El litoral malagueño afronta el tramo más crítico del verano con tres fallecimientos en apenas tres días que agravan un balance ya dramático: 21 personas han perdido la vida por ahogamiento desde el 1 de enero, el peor registro provincial de la última década. Si tenemos en cuenta únicamente los datos recogidos hasta el 31 de julio, la provincia concentra el 34,6% de los decesos acuáticos registrados en Andalucía , donde se contabilizan 52 casos. A nivel nacional, la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) cifra en 302 los fallecimientos por ahogamiento hasta ese mismo mes, el peor balance en lo que va de década. El mes de agosto ha seguido esta tendencia alcista. El siniestro más reciente se produjo a las 20.30 horas del jueves 7 de agosto frente al paseo marítimo Rey de España de Fuengirola. Una bañista de 60 años fue rescatada del agua en parada cardiorrespiratoria ; a pesar de las maniobras de reanimación del 061, los sanitarios solo pudieron certificar su muerte. Veinticuatro horas antes, la Policía Local de Rincón de la Victoria localizó el cuerpo sin vida de una mujer de 57 años, vecina del municipio, varado en la orilla de la playa de Los Rubios. Y el pasado lunes 4 de agosto, una niña de tres años falleció tras caer a la piscina de un chalé en Alhaurín de la Torre mientras su familia se encontraba en el interior de la vivienda.Para atajar la escalada de incidentes, la Junta de Andalucía activó el 14 de julio la campaña «Ojo con el agua», que combina spots en radio, televisión y redes con una guía ciudadana de prevención y la aplicación móvil «Catálogo de Playas», dotada de geolocalización de puestos de socorro y un asistente virtual que guía al usuario hasta la zona más segura. Durante su presentación, el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, recordó que en 2024 el 112 coordinó 402 rescates y que ya se han registrado 169 en lo que va de 2025 ( 89 en playas ), tras un año con 102 fallecimientos por ahogamiento en la comunidad. Guía práctica para un baño seguroLa guía para evitar accidentes y ahogamientos en playas, piscinas y aguas interiores, elaborada por Emergencias 112 Andalucía, reúne una serie de pautas dirigidas a prevenir la mayoría de los siniestros acuáticos. Según la propia Junta, hasta el 85% de los ahogamientos podrían evitarse si se aplicaran estas medidas de autoprotección, que van desde la vigilancia constante de los menores hasta el respeto estricto de las señales en el litoral y las piscinas.El primer principio que subraya el documento es la vigilancia permanente . Los expertos insisten en que los ahogamientos se producen en cuestión de minutos y, muchas veces, en silencio. Por ello, instan a mantener siempre la vista sobre el bañista, especialmente si se trata de menores o personas con diversidad funcional. A esto se suma la importancia de aprender a nadar desde edades tempranas , no solo para disfrutar del agua, sino como herramienta básica de supervivencia. La guía defiende, en ese sentido, que la enseñanza de la natación debería integrarse en el currículo escolar para reducir la mortalidad infantil.En las playas, la recomendación fundamental es respetar la bandera que ondea en los puestos de vigilancia: roja, baño prohibido; amarilla, precaución; verde, condiciones óptimas. Además, se debe observar antes de entrar al mar el estado del oleaje y las corrientes. En caso de ser arrastrado mar adentro por una resaca, los especialistas recomiendan nadar en paralelo a la costa y no luchar contra la corriente, pidiendo auxilio siempre que sea posible. Las zambullidas en zonas desconocidas, el uso de colchonetas hinchables que se alejan de la orilla y el baño en zonas no balizadas son prácticas desaconsejadas.Las aguas interiores, ríos, pantanos o lagunas, presentan riesgos específicos. Nunca debe saltarse al agua sin comprobar la profundidad o la posible existencia de obstáculos como rocas o ramas. El uso de calzado acuático puede prevenir cortes, y es esencial salir del agua si se siente fatiga, frío o cualquier síntoma de malestar, avisando de inmediato al 112.En piscinas particulares, la instalación de cierres perimetrales, cobertores de seguridad y alarmas resulta crucial si hay niños en casa. La norma del 10/20 es clave: mirar al menor cada diez segundos y poder alcanzarlo en menos de veinte. La guía también prohíbe las carreras y saltos en el borde, recomienda el uso de manguitos o chalecos homologados y recuerda que ningún flotador sustituye la vigilancia de un adulto.Por último, el documento advierte sobre los efectos del calor y los choques térmicos. Se recomienda evitar comidas copiosas, protegerse del sol con cremas y sombrillas homologadas, hidratarse con frecuencia y entrar al agua de forma gradual. En caso de emergencia, la llamada al 112 debe hacerse con calma, facilitando la ubicación exacta y describiendo con claridad lo ocurrido.Como conclusión, la guía lo resume de forma tajante: « El mejor rescate es el que no hay que realizar ». Para ello, insiste en la importancia de la corresponsabilidad ciudadana, la formación continua de los socorristas y el respeto de normas básicas que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. El litoral malagueño afronta el tramo más crítico del verano con tres fallecimientos en apenas tres días que agravan un balance ya dramático: 21 personas han perdido la vida por ahogamiento desde el 1 de enero, el peor registro provincial de la última década. Si tenemos en cuenta únicamente los datos recogidos hasta el 31 de julio, la provincia concentra el 34,6% de los decesos acuáticos registrados en Andalucía , donde se contabilizan 52 casos. A nivel nacional, la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) cifra en 302 los fallecimientos por ahogamiento hasta ese mismo mes, el peor balance en lo que va de década. El mes de agosto ha seguido esta tendencia alcista. El siniestro más reciente se produjo a las 20.30 horas del jueves 7 de agosto frente al paseo marítimo Rey de España de Fuengirola. Una bañista de 60 años fue rescatada del agua en parada cardiorrespiratoria ; a pesar de las maniobras de reanimación del 061, los sanitarios solo pudieron certificar su muerte. Veinticuatro horas antes, la Policía Local de Rincón de la Victoria localizó el cuerpo sin vida de una mujer de 57 años, vecina del municipio, varado en la orilla de la playa de Los Rubios. Y el pasado lunes 4 de agosto, una niña de tres años falleció tras caer a la piscina de un chalé en Alhaurín de la Torre mientras su familia se encontraba en el interior de la vivienda.Para atajar la escalada de incidentes, la Junta de Andalucía activó el 14 de julio la campaña «Ojo con el agua», que combina spots en radio, televisión y redes con una guía ciudadana de prevención y la aplicación móvil «Catálogo de Playas», dotada de geolocalización de puestos de socorro y un asistente virtual que guía al usuario hasta la zona más segura. Durante su presentación, el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, recordó que en 2024 el 112 coordinó 402 rescates y que ya se han registrado 169 en lo que va de 2025 ( 89 en playas ), tras un año con 102 fallecimientos por ahogamiento en la comunidad. Guía práctica para un baño seguroLa guía para evitar accidentes y ahogamientos en playas, piscinas y aguas interiores, elaborada por Emergencias 112 Andalucía, reúne una serie de pautas dirigidas a prevenir la mayoría de los siniestros acuáticos. Según la propia Junta, hasta el 85% de los ahogamientos podrían evitarse si se aplicaran estas medidas de autoprotección, que van desde la vigilancia constante de los menores hasta el respeto estricto de las señales en el litoral y las piscinas.El primer principio que subraya el documento es la vigilancia permanente . Los expertos insisten en que los ahogamientos se producen en cuestión de minutos y, muchas veces, en silencio. Por ello, instan a mantener siempre la vista sobre el bañista, especialmente si se trata de menores o personas con diversidad funcional. A esto se suma la importancia de aprender a nadar desde edades tempranas , no solo para disfrutar del agua, sino como herramienta básica de supervivencia. La guía defiende, en ese sentido, que la enseñanza de la natación debería integrarse en el currículo escolar para reducir la mortalidad infantil.En las playas, la recomendación fundamental es respetar la bandera que ondea en los puestos de vigilancia: roja, baño prohibido; amarilla, precaución; verde, condiciones óptimas. Además, se debe observar antes de entrar al mar el estado del oleaje y las corrientes. En caso de ser arrastrado mar adentro por una resaca, los especialistas recomiendan nadar en paralelo a la costa y no luchar contra la corriente, pidiendo auxilio siempre que sea posible. Las zambullidas en zonas desconocidas, el uso de colchonetas hinchables que se alejan de la orilla y el baño en zonas no balizadas son prácticas desaconsejadas.Las aguas interiores, ríos, pantanos o lagunas, presentan riesgos específicos. Nunca debe saltarse al agua sin comprobar la profundidad o la posible existencia de obstáculos como rocas o ramas. El uso de calzado acuático puede prevenir cortes, y es esencial salir del agua si se siente fatiga, frío o cualquier síntoma de malestar, avisando de inmediato al 112.En piscinas particulares, la instalación de cierres perimetrales, cobertores de seguridad y alarmas resulta crucial si hay niños en casa. La norma del 10/20 es clave: mirar al menor cada diez segundos y poder alcanzarlo en menos de veinte. La guía también prohíbe las carreras y saltos en el borde, recomienda el uso de manguitos o chalecos homologados y recuerda que ningún flotador sustituye la vigilancia de un adulto.Por último, el documento advierte sobre los efectos del calor y los choques térmicos. Se recomienda evitar comidas copiosas, protegerse del sol con cremas y sombrillas homologadas, hidratarse con frecuencia y entrar al agua de forma gradual. En caso de emergencia, la llamada al 112 debe hacerse con calma, facilitando la ubicación exacta y describiendo con claridad lo ocurrido.Como conclusión, la guía lo resume de forma tajante: « El mejor rescate es el que no hay que realizar ». Para ello, insiste en la importancia de la corresponsabilidad ciudadana, la formación continua de los socorristas y el respeto de normas básicas que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. El litoral malagueño afronta el tramo más crítico del verano con tres fallecimientos en apenas tres días que agravan un balance ya dramático: 21 personas han perdido la vida por ahogamiento desde el 1 de enero, el peor registro provincial de la última década. Si tenemos en cuenta únicamente los datos recogidos hasta el 31 de julio, la provincia concentra el 34,6% de los decesos acuáticos registrados en Andalucía , donde se contabilizan 52 casos. A nivel nacional, la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) cifra en 302 los fallecimientos por ahogamiento hasta ese mismo mes, el peor balance en lo que va de década. El mes de agosto ha seguido esta tendencia alcista. El siniestro más reciente se produjo a las 20.30 horas del jueves 7 de agosto frente al paseo marítimo Rey de España de Fuengirola. Una bañista de 60 años fue rescatada del agua en parada cardiorrespiratoria ; a pesar de las maniobras de reanimación del 061, los sanitarios solo pudieron certificar su muerte. Veinticuatro horas antes, la Policía Local de Rincón de la Victoria localizó el cuerpo sin vida de una mujer de 57 años, vecina del municipio, varado en la orilla de la playa de Los Rubios. Y el pasado lunes 4 de agosto, una niña de tres años falleció tras caer a la piscina de un chalé en Alhaurín de la Torre mientras su familia se encontraba en el interior de la vivienda.Para atajar la escalada de incidentes, la Junta de Andalucía activó el 14 de julio la campaña «Ojo con el agua», que combina spots en radio, televisión y redes con una guía ciudadana de prevención y la aplicación móvil «Catálogo de Playas», dotada de geolocalización de puestos de socorro y un asistente virtual que guía al usuario hasta la zona más segura. Durante su presentación, el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, recordó que en 2024 el 112 coordinó 402 rescates y que ya se han registrado 169 en lo que va de 2025 ( 89 en playas ), tras un año con 102 fallecimientos por ahogamiento en la comunidad. Guía práctica para un baño seguroLa guía para evitar accidentes y ahogamientos en playas, piscinas y aguas interiores, elaborada por Emergencias 112 Andalucía, reúne una serie de pautas dirigidas a prevenir la mayoría de los siniestros acuáticos. Según la propia Junta, hasta el 85% de los ahogamientos podrían evitarse si se aplicaran estas medidas de autoprotección, que van desde la vigilancia constante de los menores hasta el respeto estricto de las señales en el litoral y las piscinas.El primer principio que subraya el documento es la vigilancia permanente . Los expertos insisten en que los ahogamientos se producen en cuestión de minutos y, muchas veces, en silencio. Por ello, instan a mantener siempre la vista sobre el bañista, especialmente si se trata de menores o personas con diversidad funcional. A esto se suma la importancia de aprender a nadar desde edades tempranas , no solo para disfrutar del agua, sino como herramienta básica de supervivencia. La guía defiende, en ese sentido, que la enseñanza de la natación debería integrarse en el currículo escolar para reducir la mortalidad infantil.En las playas, la recomendación fundamental es respetar la bandera que ondea en los puestos de vigilancia: roja, baño prohibido; amarilla, precaución; verde, condiciones óptimas. Además, se debe observar antes de entrar al mar el estado del oleaje y las corrientes. En caso de ser arrastrado mar adentro por una resaca, los especialistas recomiendan nadar en paralelo a la costa y no luchar contra la corriente, pidiendo auxilio siempre que sea posible. Las zambullidas en zonas desconocidas, el uso de colchonetas hinchables que se alejan de la orilla y el baño en zonas no balizadas son prácticas desaconsejadas.Las aguas interiores, ríos, pantanos o lagunas, presentan riesgos específicos. Nunca debe saltarse al agua sin comprobar la profundidad o la posible existencia de obstáculos como rocas o ramas. El uso de calzado acuático puede prevenir cortes, y es esencial salir del agua si se siente fatiga, frío o cualquier síntoma de malestar, avisando de inmediato al 112.En piscinas particulares, la instalación de cierres perimetrales, cobertores de seguridad y alarmas resulta crucial si hay niños en casa. La norma del 10/20 es clave: mirar al menor cada diez segundos y poder alcanzarlo en menos de veinte. La guía también prohíbe las carreras y saltos en el borde, recomienda el uso de manguitos o chalecos homologados y recuerda que ningún flotador sustituye la vigilancia de un adulto.Por último, el documento advierte sobre los efectos del calor y los choques térmicos. Se recomienda evitar comidas copiosas, protegerse del sol con cremas y sombrillas homologadas, hidratarse con frecuencia y entrar al agua de forma gradual. En caso de emergencia, la llamada al 112 debe hacerse con calma, facilitando la ubicación exacta y describiendo con claridad lo ocurrido.Como conclusión, la guía lo resume de forma tajante: « El mejor rescate es el que no hay que realizar ». Para ello, insiste en la importancia de la corresponsabilidad ciudadana, la formación continua de los socorristas y el respeto de normas básicas que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. RSS de noticias de espana/andalucia
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