Hace tan solo una semana, los sirios celebraban la caída de la dictadura de Bashar al Assad. Siete días más tarde, el rompecabezas sirio sigue sin recomponerse, todo lo contrario: al sur, las fuerzas de Israel bombardean los sistemas de defensa aérea y depósitos de municiones sirios en su continuo intento por desactivar la capacidad militar del país y de ocupar la disputada zona de los Altos del Golán . Por el norte, Turquía quiere ampliar su zona de amortiguación haciendo retroceder a las fuerzas kurdas, enemigo histórico de los turcos. Y mientras tanto, en el resto del país los rebeldes buscan encontrar su hueco y su líder, Abu Mohamed al Jolani, anunció la «disolución» de las milicias y pidió que se levantaran las sanciones. En este rompecabezas, Turquía, y sobre todo su presidente, Recep Tayyip Erodgan, está teniendo un papel protagonista. Según publicaba ayer el medio norteamericano ‘The Wall Street Journal’, altos funcionarios estadounidenses confirmaban que Turquía y sus milicianos aliados están acumulando fuerzas a lo largo de la frontera con Siria para preparar una incursión a gran escala en territorio controlado por los kurdos sirios respaldados por Estados Unidos. Estas fuerzas, que incluyen a milicianos y comandos turcos, estarían concentrados cerca de Kobani, una ciudad de mayoría kurda en Siria, en la frontera norte con Turquía. Se trataría de una operación transfronteriza turca que podría ser inminente, dijo uno de los funcionarios estadounidense al medio norteamericano.Pocos días después del levantamiento de los rebeldes, Erdogan ya aprovechó la situación de cierto caos para afianzar sus posiciones contra los kurdos. Erdogan aprovechó la oportunidad para enviar a los rebeldes del Ejército Nacional Sirio, apoyados por Turquía, a varias ciudades del noreste de Siria que anteriormente estaban controladas por las fuerzas kurdas. Los combatientes kurdos fueron expulsadosde Tal Rifaat el domingo 8 de diciembre y de la ciudad de Manbij al día siguiente. Ankara considera que la principal facción kurda es un grupo terrorista al mismo nivel que el autodenominado Estado Islámico (EI) y ha dicho que no debería tener presencia en la nueva Siria.Control de factoIlham Ahmed, funcionario de la administración civil de los kurdos sirios, que tienen una administración semiautónoma en el noreste, dijo ayer al presidente electo Donald Trump que parecía probable una operación militar turca y lo instó a presionar al presidente Erdogan para que no envíe tropas a través de la frontera. El objetivo de Turquía es «establecer un control de facto sobre nuestra tierra antes de que usted asuma el cargo, obligándolo a relacionarse con ellos como gobernantes de nuestro territorio», escribió Ahmed a Trump en una carta a la que tuvo acceso ‘The Wall Street Journal’. Los kurdos han sido los grandes aliados de Estados Unidos en Siria sobre todo durante los años del EI en territorio sirio. Alrededor de 900 soldados estadounidenses están en el este de Siria, donde se asocian con fuerzas kurdas para prevenir un resurgimiento del EI. Pero el futuro se ha puesto en duda bajo la administración de Trump, quien ha sido durante mucho tiempo escéptico sobre la participación de Estados Unidos en Siria. En una publicación en redes sociales poco antes de que Al Assad fuera derrocado, Trump escribió que «Siria es un desastre, pero no es nuestro amigo; EE.UU. no debería tener nada que ver con ello. Esta no es nuestra lucha». Hace tan solo una semana, los sirios celebraban la caída de la dictadura de Bashar al Assad. Siete días más tarde, el rompecabezas sirio sigue sin recomponerse, todo lo contrario: al sur, las fuerzas de Israel bombardean los sistemas de defensa aérea y depósitos de municiones sirios en su continuo intento por desactivar la capacidad militar del país y de ocupar la disputada zona de los Altos del Golán . Por el norte, Turquía quiere ampliar su zona de amortiguación haciendo retroceder a las fuerzas kurdas, enemigo histórico de los turcos. Y mientras tanto, en el resto del país los rebeldes buscan encontrar su hueco y su líder, Abu Mohamed al Jolani, anunció la «disolución» de las milicias y pidió que se levantaran las sanciones. En este rompecabezas, Turquía, y sobre todo su presidente, Recep Tayyip Erodgan, está teniendo un papel protagonista. Según publicaba ayer el medio norteamericano ‘The Wall Street Journal’, altos funcionarios estadounidenses confirmaban que Turquía y sus milicianos aliados están acumulando fuerzas a lo largo de la frontera con Siria para preparar una incursión a gran escala en territorio controlado por los kurdos sirios respaldados por Estados Unidos. Estas fuerzas, que incluyen a milicianos y comandos turcos, estarían concentrados cerca de Kobani, una ciudad de mayoría kurda en Siria, en la frontera norte con Turquía. Se trataría de una operación transfronteriza turca que podría ser inminente, dijo uno de los funcionarios estadounidense al medio norteamericano.Pocos días después del levantamiento de los rebeldes, Erdogan ya aprovechó la situación de cierto caos para afianzar sus posiciones contra los kurdos. Erdogan aprovechó la oportunidad para enviar a los rebeldes del Ejército Nacional Sirio, apoyados por Turquía, a varias ciudades del noreste de Siria que anteriormente estaban controladas por las fuerzas kurdas. Los combatientes kurdos fueron expulsadosde Tal Rifaat el domingo 8 de diciembre y de la ciudad de Manbij al día siguiente. Ankara considera que la principal facción kurda es un grupo terrorista al mismo nivel que el autodenominado Estado Islámico (EI) y ha dicho que no debería tener presencia en la nueva Siria.Control de factoIlham Ahmed, funcionario de la administración civil de los kurdos sirios, que tienen una administración semiautónoma en el noreste, dijo ayer al presidente electo Donald Trump que parecía probable una operación militar turca y lo instó a presionar al presidente Erdogan para que no envíe tropas a través de la frontera. El objetivo de Turquía es «establecer un control de facto sobre nuestra tierra antes de que usted asuma el cargo, obligándolo a relacionarse con ellos como gobernantes de nuestro territorio», escribió Ahmed a Trump en una carta a la que tuvo acceso ‘The Wall Street Journal’. Los kurdos han sido los grandes aliados de Estados Unidos en Siria sobre todo durante los años del EI en territorio sirio. Alrededor de 900 soldados estadounidenses están en el este de Siria, donde se asocian con fuerzas kurdas para prevenir un resurgimiento del EI. Pero el futuro se ha puesto en duda bajo la administración de Trump, quien ha sido durante mucho tiempo escéptico sobre la participación de Estados Unidos en Siria. En una publicación en redes sociales poco antes de que Al Assad fuera derrocado, Trump escribió que «Siria es un desastre, pero no es nuestro amigo; EE.UU. no debería tener nada que ver con ello. Esta no es nuestra lucha». Hace tan solo una semana, los sirios celebraban la caída de la dictadura de Bashar al Assad. Siete días más tarde, el rompecabezas sirio sigue sin recomponerse, todo lo contrario: al sur, las fuerzas de Israel bombardean los sistemas de defensa aérea y depósitos de municiones sirios en su continuo intento por desactivar la capacidad militar del país y de ocupar la disputada zona de los Altos del Golán . Por el norte, Turquía quiere ampliar su zona de amortiguación haciendo retroceder a las fuerzas kurdas, enemigo histórico de los turcos. Y mientras tanto, en el resto del país los rebeldes buscan encontrar su hueco y su líder, Abu Mohamed al Jolani, anunció la «disolución» de las milicias y pidió que se levantaran las sanciones. En este rompecabezas, Turquía, y sobre todo su presidente, Recep Tayyip Erodgan, está teniendo un papel protagonista. Según publicaba ayer el medio norteamericano ‘The Wall Street Journal’, altos funcionarios estadounidenses confirmaban que Turquía y sus milicianos aliados están acumulando fuerzas a lo largo de la frontera con Siria para preparar una incursión a gran escala en territorio controlado por los kurdos sirios respaldados por Estados Unidos. Estas fuerzas, que incluyen a milicianos y comandos turcos, estarían concentrados cerca de Kobani, una ciudad de mayoría kurda en Siria, en la frontera norte con Turquía. Se trataría de una operación transfronteriza turca que podría ser inminente, dijo uno de los funcionarios estadounidense al medio norteamericano.Pocos días después del levantamiento de los rebeldes, Erdogan ya aprovechó la situación de cierto caos para afianzar sus posiciones contra los kurdos. Erdogan aprovechó la oportunidad para enviar a los rebeldes del Ejército Nacional Sirio, apoyados por Turquía, a varias ciudades del noreste de Siria que anteriormente estaban controladas por las fuerzas kurdas. Los combatientes kurdos fueron expulsadosde Tal Rifaat el domingo 8 de diciembre y de la ciudad de Manbij al día siguiente. Ankara considera que la principal facción kurda es un grupo terrorista al mismo nivel que el autodenominado Estado Islámico (EI) y ha dicho que no debería tener presencia en la nueva Siria.Control de factoIlham Ahmed, funcionario de la administración civil de los kurdos sirios, que tienen una administración semiautónoma en el noreste, dijo ayer al presidente electo Donald Trump que parecía probable una operación militar turca y lo instó a presionar al presidente Erdogan para que no envíe tropas a través de la frontera. El objetivo de Turquía es «establecer un control de facto sobre nuestra tierra antes de que usted asuma el cargo, obligándolo a relacionarse con ellos como gobernantes de nuestro territorio», escribió Ahmed a Trump en una carta a la que tuvo acceso ‘The Wall Street Journal’. Los kurdos han sido los grandes aliados de Estados Unidos en Siria sobre todo durante los años del EI en territorio sirio. Alrededor de 900 soldados estadounidenses están en el este de Siria, donde se asocian con fuerzas kurdas para prevenir un resurgimiento del EI. Pero el futuro se ha puesto en duda bajo la administración de Trump, quien ha sido durante mucho tiempo escéptico sobre la participación de Estados Unidos en Siria. En una publicación en redes sociales poco antes de que Al Assad fuera derrocado, Trump escribió que «Siria es un desastre, pero no es nuestro amigo; EE.UU. no debería tener nada que ver con ello. Esta no es nuestra lucha». RSS de noticias de internacional
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