Ante la creciente presión para publicar todos los archivos del caso Epstein, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha decidido cerrar antes de tiempo las operaciones legislativas y adelantar el receso de verano. La decisión coincide con un aumento de las tensiones dentro del Congreso, donde tanto demócratas como un número creciente de republicanos amenazan con bloquear la actividad parlamentaria si no se somete a votación la desclasificación de los documentos. Mientras tanto, Donald Trump, que mantiene un contacto diario con Johnson, intenta desviar la atención del escándalo: acusó a Barack Obama de haber liderado un complot en su contra y exige que se le investigue por traición, en lugar de seguir hablando de Epstein.«Después de lo que me hicieron, ya es hora de ir a por ellos», declaró Trump durante la recepción oficial al presidente de Filipinas en el Despacho Oval, donde calificó a Obama como «el líder de la banda» y lo acusó abiertamente de sedición. Ferdinand Marcos miraba al presidente Trump en silencio y gesto serio mientras hacía esas acusaciones.Noticia Relacionada estandar No Obama, detenido en el Despacho Oval: el contenido del vídeo generado por IA compartido por Trump ABC Las imágenes artificiales muestran también al expresidente con un mono naranja de presidiario en una cárcelEl discurso de Trump buscó reorientar el foco del debate, justo cuando la presión política en torno a los llamados «archivos de Epstein» ha provocado una nueva parálisis institucional en el Capitolio.La situación es inédita: el expresidente, que se presenta como adalid de la transparencia por haber desclasificado el lunes los documentos del asesinato de Martin Luther King, se enfrenta ahora a demandas dentro de su propio partido para que deje de obstaculizar la divulgación de los archivos vinculados a Epstein. El movimiento más significativo ha sido la citación formal de Ghislaine Maxwell por parte de una subcomisión del Congreso dominada por republicanos. La moción, impulsada por el congresista Tim Burchett, fue aprobada con apoyo bipartidista y refleja la presión acumulada en Washington para que se esclarezcan posibles redes de abuso sexual infantil. Maxwell, actualmente en una prisión federal, deberá comparecer en una fecha aún no determinada. El Departamento de Justicia y la Oficina de Prisiones ya trabajan en coordinación para permitir su interrogatorio, mientras el vicefiscal general Todd Blanche ha confirmado contactos con sus abogados y ha asegurado que el gobierno «explorará toda vía creíble» para recabar testimonios sobre delitos contra menores.En paralelo, Trump ha intensificado su teoría de la conspiración: sostiene que Obama, Hillary Clinton, el exdirector del FBI James Comey y el exjefe de la CIA John Brennan lideraron un intento de golpe de Estado para sabotear su presidencia. Afirma que en su primer mandato decidió no procesar a Clinton, pero que ahora es el momento de «ir a por ellos». En sus intervenciones públicas, Trump ha reiterado sus denuncias sobre la investigación rusa y sobre su derrota electoral ante Joe Biden, insistiendo en que todo formó parte de una operación coordinada para destruirlo o impedirle el ejercicio del poder. Mientras tanto, el liderazgo nacional republicano ha evitado cualquier votación sobre los documentos de Epstein. Johnson ha argumentado que la Casa Blanca necesita «espacio» para divulgar la información por su cuenta, y ha limitado el alcance de lo que se podría publicar, al afirmar que solo deben divulgarse los documentos «creíbles». La consecuencia es una parálisis parcial en la Cámara de Representantes, donde Johnson ha acusado a los demócratas de hipocresía por exigir ahora transparencia, pese a —según él— haber mentido durante años. Ha calificado la situación como «uno de los mayores escándalos políticos de la historia» y, en esa línea, Trump ha denunciado incluso el uso del autopen como símbolo de una supuesta manipulación institucional. «Las mismas mentes enfermas siguen ahí», afirmó. Ante la creciente presión para publicar todos los archivos del caso Epstein, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha decidido cerrar antes de tiempo las operaciones legislativas y adelantar el receso de verano. La decisión coincide con un aumento de las tensiones dentro del Congreso, donde tanto demócratas como un número creciente de republicanos amenazan con bloquear la actividad parlamentaria si no se somete a votación la desclasificación de los documentos. Mientras tanto, Donald Trump, que mantiene un contacto diario con Johnson, intenta desviar la atención del escándalo: acusó a Barack Obama de haber liderado un complot en su contra y exige que se le investigue por traición, en lugar de seguir hablando de Epstein.«Después de lo que me hicieron, ya es hora de ir a por ellos», declaró Trump durante la recepción oficial al presidente de Filipinas en el Despacho Oval, donde calificó a Obama como «el líder de la banda» y lo acusó abiertamente de sedición. Ferdinand Marcos miraba al presidente Trump en silencio y gesto serio mientras hacía esas acusaciones.Noticia Relacionada estandar No Obama, detenido en el Despacho Oval: el contenido del vídeo generado por IA compartido por Trump ABC Las imágenes artificiales muestran también al expresidente con un mono naranja de presidiario en una cárcelEl discurso de Trump buscó reorientar el foco del debate, justo cuando la presión política en torno a los llamados «archivos de Epstein» ha provocado una nueva parálisis institucional en el Capitolio.La situación es inédita: el expresidente, que se presenta como adalid de la transparencia por haber desclasificado el lunes los documentos del asesinato de Martin Luther King, se enfrenta ahora a demandas dentro de su propio partido para que deje de obstaculizar la divulgación de los archivos vinculados a Epstein. El movimiento más significativo ha sido la citación formal de Ghislaine Maxwell por parte de una subcomisión del Congreso dominada por republicanos. La moción, impulsada por el congresista Tim Burchett, fue aprobada con apoyo bipartidista y refleja la presión acumulada en Washington para que se esclarezcan posibles redes de abuso sexual infantil. Maxwell, actualmente en una prisión federal, deberá comparecer en una fecha aún no determinada. El Departamento de Justicia y la Oficina de Prisiones ya trabajan en coordinación para permitir su interrogatorio, mientras el vicefiscal general Todd Blanche ha confirmado contactos con sus abogados y ha asegurado que el gobierno «explorará toda vía creíble» para recabar testimonios sobre delitos contra menores.En paralelo, Trump ha intensificado su teoría de la conspiración: sostiene que Obama, Hillary Clinton, el exdirector del FBI James Comey y el exjefe de la CIA John Brennan lideraron un intento de golpe de Estado para sabotear su presidencia. Afirma que en su primer mandato decidió no procesar a Clinton, pero que ahora es el momento de «ir a por ellos». En sus intervenciones públicas, Trump ha reiterado sus denuncias sobre la investigación rusa y sobre su derrota electoral ante Joe Biden, insistiendo en que todo formó parte de una operación coordinada para destruirlo o impedirle el ejercicio del poder. Mientras tanto, el liderazgo nacional republicano ha evitado cualquier votación sobre los documentos de Epstein. Johnson ha argumentado que la Casa Blanca necesita «espacio» para divulgar la información por su cuenta, y ha limitado el alcance de lo que se podría publicar, al afirmar que solo deben divulgarse los documentos «creíbles». La consecuencia es una parálisis parcial en la Cámara de Representantes, donde Johnson ha acusado a los demócratas de hipocresía por exigir ahora transparencia, pese a —según él— haber mentido durante años. Ha calificado la situación como «uno de los mayores escándalos políticos de la historia» y, en esa línea, Trump ha denunciado incluso el uso del autopen como símbolo de una supuesta manipulación institucional. «Las mismas mentes enfermas siguen ahí», afirmó. Ante la creciente presión para publicar todos los archivos del caso Epstein, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha decidido cerrar antes de tiempo las operaciones legislativas y adelantar el receso de verano. La decisión coincide con un aumento de las tensiones dentro del Congreso, donde tanto demócratas como un número creciente de republicanos amenazan con bloquear la actividad parlamentaria si no se somete a votación la desclasificación de los documentos. Mientras tanto, Donald Trump, que mantiene un contacto diario con Johnson, intenta desviar la atención del escándalo: acusó a Barack Obama de haber liderado un complot en su contra y exige que se le investigue por traición, en lugar de seguir hablando de Epstein.«Después de lo que me hicieron, ya es hora de ir a por ellos», declaró Trump durante la recepción oficial al presidente de Filipinas en el Despacho Oval, donde calificó a Obama como «el líder de la banda» y lo acusó abiertamente de sedición. Ferdinand Marcos miraba al presidente Trump en silencio y gesto serio mientras hacía esas acusaciones.Noticia Relacionada estandar No Obama, detenido en el Despacho Oval: el contenido del vídeo generado por IA compartido por Trump ABC Las imágenes artificiales muestran también al expresidente con un mono naranja de presidiario en una cárcelEl discurso de Trump buscó reorientar el foco del debate, justo cuando la presión política en torno a los llamados «archivos de Epstein» ha provocado una nueva parálisis institucional en el Capitolio.La situación es inédita: el expresidente, que se presenta como adalid de la transparencia por haber desclasificado el lunes los documentos del asesinato de Martin Luther King, se enfrenta ahora a demandas dentro de su propio partido para que deje de obstaculizar la divulgación de los archivos vinculados a Epstein. El movimiento más significativo ha sido la citación formal de Ghislaine Maxwell por parte de una subcomisión del Congreso dominada por republicanos. La moción, impulsada por el congresista Tim Burchett, fue aprobada con apoyo bipartidista y refleja la presión acumulada en Washington para que se esclarezcan posibles redes de abuso sexual infantil. Maxwell, actualmente en una prisión federal, deberá comparecer en una fecha aún no determinada. El Departamento de Justicia y la Oficina de Prisiones ya trabajan en coordinación para permitir su interrogatorio, mientras el vicefiscal general Todd Blanche ha confirmado contactos con sus abogados y ha asegurado que el gobierno «explorará toda vía creíble» para recabar testimonios sobre delitos contra menores.En paralelo, Trump ha intensificado su teoría de la conspiración: sostiene que Obama, Hillary Clinton, el exdirector del FBI James Comey y el exjefe de la CIA John Brennan lideraron un intento de golpe de Estado para sabotear su presidencia. Afirma que en su primer mandato decidió no procesar a Clinton, pero que ahora es el momento de «ir a por ellos». En sus intervenciones públicas, Trump ha reiterado sus denuncias sobre la investigación rusa y sobre su derrota electoral ante Joe Biden, insistiendo en que todo formó parte de una operación coordinada para destruirlo o impedirle el ejercicio del poder. Mientras tanto, el liderazgo nacional republicano ha evitado cualquier votación sobre los documentos de Epstein. Johnson ha argumentado que la Casa Blanca necesita «espacio» para divulgar la información por su cuenta, y ha limitado el alcance de lo que se podría publicar, al afirmar que solo deben divulgarse los documentos «creíbles». La consecuencia es una parálisis parcial en la Cámara de Representantes, donde Johnson ha acusado a los demócratas de hipocresía por exigir ahora transparencia, pese a —según él— haber mentido durante años. Ha calificado la situación como «uno de los mayores escándalos políticos de la historia» y, en esa línea, Trump ha denunciado incluso el uso del autopen como símbolo de una supuesta manipulación institucional. «Las mismas mentes enfermas siguen ahí», afirmó. RSS de noticias de internacional
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