Lo que ha pasado en Torre Pacheco no es un hecho aislado. Como hace unas semanas en Salt (Girona), y como en tantos otros lugares invisibilizados, es la consecuencia de años de abandono, desigualdad y políticas que solo reaccionan cuando ya es tarde. Para entender cómo se llega a este punto —cómo se llega al escenario perfecto para que todo estalle— basta seguir unos cuantos pasos. Primero hace falta un barrio donde se concentran pobreza crónica. Mejor si está estigmatizado, olvidado, con equipamientos al límite y escuelas donde la segregación sea la norma. Le podemos añadir precariedad, desafección institucional y políticos que miran hacia otro lado. Eso sí, que no falten discursos vacíos sobre convivencia, y donde parezca que con decirlo eso ya exista.
Harán una trampa discursiva y mezclarán la precariedad y el miedo, para trasladarlo a un conflicto racial
Lo que ha pasado en Torre Pacheco no es un hecho aislado. Como hace unas semanas en Salt (Girona), y como en tantos otros lugares invisibilizados, es la consecuencia de años de abandono, desigualdad y políticas que solo reaccionan cuando ya es tarde. Para entender cómo se llega a este punto —cómo se llega al escenario perfecto para que todo estalle— basta seguir unos cuantos pasos. Primero hace falta un barrio donde se concentran pobreza crónica. Mejor si está estigmatizado, olvidado, con equipamientos al límite y escuelas donde la segregación sea la norma. Le podemos añadir precariedad, desafección institucional y políticos que miran hacia otro lado. Eso sí, que no falten discursos vacíos sobre convivencia, y donde parezca que con decirlo eso ya exista.
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