El flamenco es ineludible, como el destino. El cantaor Tomás de Perrate , conocido ahora simplemente como Perrate, es parte de una de esas familias fundacionales de un género de aura mítica . A mediados del siglo XIX, el flamenco, tal y como lo conocemos hoy día, se estableció a partir de las enseñanzas de diferentes familias gitanas. Ellas pusieron las piedras fundacionales de un arte de tradición ancestral que se transmitía de padres a hijos. Estaban los Fernández, los Peña, los Montoya, los Habichuela después, los Ortega, los Vargas, etc. Pero dentro de este grupo de sagas, linajes y dinastías, destacaba una familia legendaria surgida de la hermosa localidad sevillana de Utrera, los Perrate.El director Emilio Belmonte culmina su trilogía dedicada al flamenco con ‘Rito’, un documental que nos presenta a Tomás de Perrate, una de las figuras más increíbles y desconcertantes de la historia del flamenco. Hijo del cantaor Perrate de Utrera , nieto de otro genial cantaor, Manuel Torre , y emparentado con nombres como El Lebrijano o el pianista Dorantes , su carrera fue como uno de esos ríos subterráneos que nadie ve hasta que encuentra el espacio ideal para explotar y salir a la superficie. «Siempre me gustó la música, que mamé de pequeño. Soy un gran melómano, me encantan todos los tipos de música. En casa me encantaba la percusión y la guitarra, pero no cantaba», recuerda Perrate.Tanto es así que, junto a su mujer, abrió en Utrera una peluquería de señoras , y con ello se ganaba bien la vida. Pudo criar a sus hijas y cultivar su amor por la música en privado. Pero la sangre de los Perrate seguía llamándole desde muy lejos y alrededor de finales del siglo XX, principios del XXI, su vida cambió para siempre. Decidió grabar alguno de los temas de su cancionero, que llegaron a oídos del crítico y periodista musical especialista en flamenco Miguel Acal . Esto es lo que escribió sobre el cante de Perrate: «Estuvo cantando cuatro minutos por bulerías para hacerse jirones la camisa. Está verde, muy verde, pero es un diamante de muchos quilates, el padre y el abuelo ensamblados en su voz; la dulzura y el ritmo solemne del padre y el eco enervado de Manuel».Nacía así, cerca de los 40 años, una carrera que 20 años después le ha convertido en referente del género, sobre todo en la apertura del flamenco hacia otros estilos. «Acal me cambió la vida. Yo había crecido escuchando sus programas de radio, cantando encima de las canciones que ponía, y ahora hablaba de mí. Tenía razón, todavía estaba verde, pero me dio ánimos para estudiar e iniciar una nueva aventura. Los trabajos agotan a partir de los diez años y yo estuve 25 en la peluquería », afirma Perrate en declaraciones a ABC.El cantaor es un hombre intenso, de opiniones firmes, mirada profunda y alma sensible y seria. La oportunidad de poder explicar su historia a partir de un documental le ha sorprendido, pero está entusiasmado. «Siempre me dejo sorprender por mi carrera. Y siempre hay sorpresas. Conocí a Belmonte mientras estaba rodando el documental sobre Jorge Pardo y ya entonces hablamos de la posibilidad de colaborar en otro proyecto. Está siendo una experiencia increíble», comenta Perrate.Un trilogía para dejar testimonio del flamenco nuevoSeis años han tardado en culminar este proceso, desde la idea inicial hasta el inicio del rodaje, hace unas semanas en Utrera y Sevilla. El filme es una coproducción de la sevillana La Pepa Films, la catalana Mallerich Films-Paco Poch y la francesa Hapax . Esta semana estaban en Barcelona y El Hospitalet y el documental culminará en Francia, en el Festival de Músicas del Mundo de Arlés, «el mejor del mundo», certifica Perrate.Su paso por Hospitalet fue para grabar su actuación con los catalanes Za!, dúo rock alternativo y electrónica experimental, con los que Perrate grabó el disco ‘Jolifanto’, premio al mejor álbum flamenco en los Premios de la Música Independiente. «Fue una casualidad. Como a mi me gusta todo tipo de música, un día fui a verles y Javier Rivera, batería de Pony Bravo, me preguntó si quería conocerlos. En cinco días vi que dominaban los compases de 12 tiempos y nos mezclamos perfectamente. Hoy son como mis hermanos», comenta Perrate.El cantaor vive estos días una segunda juventud. A sus 61 años está lleno de proyectos. El que le hace más ilusión es su colaboración con un ballet contemporáneo. Su unión con la danza viene de lejos, con pasadas colaboraciones con Israel Galván o Rocío Molina . Ese es Tomás de Perrate, un heterodoxo siempre investigando desde la tradición hacia el futuro. «El flamenco es permeable con muchos estilos. Ya en 1600, la unión de los gitanos y los africanos esclavos, que descargaban juntos el oro de los galeotes españoles, creó esta fusión que hoy hace que sus compases se adapten bien a cualquier género», concluye Perrate. Noticia Relacionada estandar No Felipe Campuzano, el último piano clásico flamenco Luis Ybarra Muere el pianista y compositor gaditano Felipe CampuzanoEmilio Belmonte inició su trilogía flamenca en 2015 con ‘Impulso’, una impresión del mundo de la bailaora Rocío Molina, la artista flamenca más internacional en estos momentos. Le siguió ‘Trance’, en 2021, en este caso centrado en la figura de Jorge Pardo, el saxofonista y flautista que abrió el camino de la fusión del jazz con el flamenco y fue miembro del sexteto de Paco de Lucía. «Quería interrogarme sobre la relación entre el pensamiento musical y los cuerpos a través del proceso creativo de grandes artistas flamencos, Me parece indispensable dejar una huella cinematográfica perenne del flamenco de nuestro tiempo, siempre en busca de nuevos territorios artísticos», afirma el director. El flamenco es ineludible, como el destino. El cantaor Tomás de Perrate , conocido ahora simplemente como Perrate, es parte de una de esas familias fundacionales de un género de aura mítica . A mediados del siglo XIX, el flamenco, tal y como lo conocemos hoy día, se estableció a partir de las enseñanzas de diferentes familias gitanas. Ellas pusieron las piedras fundacionales de un arte de tradición ancestral que se transmitía de padres a hijos. Estaban los Fernández, los Peña, los Montoya, los Habichuela después, los Ortega, los Vargas, etc. Pero dentro de este grupo de sagas, linajes y dinastías, destacaba una familia legendaria surgida de la hermosa localidad sevillana de Utrera, los Perrate.El director Emilio Belmonte culmina su trilogía dedicada al flamenco con ‘Rito’, un documental que nos presenta a Tomás de Perrate, una de las figuras más increíbles y desconcertantes de la historia del flamenco. Hijo del cantaor Perrate de Utrera , nieto de otro genial cantaor, Manuel Torre , y emparentado con nombres como El Lebrijano o el pianista Dorantes , su carrera fue como uno de esos ríos subterráneos que nadie ve hasta que encuentra el espacio ideal para explotar y salir a la superficie. «Siempre me gustó la música, que mamé de pequeño. Soy un gran melómano, me encantan todos los tipos de música. En casa me encantaba la percusión y la guitarra, pero no cantaba», recuerda Perrate.Tanto es así que, junto a su mujer, abrió en Utrera una peluquería de señoras , y con ello se ganaba bien la vida. Pudo criar a sus hijas y cultivar su amor por la música en privado. Pero la sangre de los Perrate seguía llamándole desde muy lejos y alrededor de finales del siglo XX, principios del XXI, su vida cambió para siempre. Decidió grabar alguno de los temas de su cancionero, que llegaron a oídos del crítico y periodista musical especialista en flamenco Miguel Acal . Esto es lo que escribió sobre el cante de Perrate: «Estuvo cantando cuatro minutos por bulerías para hacerse jirones la camisa. Está verde, muy verde, pero es un diamante de muchos quilates, el padre y el abuelo ensamblados en su voz; la dulzura y el ritmo solemne del padre y el eco enervado de Manuel».Nacía así, cerca de los 40 años, una carrera que 20 años después le ha convertido en referente del género, sobre todo en la apertura del flamenco hacia otros estilos. «Acal me cambió la vida. Yo había crecido escuchando sus programas de radio, cantando encima de las canciones que ponía, y ahora hablaba de mí. Tenía razón, todavía estaba verde, pero me dio ánimos para estudiar e iniciar una nueva aventura. Los trabajos agotan a partir de los diez años y yo estuve 25 en la peluquería », afirma Perrate en declaraciones a ABC.El cantaor es un hombre intenso, de opiniones firmes, mirada profunda y alma sensible y seria. La oportunidad de poder explicar su historia a partir de un documental le ha sorprendido, pero está entusiasmado. «Siempre me dejo sorprender por mi carrera. Y siempre hay sorpresas. Conocí a Belmonte mientras estaba rodando el documental sobre Jorge Pardo y ya entonces hablamos de la posibilidad de colaborar en otro proyecto. Está siendo una experiencia increíble», comenta Perrate.Un trilogía para dejar testimonio del flamenco nuevoSeis años han tardado en culminar este proceso, desde la idea inicial hasta el inicio del rodaje, hace unas semanas en Utrera y Sevilla. El filme es una coproducción de la sevillana La Pepa Films, la catalana Mallerich Films-Paco Poch y la francesa Hapax . Esta semana estaban en Barcelona y El Hospitalet y el documental culminará en Francia, en el Festival de Músicas del Mundo de Arlés, «el mejor del mundo», certifica Perrate.Su paso por Hospitalet fue para grabar su actuación con los catalanes Za!, dúo rock alternativo y electrónica experimental, con los que Perrate grabó el disco ‘Jolifanto’, premio al mejor álbum flamenco en los Premios de la Música Independiente. «Fue una casualidad. Como a mi me gusta todo tipo de música, un día fui a verles y Javier Rivera, batería de Pony Bravo, me preguntó si quería conocerlos. En cinco días vi que dominaban los compases de 12 tiempos y nos mezclamos perfectamente. Hoy son como mis hermanos», comenta Perrate.El cantaor vive estos días una segunda juventud. A sus 61 años está lleno de proyectos. El que le hace más ilusión es su colaboración con un ballet contemporáneo. Su unión con la danza viene de lejos, con pasadas colaboraciones con Israel Galván o Rocío Molina . Ese es Tomás de Perrate, un heterodoxo siempre investigando desde la tradición hacia el futuro. «El flamenco es permeable con muchos estilos. Ya en 1600, la unión de los gitanos y los africanos esclavos, que descargaban juntos el oro de los galeotes españoles, creó esta fusión que hoy hace que sus compases se adapten bien a cualquier género», concluye Perrate. Noticia Relacionada estandar No Felipe Campuzano, el último piano clásico flamenco Luis Ybarra Muere el pianista y compositor gaditano Felipe CampuzanoEmilio Belmonte inició su trilogía flamenca en 2015 con ‘Impulso’, una impresión del mundo de la bailaora Rocío Molina, la artista flamenca más internacional en estos momentos. Le siguió ‘Trance’, en 2021, en este caso centrado en la figura de Jorge Pardo, el saxofonista y flautista que abrió el camino de la fusión del jazz con el flamenco y fue miembro del sexteto de Paco de Lucía. «Quería interrogarme sobre la relación entre el pensamiento musical y los cuerpos a través del proceso creativo de grandes artistas flamencos, Me parece indispensable dejar una huella cinematográfica perenne del flamenco de nuestro tiempo, siempre en busca de nuevos territorios artísticos», afirma el director. El flamenco es ineludible, como el destino. El cantaor Tomás de Perrate , conocido ahora simplemente como Perrate, es parte de una de esas familias fundacionales de un género de aura mítica . A mediados del siglo XIX, el flamenco, tal y como lo conocemos hoy día, se estableció a partir de las enseñanzas de diferentes familias gitanas. Ellas pusieron las piedras fundacionales de un arte de tradición ancestral que se transmitía de padres a hijos. Estaban los Fernández, los Peña, los Montoya, los Habichuela después, los Ortega, los Vargas, etc. Pero dentro de este grupo de sagas, linajes y dinastías, destacaba una familia legendaria surgida de la hermosa localidad sevillana de Utrera, los Perrate.El director Emilio Belmonte culmina su trilogía dedicada al flamenco con ‘Rito’, un documental que nos presenta a Tomás de Perrate, una de las figuras más increíbles y desconcertantes de la historia del flamenco. Hijo del cantaor Perrate de Utrera , nieto de otro genial cantaor, Manuel Torre , y emparentado con nombres como El Lebrijano o el pianista Dorantes , su carrera fue como uno de esos ríos subterráneos que nadie ve hasta que encuentra el espacio ideal para explotar y salir a la superficie. «Siempre me gustó la música, que mamé de pequeño. Soy un gran melómano, me encantan todos los tipos de música. En casa me encantaba la percusión y la guitarra, pero no cantaba», recuerda Perrate.Tanto es así que, junto a su mujer, abrió en Utrera una peluquería de señoras , y con ello se ganaba bien la vida. Pudo criar a sus hijas y cultivar su amor por la música en privado. Pero la sangre de los Perrate seguía llamándole desde muy lejos y alrededor de finales del siglo XX, principios del XXI, su vida cambió para siempre. Decidió grabar alguno de los temas de su cancionero, que llegaron a oídos del crítico y periodista musical especialista en flamenco Miguel Acal . Esto es lo que escribió sobre el cante de Perrate: «Estuvo cantando cuatro minutos por bulerías para hacerse jirones la camisa. Está verde, muy verde, pero es un diamante de muchos quilates, el padre y el abuelo ensamblados en su voz; la dulzura y el ritmo solemne del padre y el eco enervado de Manuel».Nacía así, cerca de los 40 años, una carrera que 20 años después le ha convertido en referente del género, sobre todo en la apertura del flamenco hacia otros estilos. «Acal me cambió la vida. Yo había crecido escuchando sus programas de radio, cantando encima de las canciones que ponía, y ahora hablaba de mí. Tenía razón, todavía estaba verde, pero me dio ánimos para estudiar e iniciar una nueva aventura. Los trabajos agotan a partir de los diez años y yo estuve 25 en la peluquería », afirma Perrate en declaraciones a ABC.El cantaor es un hombre intenso, de opiniones firmes, mirada profunda y alma sensible y seria. La oportunidad de poder explicar su historia a partir de un documental le ha sorprendido, pero está entusiasmado. «Siempre me dejo sorprender por mi carrera. Y siempre hay sorpresas. Conocí a Belmonte mientras estaba rodando el documental sobre Jorge Pardo y ya entonces hablamos de la posibilidad de colaborar en otro proyecto. Está siendo una experiencia increíble», comenta Perrate.Un trilogía para dejar testimonio del flamenco nuevoSeis años han tardado en culminar este proceso, desde la idea inicial hasta el inicio del rodaje, hace unas semanas en Utrera y Sevilla. El filme es una coproducción de la sevillana La Pepa Films, la catalana Mallerich Films-Paco Poch y la francesa Hapax . Esta semana estaban en Barcelona y El Hospitalet y el documental culminará en Francia, en el Festival de Músicas del Mundo de Arlés, «el mejor del mundo», certifica Perrate.Su paso por Hospitalet fue para grabar su actuación con los catalanes Za!, dúo rock alternativo y electrónica experimental, con los que Perrate grabó el disco ‘Jolifanto’, premio al mejor álbum flamenco en los Premios de la Música Independiente. «Fue una casualidad. Como a mi me gusta todo tipo de música, un día fui a verles y Javier Rivera, batería de Pony Bravo, me preguntó si quería conocerlos. En cinco días vi que dominaban los compases de 12 tiempos y nos mezclamos perfectamente. Hoy son como mis hermanos», comenta Perrate.El cantaor vive estos días una segunda juventud. A sus 61 años está lleno de proyectos. El que le hace más ilusión es su colaboración con un ballet contemporáneo. Su unión con la danza viene de lejos, con pasadas colaboraciones con Israel Galván o Rocío Molina . Ese es Tomás de Perrate, un heterodoxo siempre investigando desde la tradición hacia el futuro. «El flamenco es permeable con muchos estilos. Ya en 1600, la unión de los gitanos y los africanos esclavos, que descargaban juntos el oro de los galeotes españoles, creó esta fusión que hoy hace que sus compases se adapten bien a cualquier género», concluye Perrate. Noticia Relacionada estandar No Felipe Campuzano, el último piano clásico flamenco Luis Ybarra Muere el pianista y compositor gaditano Felipe CampuzanoEmilio Belmonte inició su trilogía flamenca en 2015 con ‘Impulso’, una impresión del mundo de la bailaora Rocío Molina, la artista flamenca más internacional en estos momentos. Le siguió ‘Trance’, en 2021, en este caso centrado en la figura de Jorge Pardo, el saxofonista y flautista que abrió el camino de la fusión del jazz con el flamenco y fue miembro del sexteto de Paco de Lucía. «Quería interrogarme sobre la relación entre el pensamiento musical y los cuerpos a través del proceso creativo de grandes artistas flamencos, Me parece indispensable dejar una huella cinematográfica perenne del flamenco de nuestro tiempo, siempre en busca de nuevos territorios artísticos», afirma el director. RSS de noticias de cultura
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