<p><strong>La última cita de la Feria de Santiago de Santande</strong>r vino precedida de un formidable lío por el ofrecimiento de Morante de la Puebla para sustituir a Cayetano altruistamente, la negativa de Roca Rey -hay mar de fondo, bellum indecere- y la inclusión definitiva El Cid resucitado con su incontestable triunfo. Que casi volvió a reeditarlo con el lote más óptimo de una corridita de Domingo Hernández que dejó mucho que desear. <strong>Una oreja y otra para un Roca Rey trabajador que no termina de remontar el vuelo.</strong> Las cámaras de TV presentes. El mayor daño se lo llevó Juan Ortega, perdido en tarde aciaga. Tres horas de función, o defunción. Interminable. </p>
El sevillano corta una oreja con el lote más óptimo de una corridita de Domingo Hernández que dejó mucho que desear; otra se lleva Roca Rey, que no acaba de remontar; perdido Juan Ortega
<p><strong>La última cita de la Feria de Santiago de Santande</strong>r vino precedida de un formidable lío por el ofrecimiento de Morante de la Puebla para sustituir a Cayetano altruistamente, la negativa de Roca Rey -hay mar de fondo, bellum indecere- y la inclusión definitiva El Cid resucitado con su incontestable triunfo. Que casi volvió a reeditarlo con el lote más óptimo de una corridita de Domingo Hernández que dejó mucho que desear. <strong>Una oreja y otra para un Roca Rey trabajador que no termina de remontar el vuelo.</strong> Las cámaras de TV presentes. El mayor daño se lo llevó Juan Ortega, perdido en tarde aciaga. Tres horas de función, o defunción. Interminable. </p>
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