En pleno julio, todavía hay niños en el patio del CEIP Miguel Hernández. Charlan y juegan a sol y sombra, en un pequeño descanso entre las tres horas de clase de cada mañana. Situado en el barrio vallisoletano de Los Pajarillos, el centro es uno de los 33 que imparten clases de refuerzo a un total de 2.150 alumnos de sexto de Primaria de toda la Comunidad. Durante parte de la mañana, agarran de nuevo papel y boli -o el material necesario- para aprender Inglés, Matemáticas y Lengua. Unas clases ‘extra’ que pretenden facilitar «un paso al instituto más amable, con más conocimiento y autoestima», según había adelantado desde El Burgo de Osma (Soria), en la presentación de la medida, la consejera de Educación, Rocío Lucas.«Como docente es muy satisfactorio poder ayudar», reflexiona una de las profesoras que imparte estas horas en el colegio vallisoletano, María Eugenia Miguel Torres. «Para ellos esto es un pequeño empujón, y precisamente en este momento les da mucha tranquilidad porque se elimina la presión del curso y aparece el ‘yo nunca he entendido esto’», comenta. «Es ahora cuando el alumno viene y te lo pregunta».En este colegio de Educación Infantil y Primaria se concentran una sesentena de alumnos no sólo de Valladolid capital, si no también de municipios cercanos como La Cistérniga o Cabezón de Pisuerga. Otros dos enclaves en la capital se suman al programa-el CEIP Profesor Tierno Galván y el concertado Sagrado Corazón- y también otros tres centros en importantes núcleos rurales de la provincia de Valladolid, como son el CRA Campos Góticos (Medina de Rioseco), el público Obispo Barrientos, en Medina del Campo, y el CRA La Villa, en Peñafiel. Como en el resto de provincias, al estudiante se le asigna uno u otro en función de la cercanía, financiándose el transporte si lo necesita para llegar al ‘cole de verano’. El alumno se inscribe a sugerencia de su tutor, siempre que sus padres estén conformes. Puede recomendarse una, dos o las tres materias, en función de lo observado, ya que «puede que un niño suspenda Lengua y tenga sobresaliente en Matemáticas». En este colegio no todos los estudiantes cursan el ‘triplete’, pero sí «la mayoría», conceden desde el centro. Castilla y León se enorgullece además de haber sido «pionera» con este programa, ‘Éxito educativo’, enfocado en los estudiantes del último curso de Primaria y durante este mes (fuera del calendario lectivo), si bien hay otras medidas de refuerzo que apuntan a diferentes edades durante el curso. Esta surgió de la necesidad marcada por la pandemia del Covid 19, ya que se instauró en julio 2020 para paliar los desequilibrios de aquel año. Entonces se habilitó tanto para este curso como para el de Segundo de Bachillerato, tal y como explican fuentes de Educación. Sin embargo, fue en esta franja de edad en la que se ha decidido mantener a posteriori.Aprender jugandoEn cuanto a contenido, toca condensar los aprendizajes de todo un curso en apenas un mes, y revisarlos con soluciones creativas y lúdicas. Por ejemplo, para aprender vocabulario en inglés, una de las tres clases en rotación prueba el juego que su docente, Steven, les propone, en el que dos equipos con sendos pulsadores luchan por cada punto, conseguido si adivinan la palabra antes que sus compañeros. La divertida competición se ha ganado la atención de los alumnos: Sebastián, Olivia, Rossel o Alonso no tienen ojos para nada más.Sobre estas líneas, un alumno completa un ejercicio de Matemáticas en el aula de refuerzo. Tatiana Rodrigues y Moisés Vera, dos participantes del programa R. ORTEGAPara niños como Moisés David Vera Llorena o Tatiana Rodrigues Oreca -que reconocen que el inglés les cuesta, por cierto-, el juego es una herramienta tranquilizadora. «Al divertirte, te enfocas más», valora la alumna. «Me gusta que se intente enseñar de manera diferente porque cuando hay algo que no aprendes no vale repetirlo igual, te bloqueas», añade él. En septiembre empezarán a cursar su primer año de instituto, y se lo imaginan como «un cole más grande» en el que tendrán que «estudiar más» o «ganar confianza» con profesores que todavía no les han tratado. Estos días dan las tres materias y de momento «muy bien», coinciden los niños, porque «no es como una clase normal». ¿Lo que más les gusta? Conocer gente. Y es que ambos se adaptan, de una forma o de otra, porque además de dejar atrás aula, tutores y amigos que ya les son familiares, Moisés viene de Colombia, con el desafío que implica un país nuevo, y Tatiana cambió de centro. «Todo era en inglés y si no eras bueno… no, no», indica la niña al hablar de su ‘cole’ anterior. Así las cosas, un método distinto o estas horas extra pueden convertirse para ellos, y otros muchos, en el ‘flotador’ que les permita tomar aire y explotar su potencial.Por provincias, la Junta cifra en 112 a los estudiantes de sexto de Primaria de Ávila que participan en ‘Éxito educativo’. Con 375 en Burgos y 184 en León, en Palencia son 156 los alumnos beneficiados. Se suman 191 salmantinos, 226 de Segovia y 192 en la provincia de Soria. Valladolid será el territorio con más aulas, ya que cuenta con 605 niños inscritos , que se completan con otros 115 en tierras zamoranas.Por ahora, en el CEIP Miguel Hernández «se portan bien» y «le ponen ganas», asegura María Eugenia Miguel. «Lo más importante es que vienen con ganas de que se les escuche, de participar, y les vemos muy mezclados entre sí, y eso es muy positivo», comenta. «Han tenido unos días de vacaciones y vienen mentalizados por sus familias», recuerda, para añadir que «el objetivo es más amplio que el de la clase propiamente dicha» y que buscan siempre «la inclusión, la equidad y el refuerzo» con un recurso que puede ser especialmente valioso en zonas rurales «donde no es tan fácil el acceso a una academia». «Esto les ayuda a mejorar sus competencias, pero también contribuye a que no se desanimen y a favorecer esa transición, a juntarse con otros niños y así ver cómo se encontrarán en el instituto», desarrolla.En Lengua, la maestra relata que recurren a tecnologías como la de las tablets, en la que ahora leen ‘La noche del aullido’. A través de su cuenta de Educa, los alumnos descubren más lecturas, lo que les ayuda a conocer el recurso y, quizás, a leer por su cuenta en vacaciones. «En lo que más fallan es en la ortografía y en la expresión oral», sintetiza. Por ello, han pasado a repasar antes la acentuación y la docente también ha previsto que hagan un pequeño proyecto de robótica en el que luego tendrán que contárselo a los demás. «Esta es una buena oportunidad para mejorarlo», observa.Para la profesora, este es el primer año como parte de esta iniciativa aunque, según explica, habitualmente trabaja con otras docentes que ya se habían sumado en los últimos cuatro cursos y estaban muy satisfechas. «Tenía mucha curiosidad por la respuesta de los niños y ver por cómo reunir todos los contenidos en estos días. Estoy contenta con cómo parece que puede terminar», finaliza. En pleno julio, todavía hay niños en el patio del CEIP Miguel Hernández. Charlan y juegan a sol y sombra, en un pequeño descanso entre las tres horas de clase de cada mañana. Situado en el barrio vallisoletano de Los Pajarillos, el centro es uno de los 33 que imparten clases de refuerzo a un total de 2.150 alumnos de sexto de Primaria de toda la Comunidad. Durante parte de la mañana, agarran de nuevo papel y boli -o el material necesario- para aprender Inglés, Matemáticas y Lengua. Unas clases ‘extra’ que pretenden facilitar «un paso al instituto más amable, con más conocimiento y autoestima», según había adelantado desde El Burgo de Osma (Soria), en la presentación de la medida, la consejera de Educación, Rocío Lucas.«Como docente es muy satisfactorio poder ayudar», reflexiona una de las profesoras que imparte estas horas en el colegio vallisoletano, María Eugenia Miguel Torres. «Para ellos esto es un pequeño empujón, y precisamente en este momento les da mucha tranquilidad porque se elimina la presión del curso y aparece el ‘yo nunca he entendido esto’», comenta. «Es ahora cuando el alumno viene y te lo pregunta».En este colegio de Educación Infantil y Primaria se concentran una sesentena de alumnos no sólo de Valladolid capital, si no también de municipios cercanos como La Cistérniga o Cabezón de Pisuerga. Otros dos enclaves en la capital se suman al programa-el CEIP Profesor Tierno Galván y el concertado Sagrado Corazón- y también otros tres centros en importantes núcleos rurales de la provincia de Valladolid, como son el CRA Campos Góticos (Medina de Rioseco), el público Obispo Barrientos, en Medina del Campo, y el CRA La Villa, en Peñafiel. Como en el resto de provincias, al estudiante se le asigna uno u otro en función de la cercanía, financiándose el transporte si lo necesita para llegar al ‘cole de verano’. El alumno se inscribe a sugerencia de su tutor, siempre que sus padres estén conformes. Puede recomendarse una, dos o las tres materias, en función de lo observado, ya que «puede que un niño suspenda Lengua y tenga sobresaliente en Matemáticas». En este colegio no todos los estudiantes cursan el ‘triplete’, pero sí «la mayoría», conceden desde el centro. Castilla y León se enorgullece además de haber sido «pionera» con este programa, ‘Éxito educativo’, enfocado en los estudiantes del último curso de Primaria y durante este mes (fuera del calendario lectivo), si bien hay otras medidas de refuerzo que apuntan a diferentes edades durante el curso. Esta surgió de la necesidad marcada por la pandemia del Covid 19, ya que se instauró en julio 2020 para paliar los desequilibrios de aquel año. Entonces se habilitó tanto para este curso como para el de Segundo de Bachillerato, tal y como explican fuentes de Educación. Sin embargo, fue en esta franja de edad en la que se ha decidido mantener a posteriori.Aprender jugandoEn cuanto a contenido, toca condensar los aprendizajes de todo un curso en apenas un mes, y revisarlos con soluciones creativas y lúdicas. Por ejemplo, para aprender vocabulario en inglés, una de las tres clases en rotación prueba el juego que su docente, Steven, les propone, en el que dos equipos con sendos pulsadores luchan por cada punto, conseguido si adivinan la palabra antes que sus compañeros. La divertida competición se ha ganado la atención de los alumnos: Sebastián, Olivia, Rossel o Alonso no tienen ojos para nada más.Sobre estas líneas, un alumno completa un ejercicio de Matemáticas en el aula de refuerzo. Tatiana Rodrigues y Moisés Vera, dos participantes del programa R. ORTEGAPara niños como Moisés David Vera Llorena o Tatiana Rodrigues Oreca -que reconocen que el inglés les cuesta, por cierto-, el juego es una herramienta tranquilizadora. «Al divertirte, te enfocas más», valora la alumna. «Me gusta que se intente enseñar de manera diferente porque cuando hay algo que no aprendes no vale repetirlo igual, te bloqueas», añade él. En septiembre empezarán a cursar su primer año de instituto, y se lo imaginan como «un cole más grande» en el que tendrán que «estudiar más» o «ganar confianza» con profesores que todavía no les han tratado. Estos días dan las tres materias y de momento «muy bien», coinciden los niños, porque «no es como una clase normal». ¿Lo que más les gusta? Conocer gente. Y es que ambos se adaptan, de una forma o de otra, porque además de dejar atrás aula, tutores y amigos que ya les son familiares, Moisés viene de Colombia, con el desafío que implica un país nuevo, y Tatiana cambió de centro. «Todo era en inglés y si no eras bueno… no, no», indica la niña al hablar de su ‘cole’ anterior. Así las cosas, un método distinto o estas horas extra pueden convertirse para ellos, y otros muchos, en el ‘flotador’ que les permita tomar aire y explotar su potencial.Por provincias, la Junta cifra en 112 a los estudiantes de sexto de Primaria de Ávila que participan en ‘Éxito educativo’. Con 375 en Burgos y 184 en León, en Palencia son 156 los alumnos beneficiados. Se suman 191 salmantinos, 226 de Segovia y 192 en la provincia de Soria. Valladolid será el territorio con más aulas, ya que cuenta con 605 niños inscritos , que se completan con otros 115 en tierras zamoranas.Por ahora, en el CEIP Miguel Hernández «se portan bien» y «le ponen ganas», asegura María Eugenia Miguel. «Lo más importante es que vienen con ganas de que se les escuche, de participar, y les vemos muy mezclados entre sí, y eso es muy positivo», comenta. «Han tenido unos días de vacaciones y vienen mentalizados por sus familias», recuerda, para añadir que «el objetivo es más amplio que el de la clase propiamente dicha» y que buscan siempre «la inclusión, la equidad y el refuerzo» con un recurso que puede ser especialmente valioso en zonas rurales «donde no es tan fácil el acceso a una academia». «Esto les ayuda a mejorar sus competencias, pero también contribuye a que no se desanimen y a favorecer esa transición, a juntarse con otros niños y así ver cómo se encontrarán en el instituto», desarrolla.En Lengua, la maestra relata que recurren a tecnologías como la de las tablets, en la que ahora leen ‘La noche del aullido’. A través de su cuenta de Educa, los alumnos descubren más lecturas, lo que les ayuda a conocer el recurso y, quizás, a leer por su cuenta en vacaciones. «En lo que más fallan es en la ortografía y en la expresión oral», sintetiza. Por ello, han pasado a repasar antes la acentuación y la docente también ha previsto que hagan un pequeño proyecto de robótica en el que luego tendrán que contárselo a los demás. «Esta es una buena oportunidad para mejorarlo», observa.Para la profesora, este es el primer año como parte de esta iniciativa aunque, según explica, habitualmente trabaja con otras docentes que ya se habían sumado en los últimos cuatro cursos y estaban muy satisfechas. «Tenía mucha curiosidad por la respuesta de los niños y ver por cómo reunir todos los contenidos en estos días. Estoy contenta con cómo parece que puede terminar», finaliza. En pleno julio, todavía hay niños en el patio del CEIP Miguel Hernández. Charlan y juegan a sol y sombra, en un pequeño descanso entre las tres horas de clase de cada mañana. Situado en el barrio vallisoletano de Los Pajarillos, el centro es uno de los 33 que imparten clases de refuerzo a un total de 2.150 alumnos de sexto de Primaria de toda la Comunidad. Durante parte de la mañana, agarran de nuevo papel y boli -o el material necesario- para aprender Inglés, Matemáticas y Lengua. Unas clases ‘extra’ que pretenden facilitar «un paso al instituto más amable, con más conocimiento y autoestima», según había adelantado desde El Burgo de Osma (Soria), en la presentación de la medida, la consejera de Educación, Rocío Lucas.«Como docente es muy satisfactorio poder ayudar», reflexiona una de las profesoras que imparte estas horas en el colegio vallisoletano, María Eugenia Miguel Torres. «Para ellos esto es un pequeño empujón, y precisamente en este momento les da mucha tranquilidad porque se elimina la presión del curso y aparece el ‘yo nunca he entendido esto’», comenta. «Es ahora cuando el alumno viene y te lo pregunta».En este colegio de Educación Infantil y Primaria se concentran una sesentena de alumnos no sólo de Valladolid capital, si no también de municipios cercanos como La Cistérniga o Cabezón de Pisuerga. Otros dos enclaves en la capital se suman al programa-el CEIP Profesor Tierno Galván y el concertado Sagrado Corazón- y también otros tres centros en importantes núcleos rurales de la provincia de Valladolid, como son el CRA Campos Góticos (Medina de Rioseco), el público Obispo Barrientos, en Medina del Campo, y el CRA La Villa, en Peñafiel. Como en el resto de provincias, al estudiante se le asigna uno u otro en función de la cercanía, financiándose el transporte si lo necesita para llegar al ‘cole de verano’. El alumno se inscribe a sugerencia de su tutor, siempre que sus padres estén conformes. Puede recomendarse una, dos o las tres materias, en función de lo observado, ya que «puede que un niño suspenda Lengua y tenga sobresaliente en Matemáticas». En este colegio no todos los estudiantes cursan el ‘triplete’, pero sí «la mayoría», conceden desde el centro. Castilla y León se enorgullece además de haber sido «pionera» con este programa, ‘Éxito educativo’, enfocado en los estudiantes del último curso de Primaria y durante este mes (fuera del calendario lectivo), si bien hay otras medidas de refuerzo que apuntan a diferentes edades durante el curso. Esta surgió de la necesidad marcada por la pandemia del Covid 19, ya que se instauró en julio 2020 para paliar los desequilibrios de aquel año. Entonces se habilitó tanto para este curso como para el de Segundo de Bachillerato, tal y como explican fuentes de Educación. Sin embargo, fue en esta franja de edad en la que se ha decidido mantener a posteriori.Aprender jugandoEn cuanto a contenido, toca condensar los aprendizajes de todo un curso en apenas un mes, y revisarlos con soluciones creativas y lúdicas. Por ejemplo, para aprender vocabulario en inglés, una de las tres clases en rotación prueba el juego que su docente, Steven, les propone, en el que dos equipos con sendos pulsadores luchan por cada punto, conseguido si adivinan la palabra antes que sus compañeros. La divertida competición se ha ganado la atención de los alumnos: Sebastián, Olivia, Rossel o Alonso no tienen ojos para nada más.Sobre estas líneas, un alumno completa un ejercicio de Matemáticas en el aula de refuerzo. Tatiana Rodrigues y Moisés Vera, dos participantes del programa R. ORTEGAPara niños como Moisés David Vera Llorena o Tatiana Rodrigues Oreca -que reconocen que el inglés les cuesta, por cierto-, el juego es una herramienta tranquilizadora. «Al divertirte, te enfocas más», valora la alumna. «Me gusta que se intente enseñar de manera diferente porque cuando hay algo que no aprendes no vale repetirlo igual, te bloqueas», añade él. En septiembre empezarán a cursar su primer año de instituto, y se lo imaginan como «un cole más grande» en el que tendrán que «estudiar más» o «ganar confianza» con profesores que todavía no les han tratado. Estos días dan las tres materias y de momento «muy bien», coinciden los niños, porque «no es como una clase normal». ¿Lo que más les gusta? Conocer gente. Y es que ambos se adaptan, de una forma o de otra, porque además de dejar atrás aula, tutores y amigos que ya les son familiares, Moisés viene de Colombia, con el desafío que implica un país nuevo, y Tatiana cambió de centro. «Todo era en inglés y si no eras bueno… no, no», indica la niña al hablar de su ‘cole’ anterior. Así las cosas, un método distinto o estas horas extra pueden convertirse para ellos, y otros muchos, en el ‘flotador’ que les permita tomar aire y explotar su potencial.Por provincias, la Junta cifra en 112 a los estudiantes de sexto de Primaria de Ávila que participan en ‘Éxito educativo’. Con 375 en Burgos y 184 en León, en Palencia son 156 los alumnos beneficiados. Se suman 191 salmantinos, 226 de Segovia y 192 en la provincia de Soria. Valladolid será el territorio con más aulas, ya que cuenta con 605 niños inscritos , que se completan con otros 115 en tierras zamoranas.Por ahora, en el CEIP Miguel Hernández «se portan bien» y «le ponen ganas», asegura María Eugenia Miguel. «Lo más importante es que vienen con ganas de que se les escuche, de participar, y les vemos muy mezclados entre sí, y eso es muy positivo», comenta. «Han tenido unos días de vacaciones y vienen mentalizados por sus familias», recuerda, para añadir que «el objetivo es más amplio que el de la clase propiamente dicha» y que buscan siempre «la inclusión, la equidad y el refuerzo» con un recurso que puede ser especialmente valioso en zonas rurales «donde no es tan fácil el acceso a una academia». «Esto les ayuda a mejorar sus competencias, pero también contribuye a que no se desanimen y a favorecer esa transición, a juntarse con otros niños y así ver cómo se encontrarán en el instituto», desarrolla.En Lengua, la maestra relata que recurren a tecnologías como la de las tablets, en la que ahora leen ‘La noche del aullido’. A través de su cuenta de Educa, los alumnos descubren más lecturas, lo que les ayuda a conocer el recurso y, quizás, a leer por su cuenta en vacaciones. «En lo que más fallan es en la ortografía y en la expresión oral», sintetiza. Por ello, han pasado a repasar antes la acentuación y la docente también ha previsto que hagan un pequeño proyecto de robótica en el que luego tendrán que contárselo a los demás. «Esta es una buena oportunidad para mejorarlo», observa.Para la profesora, este es el primer año como parte de esta iniciativa aunque, según explica, habitualmente trabaja con otras docentes que ya se habían sumado en los últimos cuatro cursos y estaban muy satisfechas. «Tenía mucha curiosidad por la respuesta de los niños y ver por cómo reunir todos los contenidos en estos días. Estoy contenta con cómo parece que puede terminar», finaliza. RSS de noticias de espana
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