Varios avances significativos en la historia de la ciencia y la tecnología han surgido de descubrimientos accidentales. La penicilina, los rayos X, el marcapasos, el microondas son solo algunos ejemplos que han revolucionado diversas áreas en nuestra sociedad. Una larga lista de hallazgos casuales en la que se encuentra la pólvora, descubierta en la antigua China por alquimistas que buscaban el elixir de la inmortalidad y en su afán, una mezcla de azufre, carbón y salitre provocó una explosión con luces y colores.Un ‘accidente’ que ha llegado hasta nuestros días, convirtiéndose en parte del arraigo cultural de muchos municipios, especialmente en determinadas festividades y tradiciones. Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas que lleva en su ADN los fuegos artificiales, siendo Toledo la provincia que lidera el mayor número de espectáculos pirotécnicos . El pasado año se celebraron 448 en una provincia con 212 municipio s , unas explosiones que duplican a las de Ciudad Real, la segunda con mayor volumen en la región. Estas abultadas cifras esconden un responsable: el parque temático ‘Puy du Fou España’ . Desde su apertura en Toledo en el año 2020 el número de espectáculos pirotécnicos se ha incrementado en un centena r. «De miércoles a domingo hacen el espectáculo nocturno ‘El Sueño de Toledo’ que tiene fuegos artificiales y luego, en Navidad también lanzan fuegos», explica el cabo Mario Gómez, miembro de la Unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil en Toledo.Y si, Puy du Fou ostenta el título de ser el que más fuegos lanza, el municipio sagreño de Valmojado , con cerca de 5.200 habitantes censados, puede presumir de ser el que más kilos de pólvora quema al año. Más de 1.300 kilos en 2024 en sus cinco espectáculos, una cifra superada por pocas pólvoras en Valencia, que dobla al segundo pueblo toledano en cantidad: Villaseca de La Sagra, con 559 kilos . «La media en un municipio es que se quemen entre 50 y 100 kilos», puntualiza el cabo, «pero en Valmojado se queman hasta 13 veces más». Detrás de estos números está la Peña Pirotécnica ‘La Alegría’, asociación local formada por 1.500 socios que en la primera quincena de septiembre disparan una mascletá y fuegos artificiales. La picaresca de las empresasTodos los espectáculos requieren de un gran control por parte del Equipo de Inspección de la Intervención de Armas y Explosivos. Un arduo trabajo que llevan a cabo durante todo el año, no solo documental sino también de inspección del material para comprobar que todo está catalogado y se acoje a las normas de seguridad. «Cuando nos desplazamos a los municipios comprobamos que la pirotecnia está montada correctamente, tiene un sistema de alarma, se corresponden las cantidades de explosivos notificadas y se cumple la distancia de seguridad a los edificios y las personas. Es decir, que el evento pueda desarrollarse sin peligros», explica el agente. Unas inspecciones a pie de calle en épocas festivas, en las que el guardia civil reconoce haberse llevado «alguna sorpresilla», sobre todo, cuando se trata de empresas nuevas o de variaciones repentinas en los kilos de pólvora a quemar por un bajo precio. «Unos 100 kilos de pólvora equivale a unos 7.000 u 8.000 euros , lo que ha supuesto un incremento en el precio de un 20 por ciento en los tres últimos años», indica el agente, quien añade que algunas empresas juegan con la picaresca de decir que lanzan una cantidad por un precio menor para ganar el concurso del Ayuntamiento. El disparo de las cantidades en los límites es otro de los aspectos que el cabo tiene en el punto de mira. En una pólvora común se suelen disparar entre 50 y 100 kilos porque más de 50 necesitan un plan de seguridad y, más de 100 un plan de emergencia, un seguro del organizador y un vigilante de seguridad. «Si nos comunican que lanzarán 99 para no tener que llevar a cabo el plan de emergencia, con los gastos que eso conlleva, esa empresa es otra candidata para inspeccionar». El ‘boom’ urbanísticoEn esta tradición milenaria hay cosas que no cambian. Como que el continente asiático sigue siendo el principal fabricante de estos explosivos. Pero hay otras que sí lo han hecho. Como la reducción del calibre al tener que ser lanzados en zonas urbanas por el elevado riesgo de incendio durante los meses de julio, agosto y septiembre y, como la construcción de casas a las afueras de los pueblos ha obligado a alejar las instalaciones de estos espectáculos para cumplir con las distancias de seguridad estipuladas. Cita como ejemplo al municipio toledano de Valmojado para explicar que este ‘boom’ urbanístico «provocará que en unos años el fuego deje de ser tan espectacular porque al construir viviendas en lugares donde antes se hacía la pólvora, la distancia obliga a reducir el calibre». De momento hasta que esto ocurra, lo que sí es una realidad es que la Unidad de Intervención de Armas de Toledo ha evitado que en los últimos 20 años se produjera cualquier accidente grave relacionado con la pirotecnia. «Sí que ha habido alguno en el toro de fuego, lanzamiento de petardos durante pasacalles o en correfuegos porque estas manifestaciones festivas están exentas de cumplir con la inspección técnica. Pero hay casos en que ellos son conscientes del daño».Por delante les aguardan días de intenso trabajo ya que la provincia acoge en la primera quincena de septiembre el mayor número de fuegos artificiales y todo debe estar a punto para que el cielo se llene de sonido y color. Varios avances significativos en la historia de la ciencia y la tecnología han surgido de descubrimientos accidentales. La penicilina, los rayos X, el marcapasos, el microondas son solo algunos ejemplos que han revolucionado diversas áreas en nuestra sociedad. Una larga lista de hallazgos casuales en la que se encuentra la pólvora, descubierta en la antigua China por alquimistas que buscaban el elixir de la inmortalidad y en su afán, una mezcla de azufre, carbón y salitre provocó una explosión con luces y colores.Un ‘accidente’ que ha llegado hasta nuestros días, convirtiéndose en parte del arraigo cultural de muchos municipios, especialmente en determinadas festividades y tradiciones. Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas que lleva en su ADN los fuegos artificiales, siendo Toledo la provincia que lidera el mayor número de espectáculos pirotécnicos . El pasado año se celebraron 448 en una provincia con 212 municipio s , unas explosiones que duplican a las de Ciudad Real, la segunda con mayor volumen en la región. Estas abultadas cifras esconden un responsable: el parque temático ‘Puy du Fou España’ . Desde su apertura en Toledo en el año 2020 el número de espectáculos pirotécnicos se ha incrementado en un centena r. «De miércoles a domingo hacen el espectáculo nocturno ‘El Sueño de Toledo’ que tiene fuegos artificiales y luego, en Navidad también lanzan fuegos», explica el cabo Mario Gómez, miembro de la Unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil en Toledo.Y si, Puy du Fou ostenta el título de ser el que más fuegos lanza, el municipio sagreño de Valmojado , con cerca de 5.200 habitantes censados, puede presumir de ser el que más kilos de pólvora quema al año. Más de 1.300 kilos en 2024 en sus cinco espectáculos, una cifra superada por pocas pólvoras en Valencia, que dobla al segundo pueblo toledano en cantidad: Villaseca de La Sagra, con 559 kilos . «La media en un municipio es que se quemen entre 50 y 100 kilos», puntualiza el cabo, «pero en Valmojado se queman hasta 13 veces más». Detrás de estos números está la Peña Pirotécnica ‘La Alegría’, asociación local formada por 1.500 socios que en la primera quincena de septiembre disparan una mascletá y fuegos artificiales. La picaresca de las empresasTodos los espectáculos requieren de un gran control por parte del Equipo de Inspección de la Intervención de Armas y Explosivos. Un arduo trabajo que llevan a cabo durante todo el año, no solo documental sino también de inspección del material para comprobar que todo está catalogado y se acoje a las normas de seguridad. «Cuando nos desplazamos a los municipios comprobamos que la pirotecnia está montada correctamente, tiene un sistema de alarma, se corresponden las cantidades de explosivos notificadas y se cumple la distancia de seguridad a los edificios y las personas. Es decir, que el evento pueda desarrollarse sin peligros», explica el agente. Unas inspecciones a pie de calle en épocas festivas, en las que el guardia civil reconoce haberse llevado «alguna sorpresilla», sobre todo, cuando se trata de empresas nuevas o de variaciones repentinas en los kilos de pólvora a quemar por un bajo precio. «Unos 100 kilos de pólvora equivale a unos 7.000 u 8.000 euros , lo que ha supuesto un incremento en el precio de un 20 por ciento en los tres últimos años», indica el agente, quien añade que algunas empresas juegan con la picaresca de decir que lanzan una cantidad por un precio menor para ganar el concurso del Ayuntamiento. El disparo de las cantidades en los límites es otro de los aspectos que el cabo tiene en el punto de mira. En una pólvora común se suelen disparar entre 50 y 100 kilos porque más de 50 necesitan un plan de seguridad y, más de 100 un plan de emergencia, un seguro del organizador y un vigilante de seguridad. «Si nos comunican que lanzarán 99 para no tener que llevar a cabo el plan de emergencia, con los gastos que eso conlleva, esa empresa es otra candidata para inspeccionar». El ‘boom’ urbanísticoEn esta tradición milenaria hay cosas que no cambian. Como que el continente asiático sigue siendo el principal fabricante de estos explosivos. Pero hay otras que sí lo han hecho. Como la reducción del calibre al tener que ser lanzados en zonas urbanas por el elevado riesgo de incendio durante los meses de julio, agosto y septiembre y, como la construcción de casas a las afueras de los pueblos ha obligado a alejar las instalaciones de estos espectáculos para cumplir con las distancias de seguridad estipuladas. Cita como ejemplo al municipio toledano de Valmojado para explicar que este ‘boom’ urbanístico «provocará que en unos años el fuego deje de ser tan espectacular porque al construir viviendas en lugares donde antes se hacía la pólvora, la distancia obliga a reducir el calibre». De momento hasta que esto ocurra, lo que sí es una realidad es que la Unidad de Intervención de Armas de Toledo ha evitado que en los últimos 20 años se produjera cualquier accidente grave relacionado con la pirotecnia. «Sí que ha habido alguno en el toro de fuego, lanzamiento de petardos durante pasacalles o en correfuegos porque estas manifestaciones festivas están exentas de cumplir con la inspección técnica. Pero hay casos en que ellos son conscientes del daño».Por delante les aguardan días de intenso trabajo ya que la provincia acoge en la primera quincena de septiembre el mayor número de fuegos artificiales y todo debe estar a punto para que el cielo se llene de sonido y color. Varios avances significativos en la historia de la ciencia y la tecnología han surgido de descubrimientos accidentales. La penicilina, los rayos X, el marcapasos, el microondas son solo algunos ejemplos que han revolucionado diversas áreas en nuestra sociedad. Una larga lista de hallazgos casuales en la que se encuentra la pólvora, descubierta en la antigua China por alquimistas que buscaban el elixir de la inmortalidad y en su afán, una mezcla de azufre, carbón y salitre provocó una explosión con luces y colores.Un ‘accidente’ que ha llegado hasta nuestros días, convirtiéndose en parte del arraigo cultural de muchos municipios, especialmente en determinadas festividades y tradiciones. Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas que lleva en su ADN los fuegos artificiales, siendo Toledo la provincia que lidera el mayor número de espectáculos pirotécnicos . El pasado año se celebraron 448 en una provincia con 212 municipio s , unas explosiones que duplican a las de Ciudad Real, la segunda con mayor volumen en la región. Estas abultadas cifras esconden un responsable: el parque temático ‘Puy du Fou España’ . Desde su apertura en Toledo en el año 2020 el número de espectáculos pirotécnicos se ha incrementado en un centena r. «De miércoles a domingo hacen el espectáculo nocturno ‘El Sueño de Toledo’ que tiene fuegos artificiales y luego, en Navidad también lanzan fuegos», explica el cabo Mario Gómez, miembro de la Unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil en Toledo.Y si, Puy du Fou ostenta el título de ser el que más fuegos lanza, el municipio sagreño de Valmojado , con cerca de 5.200 habitantes censados, puede presumir de ser el que más kilos de pólvora quema al año. Más de 1.300 kilos en 2024 en sus cinco espectáculos, una cifra superada por pocas pólvoras en Valencia, que dobla al segundo pueblo toledano en cantidad: Villaseca de La Sagra, con 559 kilos . «La media en un municipio es que se quemen entre 50 y 100 kilos», puntualiza el cabo, «pero en Valmojado se queman hasta 13 veces más». Detrás de estos números está la Peña Pirotécnica ‘La Alegría’, asociación local formada por 1.500 socios que en la primera quincena de septiembre disparan una mascletá y fuegos artificiales. La picaresca de las empresasTodos los espectáculos requieren de un gran control por parte del Equipo de Inspección de la Intervención de Armas y Explosivos. Un arduo trabajo que llevan a cabo durante todo el año, no solo documental sino también de inspección del material para comprobar que todo está catalogado y se acoje a las normas de seguridad. «Cuando nos desplazamos a los municipios comprobamos que la pirotecnia está montada correctamente, tiene un sistema de alarma, se corresponden las cantidades de explosivos notificadas y se cumple la distancia de seguridad a los edificios y las personas. Es decir, que el evento pueda desarrollarse sin peligros», explica el agente. Unas inspecciones a pie de calle en épocas festivas, en las que el guardia civil reconoce haberse llevado «alguna sorpresilla», sobre todo, cuando se trata de empresas nuevas o de variaciones repentinas en los kilos de pólvora a quemar por un bajo precio. «Unos 100 kilos de pólvora equivale a unos 7.000 u 8.000 euros , lo que ha supuesto un incremento en el precio de un 20 por ciento en los tres últimos años», indica el agente, quien añade que algunas empresas juegan con la picaresca de decir que lanzan una cantidad por un precio menor para ganar el concurso del Ayuntamiento. El disparo de las cantidades en los límites es otro de los aspectos que el cabo tiene en el punto de mira. En una pólvora común se suelen disparar entre 50 y 100 kilos porque más de 50 necesitan un plan de seguridad y, más de 100 un plan de emergencia, un seguro del organizador y un vigilante de seguridad. «Si nos comunican que lanzarán 99 para no tener que llevar a cabo el plan de emergencia, con los gastos que eso conlleva, esa empresa es otra candidata para inspeccionar». El ‘boom’ urbanísticoEn esta tradición milenaria hay cosas que no cambian. Como que el continente asiático sigue siendo el principal fabricante de estos explosivos. Pero hay otras que sí lo han hecho. Como la reducción del calibre al tener que ser lanzados en zonas urbanas por el elevado riesgo de incendio durante los meses de julio, agosto y septiembre y, como la construcción de casas a las afueras de los pueblos ha obligado a alejar las instalaciones de estos espectáculos para cumplir con las distancias de seguridad estipuladas. Cita como ejemplo al municipio toledano de Valmojado para explicar que este ‘boom’ urbanístico «provocará que en unos años el fuego deje de ser tan espectacular porque al construir viviendas en lugares donde antes se hacía la pólvora, la distancia obliga a reducir el calibre». De momento hasta que esto ocurra, lo que sí es una realidad es que la Unidad de Intervención de Armas de Toledo ha evitado que en los últimos 20 años se produjera cualquier accidente grave relacionado con la pirotecnia. «Sí que ha habido alguno en el toro de fuego, lanzamiento de petardos durante pasacalles o en correfuegos porque estas manifestaciones festivas están exentas de cumplir con la inspección técnica. Pero hay casos en que ellos son conscientes del daño».Por delante les aguardan días de intenso trabajo ya que la provincia acoge en la primera quincena de septiembre el mayor número de fuegos artificiales y todo debe estar a punto para que el cielo se llene de sonido y color. RSS de noticias de espana
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