En las labores de extinción del incendio de la sierra de Córdoba que empezó el pasado martes en la zona de la Albaida colaboró el grupo de voluntarios Siete Fincas. Un equipo de expertos de 50 personas aproximadamente que sirvieron de guía a los bomberos y el Infoca. Uno de sus miembros, Juan Manuel Luque, de 67 años , conversa con ABC sobre una noche eterna que pudo ser peor para los vecinos de la zona. Confiesa que ha dormido «muy poco» tras una noche intensa en la sierra cordobesa. «Estuvimos hasta las cuatro de la mañana en la carretera de las Ermitas», explicó Juan Manuel. El grupo Siete Finchas patrulla diariamente por distintas zonas de la sierra y la tarde del martes se percató de un conato de incendio en una cuneta. «Cuando los compañeros vieron el humo a las 19.00 horas acudimos rápidamente y allí estábamos 20 personas». Fueron los primeros en llegar a la zona afectada. «Nuestra actuación es rápida porque conocíamos la zona, vivimos aquí y conocemos el terreno aunque los incendios los apagan los medios aéreos. Al principio, explicó que «fue un conato normal de incendio, en cuneta». Sin embargo, a las 21.00 horas, «el fuego tomó unas dimensiones tremendas y se descontroló». «Las llamas salían por encima de los olivos, con una fuerza tremenda, el fuego gateaba hacia arriba. No se podía controlar, los incendios van hacia donde ellos quieren. Solamente los medios aéreos pueden hacer frente a ello», narró el voluntario. Luego reconoció que a las 22.00 horas el incendio «daba mucho miedo. Los troncos en llama viva ». Además confesó que viendo las noticias «lloraba y lloraba» porque fue «un desastre» que no fue a más «porque el viento se comportó diferente y empujó a las llamas hacia lo quemado donde no había combustible ». Uno de los momentos más críticos de la noche llegó cuando el fuego amenazo a Las Ermitas, ya que el fuego se quedó «a 200 metros» . Juan Manuel explicó que «estuvimos esperando allí porque el acceso a pie era imposible. Tuvimos que subir a gatas, como los niños pequeños. Si te pilla ahí el fuego, te coge seguro». Noticia Relacionada incendio trasierra estandar No Gloria Sánchez, vecina de Santa Ana: «El incendio ya estaba cerca de mi casa pero más que miedo al fuego era miedo al humo» Pilar García-Baquero Una familia de seis miembros de la zona afectada junto al Castillo de la Albaida y otra dependiente de Poeta Paredes relatan a ABC cómo fue el desalojoA la espera de que los científicos hagan su trabajo y examinen las causas del fuego, el representante de Siete Fincas opina que « puede deberse a una colilla mal apagada » aunque sea por mera intuición. «Llevo 25 años asistiendo en este tipo de temas y todos los conatos de incendio se originan en la cuneta porque no están limpias», remató. «Llevamos reivindicando muchos tiempo que las cunetas hay que limpiarlas, hay que hacer un seguimiento y mantenimiento », aseveró el voluntario. Aunque aseguró también que esto no implica que no se originen más incendios. «El gran incendio lo vamos a tener de un día a otro porque la Sierra está desprotegida y sigue viva», apuntilló Juan Manuel. Para la jornada del miércoles, siguen en situación de «prealerta», con «el mono disponible para volver». El representante del grupo Siete Fincas asegura que « tenemos personas vigilando que se irán relevando hasta que el incendio quede controlado y extinguido». En las labores de extinción del incendio de la sierra de Córdoba que empezó el pasado martes en la zona de la Albaida colaboró el grupo de voluntarios Siete Fincas. Un equipo de expertos de 50 personas aproximadamente que sirvieron de guía a los bomberos y el Infoca. Uno de sus miembros, Juan Manuel Luque, de 67 años , conversa con ABC sobre una noche eterna que pudo ser peor para los vecinos de la zona. Confiesa que ha dormido «muy poco» tras una noche intensa en la sierra cordobesa. «Estuvimos hasta las cuatro de la mañana en la carretera de las Ermitas», explicó Juan Manuel. El grupo Siete Finchas patrulla diariamente por distintas zonas de la sierra y la tarde del martes se percató de un conato de incendio en una cuneta. «Cuando los compañeros vieron el humo a las 19.00 horas acudimos rápidamente y allí estábamos 20 personas». Fueron los primeros en llegar a la zona afectada. «Nuestra actuación es rápida porque conocíamos la zona, vivimos aquí y conocemos el terreno aunque los incendios los apagan los medios aéreos. Al principio, explicó que «fue un conato normal de incendio, en cuneta». Sin embargo, a las 21.00 horas, «el fuego tomó unas dimensiones tremendas y se descontroló». «Las llamas salían por encima de los olivos, con una fuerza tremenda, el fuego gateaba hacia arriba. No se podía controlar, los incendios van hacia donde ellos quieren. Solamente los medios aéreos pueden hacer frente a ello», narró el voluntario. Luego reconoció que a las 22.00 horas el incendio «daba mucho miedo. Los troncos en llama viva ». Además confesó que viendo las noticias «lloraba y lloraba» porque fue «un desastre» que no fue a más «porque el viento se comportó diferente y empujó a las llamas hacia lo quemado donde no había combustible ». Uno de los momentos más críticos de la noche llegó cuando el fuego amenazo a Las Ermitas, ya que el fuego se quedó «a 200 metros» . Juan Manuel explicó que «estuvimos esperando allí porque el acceso a pie era imposible. Tuvimos que subir a gatas, como los niños pequeños. Si te pilla ahí el fuego, te coge seguro». Noticia Relacionada incendio trasierra estandar No Gloria Sánchez, vecina de Santa Ana: «El incendio ya estaba cerca de mi casa pero más que miedo al fuego era miedo al humo» Pilar García-Baquero Una familia de seis miembros de la zona afectada junto al Castillo de la Albaida y otra dependiente de Poeta Paredes relatan a ABC cómo fue el desalojoA la espera de que los científicos hagan su trabajo y examinen las causas del fuego, el representante de Siete Fincas opina que « puede deberse a una colilla mal apagada » aunque sea por mera intuición. «Llevo 25 años asistiendo en este tipo de temas y todos los conatos de incendio se originan en la cuneta porque no están limpias», remató. «Llevamos reivindicando muchos tiempo que las cunetas hay que limpiarlas, hay que hacer un seguimiento y mantenimiento », aseveró el voluntario. Aunque aseguró también que esto no implica que no se originen más incendios. «El gran incendio lo vamos a tener de un día a otro porque la Sierra está desprotegida y sigue viva», apuntilló Juan Manuel. Para la jornada del miércoles, siguen en situación de «prealerta», con «el mono disponible para volver». El representante del grupo Siete Fincas asegura que « tenemos personas vigilando que se irán relevando hasta que el incendio quede controlado y extinguido». En las labores de extinción del incendio de la sierra de Córdoba que empezó el pasado martes en la zona de la Albaida colaboró el grupo de voluntarios Siete Fincas. Un equipo de expertos de 50 personas aproximadamente que sirvieron de guía a los bomberos y el Infoca. Uno de sus miembros, Juan Manuel Luque, de 67 años , conversa con ABC sobre una noche eterna que pudo ser peor para los vecinos de la zona. Confiesa que ha dormido «muy poco» tras una noche intensa en la sierra cordobesa. «Estuvimos hasta las cuatro de la mañana en la carretera de las Ermitas», explicó Juan Manuel. El grupo Siete Finchas patrulla diariamente por distintas zonas de la sierra y la tarde del martes se percató de un conato de incendio en una cuneta. «Cuando los compañeros vieron el humo a las 19.00 horas acudimos rápidamente y allí estábamos 20 personas». Fueron los primeros en llegar a la zona afectada. «Nuestra actuación es rápida porque conocíamos la zona, vivimos aquí y conocemos el terreno aunque los incendios los apagan los medios aéreos. Al principio, explicó que «fue un conato normal de incendio, en cuneta». Sin embargo, a las 21.00 horas, «el fuego tomó unas dimensiones tremendas y se descontroló». «Las llamas salían por encima de los olivos, con una fuerza tremenda, el fuego gateaba hacia arriba. No se podía controlar, los incendios van hacia donde ellos quieren. Solamente los medios aéreos pueden hacer frente a ello», narró el voluntario. Luego reconoció que a las 22.00 horas el incendio «daba mucho miedo. Los troncos en llama viva ». Además confesó que viendo las noticias «lloraba y lloraba» porque fue «un desastre» que no fue a más «porque el viento se comportó diferente y empujó a las llamas hacia lo quemado donde no había combustible ». Uno de los momentos más críticos de la noche llegó cuando el fuego amenazo a Las Ermitas, ya que el fuego se quedó «a 200 metros» . Juan Manuel explicó que «estuvimos esperando allí porque el acceso a pie era imposible. Tuvimos que subir a gatas, como los niños pequeños. Si te pilla ahí el fuego, te coge seguro». Noticia Relacionada incendio trasierra estandar No Gloria Sánchez, vecina de Santa Ana: «El incendio ya estaba cerca de mi casa pero más que miedo al fuego era miedo al humo» Pilar García-Baquero Una familia de seis miembros de la zona afectada junto al Castillo de la Albaida y otra dependiente de Poeta Paredes relatan a ABC cómo fue el desalojoA la espera de que los científicos hagan su trabajo y examinen las causas del fuego, el representante de Siete Fincas opina que « puede deberse a una colilla mal apagada » aunque sea por mera intuición. «Llevo 25 años asistiendo en este tipo de temas y todos los conatos de incendio se originan en la cuneta porque no están limpias», remató. «Llevamos reivindicando muchos tiempo que las cunetas hay que limpiarlas, hay que hacer un seguimiento y mantenimiento », aseveró el voluntario. Aunque aseguró también que esto no implica que no se originen más incendios. «El gran incendio lo vamos a tener de un día a otro porque la Sierra está desprotegida y sigue viva», apuntilló Juan Manuel. Para la jornada del miércoles, siguen en situación de «prealerta», con «el mono disponible para volver». El representante del grupo Siete Fincas asegura que « tenemos personas vigilando que se irán relevando hasta que el incendio quede controlado y extinguido». RSS de noticias de espana/andalucia
Noticias Similares