Junts y ERC –añadan la CUP, que no se sabe si todavía existe- andan cargados de razón cuando temen que Aliança Catalana les pueda quitar la clientela. Claro que se la pueden quitar: son lo mismo. Con otras maneras –yo diría que Sílvia Orriols es más presentable, guarda mejor las formas que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras-, pero son lo mismo. La diferencia –si existe- es mínima. Veamos. ¿Quién dice que «por el solo hecho de existir, una nación tiene no solo el derecho sino también el deber de regirse libremente sin la intromisión de otros»? Más: ¿Quién dice que «nuestra soberanía nacional pertenece únicamente al Pueblo de Cataluña»? Aliança Catalana. También, Junts y ERC. ¿Quién proclama que, como «Cataluña es una nación» que «ha refrendado en repetidas ocasiones» convertirse en un «Estado independiente dentro del concierto internacional», tiene derecho a «declarar unilateralmente la independencia y defenderla hasta expulsar definitivamente el Estado español de Cataluña»? Lo mismo les digo: Aliança Catalana. ¿Cuántos independentistas aplauden al leer el programa de Aliança Catalana? Por eso, Junts y ERC temen a Aliança Catalana. El calco también existe cuando Aliança Catalana afirma que la independencia es una «obligación ética» inherente a la «noción de democracia». ¿Cuántas veces hemos escuchado a Junts y ERC recitando y reiterando que la autodeterminación es un asunto democrático? El paralelismo sigue con el victimismo. Aliança Catalana: hay que liberar el «país» para que sobreviva nuestra lengua, nuestra economía y nuestro bienestar. A lo que hay que añadir el «expolio» del Estado español, la necesidad de «eliminar toda presencia del Estado español en Cataluña» y la urgencia por «construir el Estado de todos los catalanes». La diferencia: mientras Aliança Catalana quiere «construir», Junts y ERC quieren «reconstruir». Cuestión de matices. Finalmente, Aliança Catalana no tiene complejos : «promoción de aquellas políticas inmigratorias que beneficien a los ciudadanos de Cataluña, no a los extranjeros». Lo mismo ocurre con «las ayudas y servicios públicos». Para eso, «se promoverá una política inmigratoria restrictiva hasta que el nivel de desocupación baje y los salarios aumenten a niveles europeos». Cierto: ERC y Junts no llegan a tanto, aunque digan que «la nación catalana está en peligro» y por tanto hay que asumir una «función de Estado» y «controlar los flujos migratorios» de tal manera que el conocimiento de la lengua catalana sea «un requisito» que «no debería ser motivo de discusión», porque «estamos en Cataluña y la lengua es el catalán» que permite «vivir plenamente en Cataluña». Tal para cual. ¿Lo llamamos «xenofobia»? Junts y ERC –añadan la CUP, que no se sabe si todavía existe- andan cargados de razón cuando temen que Aliança Catalana les pueda quitar la clientela. Claro que se la pueden quitar: son lo mismo. Con otras maneras –yo diría que Sílvia Orriols es más presentable, guarda mejor las formas que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras-, pero son lo mismo. La diferencia –si existe- es mínima. Veamos. ¿Quién dice que «por el solo hecho de existir, una nación tiene no solo el derecho sino también el deber de regirse libremente sin la intromisión de otros»? Más: ¿Quién dice que «nuestra soberanía nacional pertenece únicamente al Pueblo de Cataluña»? Aliança Catalana. También, Junts y ERC. ¿Quién proclama que, como «Cataluña es una nación» que «ha refrendado en repetidas ocasiones» convertirse en un «Estado independiente dentro del concierto internacional», tiene derecho a «declarar unilateralmente la independencia y defenderla hasta expulsar definitivamente el Estado español de Cataluña»? Lo mismo les digo: Aliança Catalana. ¿Cuántos independentistas aplauden al leer el programa de Aliança Catalana? Por eso, Junts y ERC temen a Aliança Catalana. El calco también existe cuando Aliança Catalana afirma que la independencia es una «obligación ética» inherente a la «noción de democracia». ¿Cuántas veces hemos escuchado a Junts y ERC recitando y reiterando que la autodeterminación es un asunto democrático? El paralelismo sigue con el victimismo. Aliança Catalana: hay que liberar el «país» para que sobreviva nuestra lengua, nuestra economía y nuestro bienestar. A lo que hay que añadir el «expolio» del Estado español, la necesidad de «eliminar toda presencia del Estado español en Cataluña» y la urgencia por «construir el Estado de todos los catalanes». La diferencia: mientras Aliança Catalana quiere «construir», Junts y ERC quieren «reconstruir». Cuestión de matices. Finalmente, Aliança Catalana no tiene complejos : «promoción de aquellas políticas inmigratorias que beneficien a los ciudadanos de Cataluña, no a los extranjeros». Lo mismo ocurre con «las ayudas y servicios públicos». Para eso, «se promoverá una política inmigratoria restrictiva hasta que el nivel de desocupación baje y los salarios aumenten a niveles europeos». Cierto: ERC y Junts no llegan a tanto, aunque digan que «la nación catalana está en peligro» y por tanto hay que asumir una «función de Estado» y «controlar los flujos migratorios» de tal manera que el conocimiento de la lengua catalana sea «un requisito» que «no debería ser motivo de discusión», porque «estamos en Cataluña y la lengua es el catalán» que permite «vivir plenamente en Cataluña». Tal para cual. ¿Lo llamamos «xenofobia»? Junts y ERC –añadan la CUP, que no se sabe si todavía existe- andan cargados de razón cuando temen que Aliança Catalana les pueda quitar la clientela. Claro que se la pueden quitar: son lo mismo. Con otras maneras –yo diría que Sílvia Orriols es más presentable, guarda mejor las formas que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras-, pero son lo mismo. La diferencia –si existe- es mínima. Veamos. ¿Quién dice que «por el solo hecho de existir, una nación tiene no solo el derecho sino también el deber de regirse libremente sin la intromisión de otros»? Más: ¿Quién dice que «nuestra soberanía nacional pertenece únicamente al Pueblo de Cataluña»? Aliança Catalana. También, Junts y ERC. ¿Quién proclama que, como «Cataluña es una nación» que «ha refrendado en repetidas ocasiones» convertirse en un «Estado independiente dentro del concierto internacional», tiene derecho a «declarar unilateralmente la independencia y defenderla hasta expulsar definitivamente el Estado español de Cataluña»? Lo mismo les digo: Aliança Catalana. ¿Cuántos independentistas aplauden al leer el programa de Aliança Catalana? Por eso, Junts y ERC temen a Aliança Catalana. El calco también existe cuando Aliança Catalana afirma que la independencia es una «obligación ética» inherente a la «noción de democracia». ¿Cuántas veces hemos escuchado a Junts y ERC recitando y reiterando que la autodeterminación es un asunto democrático? El paralelismo sigue con el victimismo. Aliança Catalana: hay que liberar el «país» para que sobreviva nuestra lengua, nuestra economía y nuestro bienestar. A lo que hay que añadir el «expolio» del Estado español, la necesidad de «eliminar toda presencia del Estado español en Cataluña» y la urgencia por «construir el Estado de todos los catalanes». La diferencia: mientras Aliança Catalana quiere «construir», Junts y ERC quieren «reconstruir». Cuestión de matices. Finalmente, Aliança Catalana no tiene complejos : «promoción de aquellas políticas inmigratorias que beneficien a los ciudadanos de Cataluña, no a los extranjeros». Lo mismo ocurre con «las ayudas y servicios públicos». Para eso, «se promoverá una política inmigratoria restrictiva hasta que el nivel de desocupación baje y los salarios aumenten a niveles europeos». Cierto: ERC y Junts no llegan a tanto, aunque digan que «la nación catalana está en peligro» y por tanto hay que asumir una «función de Estado» y «controlar los flujos migratorios» de tal manera que el conocimiento de la lengua catalana sea «un requisito» que «no debería ser motivo de discusión», porque «estamos en Cataluña y la lengua es el catalán» que permite «vivir plenamente en Cataluña». Tal para cual. ¿Lo llamamos «xenofobia»? RSS de noticias de espana
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