serbio conforma pasan los minutos. Le cuesta doblegar al australiano, pero este es el Djokovic de las mejores tardes, de los mejores torneos, Dispuesto para lo que venga y más porque anula ese primer set, gana un segundo juego del segundo capítulo que roza los veinte minutos y en el cuarto se levanta de un casi 1-5 hasta un 6-4 de pura genialidad serbia. Después de tres horas y 19 minutos, está en cuartos de final, decimosextos en su carrera, con 38 años, menos joven que nunca, más referente que nunca.«Se ha pasado el juego. Ha roto todos los récords. Es increíble que siga mostrando ese fuego y ese deseo de ganar aún más. Es un jugador que puede encontrar motivación en cualquier cosa y eso lo hace extremadamente peligroso. No quieres darle algo que lo motive porque verás su mejor versión», admitía el australiano en la previa, víctima de sus propias palabras, alaba al serbio por su constante búsqueda de la perfección, incluso ya resuelta esa faceta por todos los registros que tiene a su nombre. En este Wimbledon vuelve a sentirse de maravilla. Contra Dan Evans (6-3, 6-2 y 6-0) solo cometió 14 errores. «Sentía que siempre estaba a la defensiva. Sí, es tan bueno como decimos todos atacando cuando pega una pelota profunda. Sabe cuándo estás a la defensiva y te mueve. Y saca como un gran sacador, aunque no supere los 180 kilómetros por hora. Cada saque que hizo fue un punto. Y luego está su juego al resto, donde te presiona muchísimo. En resumen, sentí que las pelotas de tenis volvían a mi bolsillo muy rápido y no se quedaban ahí mucho tiempo», se resignaba el británico. Ante Miomir Kecmanovic firmó otro ejercicio soberbio: 60 golpes ganadores y 19 fallos (6-3, 6-0 y 6-4). «Parece que estemos otra vez en 2011 y 2015. Si sigue así, ganará 20 Grand Slams más. Su saque fue una locura; uno se pregunta qué hacer en la pista», admitía el otro serbio. Noticias relacionadas estandar No Tenis / Wimbledon Bouzas cae con la cabeza alta en octavos ante Samsonova Laura Marta estandar No Tenis Polémica en Wimbledon por un fallo del sistema electrónico de canto de línea: «Me han robado el juego» Laura MartaPorque el ganador de 24 Grand Slams sigue aprendiendo, capacidad innata y aprehendida y que lo ha impulsado hasta donde está. Solo así se puede permanecer tan arriba en el circuito, y en los torneos grandes atravesando generaciones de jugadores, de estilos y adaptándose a este nuevo tenis de potencia y músculo con unos recursos infinitos, pero mucho menos potentes. «Creo que ha mejorado muchísimo el servicio. Y la forma en la que se está moviendo; con mucha más confianza de la que yo tengo por ejemplo. Pero también es la experiencia que tiene en esta pista. Ha mezclado todo eso y está siendo un tenista muy peligroso», admitía Jannik Sinner.Hay otro matiz que lo incluye en otra dimensión y por la que ha gozado de las semifinales del Abierto de Australia (se retiró por lesión), de las semifinales de Roland Garros (perdidas ante Sinner) y que lo empuja también en este Wimbledon en el que sumó su triunfo número 100 (ya van 101) y que ansía para empatar a títulos con Roger Federer (ocho). Un matiz que subraya Carlos Alcaraz y que nada tiene que ver con los golpes, la raqueta ni la movilidad. «Es el jugador más inteligente en pista. El tenista con un mayor conocimiento de este deporte. Con su experiencia con todo lo que ha vivido en una pista es, sin duda, el más inteligente en cuanto al juego».Djokovic sonríe, feliz y rejuvenecido. «Sigo en plena forma y compitiendo con los más jóvenes. Siento que tengo una gran oportunidad». La colina Murray, reverdecida tras la lluvia de la noche y abarrotada en la sobremesa por mantas de pícnic, bulle en rumores porque en las pantallas Alex de Miñaur celebra con el puño en alto el primer set a su favor por 6-1, contra Novak Djokovic . Sorpresa mayúscula de inicio que va reconduciendo el serbio conforma pasan los minutos. Le cuesta doblegar al australiano, pero este es el Djokovic de las mejores tardes, de los mejores torneos, Dispuesto para lo que venga y más porque anula ese primer set, gana un segundo juego del segundo capítulo que roza los veinte minutos y en el cuarto se levanta de un casi 1-5 hasta un 6-4 de pura genialidad serbia. Después de tres horas y 19 minutos, está en cuartos de final, decimosextos en su carrera, con 38 años, menos joven que nunca, más referente que nunca.«Se ha pasado el juego. Ha roto todos los récords. Es increíble que siga mostrando ese fuego y ese deseo de ganar aún más. Es un jugador que puede encontrar motivación en cualquier cosa y eso lo hace extremadamente peligroso. No quieres darle algo que lo motive porque verás su mejor versión», admitía el australiano en la previa, víctima de sus propias palabras, alaba al serbio por su constante búsqueda de la perfección, incluso ya resuelta esa faceta por todos los registros que tiene a su nombre. En este Wimbledon vuelve a sentirse de maravilla. Contra Dan Evans (6-3, 6-2 y 6-0) solo cometió 14 errores. «Sentía que siempre estaba a la defensiva. Sí, es tan bueno como decimos todos atacando cuando pega una pelota profunda. Sabe cuándo estás a la defensiva y te mueve. Y saca como un gran sacador, aunque no supere los 180 kilómetros por hora. Cada saque que hizo fue un punto. Y luego está su juego al resto, donde te presiona muchísimo. En resumen, sentí que las pelotas de tenis volvían a mi bolsillo muy rápido y no se quedaban ahí mucho tiempo», se resignaba el británico. Ante Miomir Kecmanovic firmó otro ejercicio soberbio: 60 golpes ganadores y 19 fallos (6-3, 6-0 y 6-4). «Parece que estemos otra vez en 2011 y 2015. Si sigue así, ganará 20 Grand Slams más. Su saque fue una locura; uno se pregunta qué hacer en la pista», admitía el otro serbio. Noticias relacionadas estandar No Tenis / Wimbledon Bouzas cae con la cabeza alta en octavos ante Samsonova Laura Marta estandar No Tenis Polémica en Wimbledon por un fallo del sistema electrónico de canto de línea: «Me han robado el juego» Laura MartaPorque el ganador de 24 Grand Slams sigue aprendiendo, capacidad innata y aprehendida y que lo ha impulsado hasta donde está. Solo así se puede permanecer tan arriba en el circuito, y en los torneos grandes atravesando generaciones de jugadores, de estilos y adaptándose a este nuevo tenis de potencia y músculo con unos recursos infinitos, pero mucho menos potentes. «Creo que ha mejorado muchísimo el servicio. Y la forma en la que se está moviendo; con mucha más confianza de la que yo tengo por ejemplo. Pero también es la experiencia que tiene en esta pista. Ha mezclado todo eso y está siendo un tenista muy peligroso», admitía Jannik Sinner.Hay otro matiz que lo incluye en otra dimensión y por la que ha gozado de las semifinales del Abierto de Australia (se retiró por lesión), de las semifinales de Roland Garros (perdidas ante Sinner) y que lo empuja también en este Wimbledon en el que sumó su triunfo número 100 (ya van 101) y que ansía para empatar a títulos con Roger Federer (ocho). Un matiz que subraya Carlos Alcaraz y que nada tiene que ver con los golpes, la raqueta ni la movilidad. «Es el jugador más inteligente en pista. El tenista con un mayor conocimiento de este deporte. Con su experiencia con todo lo que ha vivido en una pista es, sin duda, el más inteligente en cuanto al juego».Djokovic sonríe, feliz y rejuvenecido. «Sigo en plena forma y compitiendo con los más jóvenes. Siento que tengo una gran oportunidad». RSS de noticias de deportes
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